¿Gobierno, partido o imposición?, dilemas en torno a AMLO
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 26, Ago 2019Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- Buscando ser contrapeso del gobierno, PRI se niega a morir
- Futuro 21, al rescate del PRD
La mayoría de los partidos políticos pasan por una etapa de definiciones, como su reorganización, reestructuración, cambio, y ese momento no es ajeno al partido en el poder, porque, aunque parezca raro, los dirigentes guindas también hacen esfuerzos por impedir que el cambio en su dirigencia no se les salga del control, sí, igual que en lo que queda de Acción Nacional, el Revolucionario Institucional y la Revolución Democrática, estos últimos quienes parecían pintar para ser contrapeso político del actual gobierno, pero sus problemas internos los tienen ocupados más allá de lo que los ciudadanos esperaban de ellos, es decir sin presencia relevante.
Por lo pronto, el líder moral del Movimiento Regeneración Nacional, Andrés Manuel López Obrador, quien los llevó al triunfo electoral en julio del año pasado, ha dicho que él no se meterá en los asuntos de su partido, pero al interior del mismo queda claro que nada se hace sin la opinión o la instrucción de su máximo líder y es precisamente ahí donde los cuadros dirigentes no han podido leer o entender el mensaje de su gurú, y esa problemática partidista no debe tener nada contento al de Tabasco porque si bien es cierto así acostumbró a sus subalternos hoy las cosas han cambiado, o atiende broncas domésticas de Morena o se concentra en los temas nacionales que no son pocos.
Dilemas como el que hoy enfrenta AMLO, lo tuvieron en su momento gobiernos anteriores, por ejemplo, Zedillo Ponce se decidió por una sana distancia del PRI.
Vicente Fox fue un presidente injerencista respecto a las funciones de su partido, incluso puso en riesgo el proceso electoral de la elección presidencial por sus constantes intromisiones en la vida de su partido. Felipe Calderón, como presidente, nuca tuvo el control de su partido ni de su gobierno.
En 2012 la unidad del priísmo fue la diferencia ante sus opositores para ganar la Presidencia con Enrique Peña Nieto, pero poco les duró el gusto a los priístas, el llamado grupo de los peñistas dividió al partido y por si fuera poco el descuido gubernamental, o la tolerancia, marcó al sexenio con actos de corrupción. No hubo dilema, hasta el priísmo votó en contra del PRI.
Cuál será la decisión de AMLO. ¿Toma distancia de su partido y se dedica a gobernar? ¿gobierna para que gane su partido? ¿Impone y crea condiciones para conservar el poder? Las respuestas a ese tipo de cuestionamientos las conoceremos posiblemente en las elecciones de 2021.
Paso sin ver.- Aparentemente las cosas en el PRI regresaron a la calma entre sus militantes una vez que se definió el nombre de su nuevo dirigente, Alejandro Moreno Cárdenas, quien al parecer entiende el sentir de la base militante y de inmediato salió al paso de los rumores que señalaban ser el alfil del actual gobierno, y vaya que no parece que así sea pues en una mesa de diálogo que sostuvo con la dirigencia del PAN y Morena, de entrada, su discurso contrastó con los de la casa de enfrente y ahora solo esperan sus correligionarios del tricolor que su actuar no sea solo una simulación.
Si alguna duda quedó en esa mesa de diálogo, es el hecho de que el priísta enfocó todas sus baterías contra la dirigente Yeidckol Polevnsky y nada dijo contra el panista, pero los estrategas dicen que en un debate el que importa es el fuerte y no el débil.
Va mi resto.- Panorama sumamente difícil es el que tienen frente a sí los del PRD, y es que desde la salida de sus filas de los líderes morales, Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador, gran parte de sus militantes emigraron para entregarse a los brazos de Morena.
El pasado fin de semana los amarillos formaron parte de una asamblea donde el fin es conformar una gran alianza política que al final se denominará Futuro 21, donde destacan políticos que antes eran referentes en el PRI, Nueva Alianza, PT y PAN, y otros más que desde siempre se han declarado apartidistas.
La idea no es mala, son tiempos de pluralidad, de democracia y de nuevas opciones políticas. En ese contexto hasta los del partido en el gobierno comulgan con esos ideales, como es el caso del senador Martí Batres, quien, al referirse a tiempos que vive su partido, ha advertido sobre los riesgos de que México regresara a épocas de cacicazgo y el poder de un solo individuo.
Como impulsores de Futuro 21, están José Narro Robles, Beatriz Pagés, Gabriel Quadri, Purificación Carpinteyro, Jesús Zambrano, Carlos Navarrete, Cecilia Soto, por mencionar algunos nombres de personajes que por muchos años dieron realce con su trabajo a los partidos a los que pertenecieron.
Inconforme con que el PRD ceda su registro a la nueva plataforma política, el ex gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, preguntó al perredismo si está de acuerdo con cambiar a Futuro 21. Tal vez ya no se acuerda que él se hizo perredista por imposición, ya que el perredismo recuerda que a ellos nadie les preguntó si querían como candidato al guerrerense cuándo este fue bateado por el PRI.
Una cosa es segura, los que formen parte de Futuro 21 es porque ya no se identifican con sus anteriores partidos y otra realidad es que, si el PRD no acepta cambiar y ser rescatado hoy, mañana será muy tarde, y para ello no hay que cambiar de ideales sino fortalecerlos, actualizarlos y mirar para adelante, porque lo que importa es seguir en la construcción de un México democrático, eje fundamental para el desarrollo nacional, y hasta ahí porque como veo doy.