El subsecretario Ricardo Peralta
Eleazar Flores viernes 23, Ago 2019Espacio Electoral
Eleazar Flores
AHORA RESULTA.- Con la ausencia de la más elemental cortesía política, el subsecretario de Gobernación, Ricardo Peralta Saucedo, visita las entidades federativas sin la notificación al gobernador respectivo y busca acercamientos con grupos que antaño eran enemigos del gobierno.
En la semana que termina, el tal Peralta ha hecho muy difundidas giras a los estados de Tamaulipas y Michoacán, quejándose los mandatarios de dichas entidades, pues el funcionario federal organiza eventos y entrega recursos a grupos encabezados por personas que antes han estado ligadas al crimen organizado e incluso han sido detenidas por la autoridad.
Además de la gira al norteño estado de Tamaulipas, lo más reciente es la visita hecha por Ricardo Peralta a la zona de La Huacana en el cercano estado de Michoacán. Se trata de una región con altos índices delictivos promovidos por los famosos grupos de autodefensa y cuyos dirigentes incluso purgaron penas en la cárcel.
Lo delicado de todo lo anterior lo denunció el mismo gobernador michoacano, Silvano Aureoles Conejo, quien dijo que con actitudes como las del subsecretario Ricardo Peralta, mínimo se siembra confusión entre el pueblo purépecha. No lo dijo, pero es evidente que se debilita en forma evidente la autoridad del mandatario michoacano.
En entrevista radiofónica con el “Ticher” Joaquín López Dóriga ayer al medio día, en su noticiero de Radio Fórmula, a Peralta le sobraba lengua, tanta que a Joaquín se le dificultaba interrumpirlo para plantear otra pregunta. Peralta se apuraba a publicitar sus eventos en el norte y en Michoacán, donde incluso mostró una cuchara para hacer mezcla, como única “arma” en su evento.
La más elemental cortesía política de un funcionario federal cuando visita cualquier estado de la República es antes que todo, informar al gobernador respectivo e incluso invitarlo; pero eso es cuando hay urbanidad política. El tal Peralta se ha ido por la libre y lo peor es que las dos reuniones muy publicitadas que ha tenido, han sido con grupos antagónicos a gobiernos locales.
Todo este desaseo político, aunado con las declaraciones encontradas, que en ocasiones dan los funcionarios, distintas a las del padre de la cuarta transformación -incluso contrarias-, abonan al enrarecimiento político, pero en lo económico, a generar desconfianza traducida en poca inversión que llega a la recesión o desaceleración, como lo ha aceptado el secretario de Hacienda, Arturo Herrera.
Con todo lo anterior, que es parte mínima del panorama sociopolítico y económico que impera en el país, valdría preguntar si la apreciación presidencial de que México es un país, feliz, feliz, feliz, es cierta o de plano nos están haciendo creer que vivimos en “Pejelandia”.