El cobre
Alberto Vieyra G. miércoles 21, Ago 2019De pe a pa
Alberto Vieyra G.
En Morena se desgreñan y enseñan el cobre.
Ya se sabe de qué están hechos los morenistas.
De acuerdo con el tumba burros, enseñar el cobre quiere decir que un individuo o grupo de personas se muestran con caras de “engaña 20”, pero su verdadera personalidad o rostro es el de personas chapuceras, deshonestas, mentirosas, simuladores e hijos de la rechintola.
En la lucha interina por el poder en el Senado de la República, los morenistas Martí Batres Guadarrama, un ex porro que pertenece a una pudiente oligarquía, chocó contra el colmillo multiretorcido de un Ricardo Monreal Ávila, que, aunque es doctor en derecho, en la vida real, tras bambalinas actúa como un rufián político que en su hoja de ruta figura la presidencia de la república para el 2024 o la gubernatura en la Cuidad de México ¡su sueño dorado!
Batres y Monreal traen un pleito casado, una lucha de egos que llevó al zacatecano a quitarle el hipo al señor Batres que también añora sentarse en la silla que ocupa la inepta señora Claudia Sheinbaum, y el descontón o machetazo fue para poner a Batres fuera de combate. Ese barbado Martí quería reelegirse como presidente del Senado, pero la línea que Monreal tenía de Palacio Nacional era que, Batres dejará bailar a la tabasqueña Mónica Fernández, coterránea de ya saben quién…, y para ello, Monreal tuvo que hacer “trastupijes” de los que aprendió cuando militaba en el PRI y en el PRD, es decir que: “Fue ahí cuando se sacó de la manga a las cinco senadoras del extinto PES y las morenizó para conseguir la imposición de la tabasqueña Mónica Fernández”, con lo cual el señor Batres chuparía faros y todo indica que ha caído de la gracia del ponzoñoso dios sexenal. Queda claro que AMLO imita a Porfirio Díaz, quien solía echar a pelear a miembros de su gabinete para que no conformarán alianzas políticas que terminarán disputándole la silla presidencial.
Sí, los morenistas traen el cobre en su ADN y muy lejos están de la mística de servir a la nación, sino de buscar el poder por el poder, aunque tengan que enseñar el cobre. No faltan politólogos, observadores y sabelotodo que juran y perjuran que los morenistas salieron peor que los priistas ¿cuál es la diferencia entre unos y otros? La única diferencia es que los priístas eran disciplinados hacía el dios sexenal y estos pareciera que están en una cena de negros.
Lo ocurrido en el Senado nos da la pauta para adelantar que la lucha intestina por el poder de Morena, cuya dirigencia nacional se renovará en octubre próximo, será una guerra como la que solían protagonizar nuestros antepasados, los feroces chichimecas. ¡Otra vez enseñarán el cobre en aras de una supuesta democracia!
Pero también, el cobre que afloro en la Cámara Alta –recordaré que la cámara alta es el Senado de la República, y la Cámara baja es la Cámara de Diputados-, refleja que Morena no es un partido con identidad política y menos que sea docto en el manejo del gran poder político en México, sino que estamos ante un movimiento que aglutina a priístas resentidos, corruptos y quemados, perredistas trásfugas del PRI, panistas oportunistas, petistas inmorales o para que usted me entienda mejor, ese movimiento está conformado con de chile, de dulce, de sal, de manteca y muchos rancios que lo único que quieren es estar en la ubre presupuestal aunque tengan que ganar menos que el Presidente.
¿Qué ocurriría con ese movimiento sin identidad política, el día que López Obrador estire la pata?, ¿Morena estallaría en mil pedazos y abriría el camino para el retorno triunfal del PRI o del PAN, o de la verdadera izquierda mexicana fragmentada por AMLO en el PRD?, ¿Habría mas cobre, que en Santa Clara del Cobre?…