Consulta ¿para qué?
¬ José Antonio López Sosa jueves 17, Feb 2011Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Tema de la supervía sur poniente en la Ciudad de México se ha tornado en parte de la agenda mediática nacional, sencillamente porque refleja cómo un gobierno que se dice cercano a la gente, se aleja de ella cuando sus intereses se ven amenazados.
He de reconocer que en lo personal, estoy a favor de la construcción de dicha supervía por los beneficios que traerá a la caótica y mal planeada zona de Santa Fe, al poniente del Distrito Federal, sin embargo, estoy en contra de las simulaciones que desde el gobierno local pretenden escuchar a los opositores.
Hace un par de días entrevisté a Leticia Bonifaz, consejera jurídica del gobierno del Distrito Federal y argumentó que el secretario de gobierno local tiene como tarea llevar al cabo una consulta con los vecinos para saber la postura de la mayoría en torno a la Supervía, e ignoran si será sólo para los vecinos, sólo para habitantes del Distrito Federal o para cualquier persona que habite la Zona Metropolitana del Valle de México (cosa que resultaría lo más justo).
Las malas noticias son que, a pesar de querer escuchar a los opositores en el discurso y mediante una consulta, la obra no se detiene ni se detendrá, es decir, aunque la mayoría de los consultados votaran por la negativa a la construcción de la supervía (supongo que esa pregunta elemental estará en la consulta), esta obra no se detendrá, luego entonces ¿para qué hacer una consulta?, ¿para qué desperdiciar el tiempo en engañar a los opositores si la medida está tomada?.
Las veces que recuerdo al Jefe de Gobierno recular, fue con el proyecto del tranvía en el centro histórico y con un anteproyecto de darle ríos artificiales a la Zona Rosa.
Me parece que están en todo su derecho de tratar de convencer a la ciudadanía opositora, pero también tienen toda la obligación de atender al resultado de una consulta y el objetivo principal (más allá del choro político) es tener la respuesta de sí o no a este proyecto.
Si no quieren el desencanto popular por una consulta sin fondo, deben replantearse el objetivo, no podemos vivir en el populismo haciendo consultas a modo cuando independientemente del resultado, la decisión no tiene vuelta de hoja, ello constituye una burla a los ciudadanos, estemos a favor o en contra del proyecto.
Lo mismo pretenden hacer en Azcapotzalco, una consulta para determinar si se construye o no el controvertido estadio que destruirá la Alameda Norte. Me parece muy positivo que se lleve al cabo la consulta siempre y cuando sea legal y el resultado se respete en el sentido de sí o no construir el estadio.
La democracia como su propio origen etimológico lo dice (poder en manos del pueblo), implica también aceptar cuando la mayoría no está de acuerdo con una decisión de gobierno y sobre todo, respetar esa respuesta, esa es la verdadera democracia en el ejercicio del poder.
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