Comerciantes informales perseguidos
¬ Augusto Corro viernes 16, Ago 2019Punto por punto
Augusto Corro
El desempleo es uno de los verdaderos problemas sociales que enfrenta México. Por ejemplo, de nada sirve ser egresado de escuelas de estudios superiores si nunca va a encontrar un empleo.
Arriba del nivel de educación secundaria también se resiente la falta de fuentes de trabajo.
De acuerdo con las estadísticas, la población desocupada en México ascendió a 2 millones de personas en el segundo trimestre del año.
Se trata de la cifra más elevada desde el tercer trimestre de 2016, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
No era necesario que el citado instituto nos recordara la pesadilla que viven diariamente millones de personas afectadas por la escasez de empleo.
A esa parte de la sociedad se le presentan varios caminos para encontrar una solución a su problema.
Uno de ellos es el comercio informal en el que participan toda clase de profesionistas. Otro es el de convertirse en taxista.
Si ninguna opción citada funciona, todavía la del comercio ambulante en el Centro Histórico en la Ciudad de México.
Solo que esa forma de conseguir dinero es perseguida para las insensibles autoridades capitalinas: No les gusta ver a los comerciantes informales en el centro de la capital, pero no buscan la manera de evitarlo.
No es con medidas policiacas o represión absurda como evitarán la presencia de vendedores ambulantes en la Ciudad de México.
Sin embargo, las autoridades siempre se ufanan de sus horas de trabajo dedicadas a encontrar mecanismos para contener el comercio informal en el centro de la capital.
Y siempre llegan a la misma conclusión: perseguir a los vendedores ambulantes y robarles su mercancía.
¿Qué hacer sin empleo y sin manera alguna de ganarse la vida honradamente? ¿Cuándo dejarán de perseguir a los vendedores ambulantes? ¿Cuál es su opinión amable lector?
Reflexión priísta tardía
El presidente electo del PRI, Alejandro Moreno (a) “Alito” o “AMlito”, dijo, en una conferencia de prensa, que su partido no solapará la corrupción, por lo que la señalará hacia adentro y afuera de este organismo político.
Pues ojalá y cumpla su palabra el líder político campechano, porque fue precisamente la ola de raterías de los tricolores la que tiene a ese instituto político al borde del abismo.
Sin duda, las palabras del dirigente se encuentran fuera de tiempo. Los escándalos por los saqueos a las arcas públicas aún persisten.
Dos exgobernadores de extracción priísta están en la cárcel. Y no dude que caerán otros maleantes disfrazados de políticos.
Eso sí, “Alito” o “AMlito” dijo que se debe perseguir y combatir de manera frontal la corrupción, todos los días, pero afirmó, con respeto a los derechos, sin persecución ni vendetta política.
Al nuevo líder tricolor le espera un intenso trabajo para ganarse la confianza del electorado al que defraudó durante de más de setenta años que tuvo en el poder a representantes de extracción priísta.
Funcionarios públicos de diferentes dependencias, gobernadores, etc., se enriquecieron durante el desempeño de sus cargos públicos. Cada sexenio México estrenaba nuevos multimillonarios. Esto cansó a la población que decidió llevar al poder a otro partido político.
El PRI quedó en condiciones de orfandad. Todavía algunos ilusos lucharon por la dirigencia del partido, pero su pasado lleno de actos delincuenciales fue su principal enemigo.
Nadie votaría, por ejemplo, a favor de Ulises Ruiz Ortiz, un ex gobernador oaxaqueño, uno de los políticos corruptos por excelencia, acusado de enriquecimiento inexplicable. Pues ese personaje quería participar como candidato a la presidencia del Revolucionario Institucional.
El futuro del partido tricolor es incierto. Nadie confía en un organismo político, donde con sus contadas excepciones, quienes lo dirigieron formaban una banda de saqueadores del erario.
Si bien es cierto que Rosario Robles no era priísta, sí se sirvió de los intereses del gobierno, de funcionarios de extracción tricolor que compitieron para llevarse el primer lugar en pillerías.
El affaire de Rosario es el inició de la lucha contra la corrupción del gobierno actual que deberá pensar en la construcción de más cárceles para dar cabida a tantos delincuentes, en su mayoría priístas.
De la “estafa maestra”
En el affaire Rosario, lo más interesante está por venir. Sigue pendiente la decisión del juez de citar al ex presidente Enrique Peña Nieto y al ex funcionario José Antonio Meade Kuribreña, quien fue candidato presidencial.
El primero, según Rosario, siempre estuvo informado de lo que ocurrió en Sedesol y Sedatu.
El segundo también fue omiso en señalar hechos ilegales relacionados con la “estafa maestra”.
Ahora, lo importante será conocer cuántas dependencias públicas y universidades así como sus respectivos funcionarios serán salpicados por el lodazal de las acciones ilegales de los hombres del poder.
Feliz fin de semana.