Rosario Robles, en prisión
¬ Augusto Corro miércoles 14, Ago 2019Punto por punto
Augusto Corro
Ayer en la mañana ingresó Rosario Robles al penal de Santa Martha Acatitla acusada del desvío ilegal de recursos públicos por un monto de 5 mil 73 millones de pesos.
El presunto uso indebido del servicio público se registró cuando la funcionaria encabezó las secretarías de Desarrollo Social (Sedesol) y de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
El juez ordenó dos meses de prisión preventiva justificada en la mencionada cárcel mientras se concluye la investigación complementaria.
El affaire de la Estafa Maestra, en el que ubican a Robles, amenaza con crecer y alcanzar a importantes políticos jefes de la ahora enjuiciada.
Por ejemplo, la defensa dijo que su clienta informó a Enrique Peña Nieto y a José Antonio Meade de las observaciones de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) a la Sedesol y Sedatu.
¿Hasta dónde llegará la salpicada de responsabilidades por el caso de la ”estafa maestra”? ¿Qué les espera a Meade y a Peña Nieto? ¿Están coludidos en el asunto? ¿Se estirará más la liga? ¿Usted qué opina amable lector?
La violencia en Michoacán
Los gobernadores en México son seres privilegiados, comodinos, que poco o nada hacen en la erradicación de la violencia en sus estados.
Si se revisa el territorio nacional de norte a sur, se da uno cuenta que continúa imparable la ola de asesinatos, extorsiones, secuestros, asaltos, feminicidios, etc.
La delincuencia no le baja a sus acciones criminales. ¿Y cuál es el papel de los mandatarios estatales en la lucha contra el crimen? Pues el de ver los toros desde la barrera.
Es difícil entender el resurgimiento de la delincuencia organizada en Michoacán. Cuando se suponía que la gente vivía en paz, se registraron los 19 asesinatos de personas en Uruapán.
Como se informó, las víctimas fueron colgadas en un puente peatonal y otras mutiladas y sus restos regados en una avenida principal.
En todos los años que lleva al frente del gobierno Silvano Aureoles Conejo, la violencia creció incontenible.
¿Y qué creen? Que en el colmo del cinismo, Aureoles Conejo urgió a conformar un solo frente contra la delincuencia y la inseguridad de México.
Silvano expresó lo anterior en ese club de mandatarios estatales, donde coordina la Comisión de Seguridad y Justicia de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago).
Ese “sesudo” pronunciamiento del gobernador y de la dificultad que existe para que regrese la seguridad perdida, nos lleva a pensar que en materia de violencia nada cambiará. ¿O sí?
Sólo faltan 45 extorsionadores
Para nadie es un secreto que el delito de extorsión tiene agobiado a los dueños y conductores de vehículos del transporte público en el Estado de México (Edomex).
En los últimos meses, los delincuentes violentaron sus acciones. En algunos casos incendiaron las camionetas de aquellos que se negaban a pagar la “cuota”.
Temerosos de sufrir mayores daños, los permisionarios dijeron que acudirían a las autodefensas para proteger su patrimonio, pues las autoridades se veían impotentes para brindar la protección requerida. Sobre el tema de los extorsionadores, las autoridades del Edomex informaron que detuvieron a dos de los 47 delincuentes más buscados en aquella entidad.
Se trata de Alberto Enrique Maldonado Vargas (a) “El Flaco”; y de Edith Osorio de Jesús, investigados por el delito de extorsión, en agravio de líneas de transporte público de pasajeros, en Ecatepec, Tecámac, así como las bases de taxis en Ciudad Cuauhtémoc y Chiconautla.
También se les interrogará por el homicidio del presidente de la empresa transportes Marte, quien fue asesinado en julio del año pasado.
Se hicieron bolas
Todo empezó con la presunta violación de varios policías a una menor de edad en Azcapotzalco.
El gobierno se durmió. Tan sencillo era el asunto con los presuntos uniformados identificados que basta con echar a andar la justicia.
Pero no ocurrió así. Personas inconformes con el actuar de las autoridades exigieron justicia en las sedes locales de la Procuraduría General de Justicia (PGJ-CDMX) y la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
Quienes protestaban arrojaron diamantina rosa al secretario de Seguridad Ciudadana, Jesús Orta Martínez y después rompieron vidrios en la PGJ-CDMX.
Claro que de alguna manera se solucionará el conflicto en el que se mostró la falta de insensibilidad política por parte de las autoridades capitalinas. Qué capacidad para meterse en embrollos, cuando únicamente lo que se busca es justicia.