Azúcar, diabetes, obesidad y cáncer
¬ Augusto Corro viernes 9, Ago 2019Punto por punto
Augusto Corro
Para 2020 los legisladores contemplan aumentos en impuestos a productos que dañan la salud de los consumidores.
Con esa medida fiscal se buscará disuadir el consumo de bebidas azucaradas, alcohol, cigarros, comida chatarra, etc.
La idea no es nueva. Ya se aplicó y los resultados fueron negativos. México es uno de países con más diabéticos en el mundo.
Así es que si usted amable lector es adicto al dulce, prepare su bolsillo para pagar los nuevos impuestos por su gusto a los productos calóricos.
De plano hay que entender que no será con la elevación en los impuestos a las bebidas azucaradas como se evitará, por ejemplo, la diabetes.
Ya se dijo hasta el cansancio que el organismo de los mexicanos tiene cierta predisposición a padecer hiperglucemia.
Si a esa falla se le agrega la falta de control en el consumo del azúcar es fácil imaginarse lo que provoca.
La obesidad se considera, en un sinnúmero de casos, como un paso hacia la diabetes. México fue considerado como un país con un alto índice de obesidad.
En esos dos renglones en materia de salud, no hay recursos económicos que alcancen para atender a tantos enfermos por parte del gobierno.
En estudios recientes, los científicos descubrieron que el azúcar produce cáncer.
De la comida chatarra será en vano un nuevo impuesto.
Somos un pueblo antojadizo a los tacos y la llamada comida rápido. Se pagará lo que se estipule para disfrutarla.
¿Amable lector considera usted que los nuevos impuestos ayuden a alejar a los consumidores de los refrescos o jugos azucarados?
Los diputados consideran que tendrán que aplicarse nuevos impuestos a productos endulzados. Los pretextos no importan.
Sigue el terror
En Estados Unidos (EU) los inmigrantes continúan sumidos en el terror. Debido la política racista y homofóbica de Donald Trump, los latinos viven hora de incertidumbre y miedo.
El mandatario estuvo el miércoles en las dos ciudades donde el fin de semana se registraron balaceras que dejaron treinta y un muertos y decenas de heridos.
El primero ocurrió en el centro comercial Walmart, en El Paso, Texas; y el segundo en una zona de diversión en Dayton, Ohio.
En El Paso perdieron la vida ocho mexicanos y otros latinos. El hecho provocó el repudio de la población contra el presidente Donald Trump, quien visitó en los hospitales a los lesionados del ataque de un joven supremacista blanco. Con pancartas y cartelones los lugareños manifestaron su rechazo al magnate y a su retórica racista.
Antes de que Trump arribara a El Paso, alrededor de 600 agentes de migración realizaron redadas en siete plantas procesadoras de carne de pollo, en Mississipi. Ahí fueron arrestados 680 trabajadores, en su mayoría latinos.
Se informó que el miedo se apoderó de niños y jóvenes que atestiguaron cómo sus padres, esposados como criminales, fueron transportados a un hangar militar para ser procesados.
Trump no quita el dedo del renglón en materia de homofobia. Las últimas matanzas no favorecen la imagen política del magnate, quien buscar continuar en el poder.
En materia de tuits, el mandatario continúa con su política hostil, aunque ya mandó decir a los periodistas que le “bajen” el tono al relacionarlo con el racismo.
Por cierto, en su visita a Texas, el presidente no apareció en público. Sus visitas a los heridos en la balacera casi fueron privadas.
Impunidad
No castigar a un delincuente equivale a un acto de impunidad. Y la impunidad es como un premio. Estas frases las escuché por algún sitio y sí me llevaron a la reflexión.
Nuestro país cayó en un bache en materia de procuración de justicia. Hace varios años que las autoridades no investigan hechos criminales ni castigan a los delincuentes.
Vivimos en un vacío que se llena de impunidad. Más de ciento cuarenta periodistas fueron asesinados y los homicidas gozan de libertad total.
En otras líneas, son miles de desaparecidos que son buscados por sus familiares sin encontrarlos. ¿Y las autoridades? Bien, gracias.
Así pues, por donde se quiera ver el problema de la impunidad es grave. La falta de castigo a los criminales por parte de las autoridades orilla a la población a hacerse justicia por propia mano.
El miércoles, cinco presuntos secuestradores fueron colgados de un árbol y linchados por vecinos del municipio de Cohuecan, Puebla. Después, dos personas más, señaladas como delincuentes, perecieron a manos de los lugareños.
En total, siete personas resultaron ajusticiadas por la turba que no aceptó razones para desistir de su conducta fuera de la ley. De los presuntos delincuentes se dijo que intentaron secuestrar a un ganadero de la población de Tepexco.
De seguir la impunidad en México, seguirán los linchamientos.
Feliz fin de semana.