Sublime fusión de Los Diez Pianos Extravaganza con el mural de Siqueiros
Espectáculos miércoles 16, Feb 2011- Majestuoso espectáculo que recorre la música de todos los tiempos, desde la operetta alemana hasta los Beatles, pasando por los valses vieneses, música de Broadway, jazz, zarzuela y música mexicana
Gloria Carpio
Logran un acercamiento con el público a través de un íntimo espectáculo en el que los tenores y sopranos caminan entre los asistentes, disfrutando del arte de David Alfaro Siqueiros. (Foto: Patricia Correa).
Lo que nunca imaginó David Alfaro Siqueiros, pero que sí lo hizo don José Vasconcelos, se convirtió en realidad 30 años después de que el primero muriera y 50 de que sucumbiera el segundo: uno de los más trascendentales murales de la plástica mexicana fue el marco de un magno concierto titulado Los Diez Pianos Extravaganza, concepto magistral que quizá llegó para quedarse, porque fusiona la música, al mismo tiempo que las graderías giran en torno a la obra monumental.
Y es que la obra pictórica no pudo tener un mejor valor agregado con este nuevo concepto que en su momento los críticos de arte definirán y que por lo pronto simplemente es un performance que se sublima en la medida en que transcurre.
La agrupación de Los Diez Pianos Extravaganza, creada en el 2002, arrancó temporada en el Polyforum Cultural Siqueiros, recorriendo la música de todos los tiempos, desde la operetta alemana, hasta los éxitos de Los Beatles, pasando por los valses vieneses, los temas de Broadway, el jazz y la zarzuela y coronando con la música mexicana.
A todo esto se suman las actuaciones del tenor Rodrigo Garciarroyo y de la soprano Verónica Murúa.
Y es que se trata de lo más acabado de una fusión del arte, a donde concurrieron los arreglos de Dimitri Dudín y la batuta de Vladimir Sagaydo.
La agrupación de Los Diez Pianos tuvo en el arranque a pianistas invitados, como Joseph Olechowski y Jazmín Sandragoresian, a quienes a su vez se unieron los violinistas Igor Ryndine (miembro de la Orquesta Sinfónica Nacional) y Vladimir Tokarey (concertista de la Orquesta de Ópera de Bellas Artes).
Para quienes han disfrutado conciertos de una sinfónica o una filarmónica, este espectáculo es algo marcadamente vanguardista, donde no cabe más que la palabra sublime, sobre todo porque a nadie se le había ocurrido tener como marco un mural de la envergadura del que pintara Siqueiros a lo largo de la década de los sesentas.
Y ahí gira la marcha de la humanidad fusionada con la música y los diez pianistas alcanzan un acoplamiento tal, que puede afirmarse que los mexicanos no los han escuchado y que este será el espectáculo artístico de la década.
Mención especial merecen los protagonistas (los diez pianistas) Araceli Salazar, Carlos Árias (quien por momentos toma el violín para hacer armonías), Ernesto Aboites, Emanuel Vieira, Fernando Carmona, Israel Martínez (quien también hace coros, en razón de que también es tenor), Noé Espinoza y Dan Ponce (quien toma la batería).
El concepto ya fue presentado en el Foro Scotiabank Inverlat y ahora en el Polyforum creció demasiado.
El repertorio fue marcadamente cuidado, arranca con la Obertura Candide, O Soave Fanciulla, Mio Babbino Caro, O Sole Mío, los valses Leberstraum de Franz Lizt, Los Cuentos del Bosque Vienés de Johan Strauss y luego se pasa al tributo de Los Beatles con Hey Jude, Yesterday.
Por si esto fuera poco, el concierto pasa por un Popurrí de Broadway y pasa a “Granada” de Agustín Laral.
Este concepto será replicado los días 18, 19, 25 y 26 de febrero, ahí, el complejo cultural dedicado a David Alfaro Siqueiros, quien de vivir en este siglo XXI, habría expresado ¡sublime!
Cuando finalizó la segunda función del 14 de febrero, los presentes ovacionaron de pie a Los Diez Piano, y entre ellos se encontraban Shanik Berman, Enrique El Perro Bermúdez, así como Paolo Botti.
Llamada de atención al ex acadmémico y conductor de televisión Paolo Botti, le urge un asesoramiento en imagen, pues cómo es posible que acuda a un evento lleno de calidad como Los Diez Pianos, con verdaderos artistas (¡ojo! artistas, no concursantes de La Academia), si portaba unos jeans sucios, tenis llenos de mugre y posiblemente hasta asistió sin bañarse, le recordamos que estaba ante grandes artistas que merecen su respeto.
