El robo del año
¬ Salvador Estrada jueves 8, Ago 2019Folclor urbano
Salvador Estrada
En esta gran Ciudad de México suceden cosas raras, increíbles, que no se pueden creer, pero que son ciertas, hechos que parecen ser de una telenovela o de una película.
El año pasado en la avenida Paseo de la Reforma, la principal arteria del corazón capitalino ¡se robaron las esculturas de bronce de los héroes de la época juarista¡
Siete esculturas de los luchadores de la Reforma, desparecieron de la noche a la mañana, y…no pasó nada. Las placas de identificación de cinco bellas esculturas de la Avenida Juárez también fueron robadas y …nadie sabe nada.
Pero el colmo de los colmos es que robaron la Casa de Moneda, en plena luz del día, en Paseo de la Reforma, y se llevaron ¡cincuenta millones de pesos en monedas de oro¡ conocidas como centenarios.
Esta es una historia de novela policiaca, para llevarla al cine, o a la a televisión, como una serie española titulada Casa de Papel, porque según las primeras informaciones, tres sujetos, filmados por las cámaras de video, se llevaron el botín, tan tranquilos, sin disparos, sin ruido sin nada que “despertara a las alarmas” .
Los ladrones amagaron a un guardia de seguridad y entraron a la bóveda y ¡arrasaron con los centenarios¡ y salieron caminando, como Juan por su casa, y hasta el momento es todo lo que se conoce de esta asalto que puede considerarse ¡el robo del año¡
La policía, como siempre, investigará hasta dar con los delincuentes y “caiga quien caiga se aplicará todo el peso de al ley” porque ya es ahora de frenar tanto asalto en la gran ciudad.
Ese robo, no fue un robo cualquiera, uno más de los muchos que se dan en esta metrópoli, que en un tiempo fue llamada la Ciudad de los Palacios, hoy de los balazos, sino que tuvo que ser planeado, con tiempo, y ensayado, de cómo lograrlo, y la forma en que habrían de huir.
Y, para llevarlo a cabo, se supone que los ladrones contaron con cómplices, porque fue tan preciso el atraco, que sin el conocimiento de la forma en que mueve el personal de la Casa de Moneda, no pudieron robar al azar y huir sin mayor problema.
La información, hasta ahora, está limitada, y se desconoce en dónde guardaron las monedas, si fue costal, valija, bolsa o mochila, porque cincuenta millones de pesos en oro, seguramente requiere de un esfuerzo cargar tantos centenarios. Y no salir apresurado, para no llamar la atención.
Aquí es donde la policía tendrá que ponerse águila para saber más del asunto e interrogar a los empleados de la Casa y encontrar a posibles cómplices y tener la certeza de que fueron exactamente cincuenta millones de pesos en oro lo que se robaron, no vaya a ser “la de malas o de las buenas” y no fueron cincuenta, sino menos, que inflaron la cifra paras fines personales de los dueños de las monedas o de los policías.
Este robo debe ser investigado por los mejores policías y detener a los ladrones, con todo y botín, en el menor tiempo posible, porque su actuación les dará un reconocimiento de la sociedad y de los altos mandos de la ciudad y de la policía, porque no se puede pensar que son mejores y más astutos los ladrones que la policía metropolitana a quien se ha capacitado y se les ha dado tecnología para el mejor desempeño de sus labores.