Banderazo tardío
¬ Augusto Corro miércoles 16, Feb 2011Punto por Punto
Augusto Corro
Al fin, Gustavo Madero, líder del Partido Acción Nacional (PAN), dio el banderazo de salida hacia los comicios de 2012. Ya con anticipación, varios aspirantes blanquiazules manifestaron sus inquietudes como aspirantes a la precandidatura presidencial. Entre otros, el ex secretario de Gobernación y actual senador, Santiago Creel. Después de pasar una prolongada temporada en la congeladora de Televisa, el legislador fue entrevistado en el “Canal de las estrellas”, en horario estelar, y se reconfirma que sus pleitos con la televisora quedaron en el pasado. Se trató, pues, de un destape en cadena nacional. Ese hecho aceleró la lucha interna entre los panistas que pretenden suceder en el cargo a Felipe Calderón Hinojosa.
Para el presidente del PAN, Gustavo Madero, hay por lo menos diez blanquiazules con posibilidades de participar en la línea de salida hacia la Presidencia de la República. Sin embargo, Creel piensa que no son necesarios tantos aspirantes, porque está claro que no se trata de formar un equipo de futbol y subrayó: “Hay talento entre los panistas, pero el que está firme soy yo”. Efectivamente, el panista mejor posicionado, según las últimas encuestas es Creel, quien fue secretario de Gobernación de Vicente Fox.
A todo esto, el propio Creel ya tuvo una oportunidad para competir por la candidatura panista a la Presidencia de la República frente a FCH. En esa ocasión resultó derrotado y alcanzó a librar el traspié político con una senaduría. Al principio, fue designado por dirigir a la bancada panista. Luego, de mala manera lo echaron del cargo y lo sustituyó Gustavo Madero, el ahora flamante líder panista. Son ríspidas las relaciones de Creel con la dirigencia partidista. Su movimiento anticipado en busca de sus aspiraciones políticas obligó a la jerarquía panista a simular el banderazo de salida de los competidores que desean participar en la sucesión presidencial.
Fue una simulación, porque varios de los funcionarios públicos, legisladores y hasta algunos gobernadores despistados, dejaban entrever, con cualquier pretexto, sus deseos de estar en la máxima contienda electoral. De ellos sólo cuatro aceptaron públicamente su interés por entrar a la contienda electoral: el senador Santiago Creel; el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio Irazábal; Josefina Vázquez Mota, y el gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, mejor conocido como Etilio, por su afición a las bebidas espirituosas. Otros que también tienen sus sueños guajiros son: Ernesto Cordero Arroyo, secretario de Hacienda; Javier Lozano Alarcón, secretario del Trabajo; Heriberto Félix Guerra, secretario de Desarrollo Social y los gobernadores Juan Manuel Oliva y Marco Antonio Adame, de Guanajuato y Morelos, respectivamente.
De los mencionados, Creel es el único que no puede presumir de la amistad con el encargado de gobernar al país. Los demás políticos mencionados tienen en mayor o menor medida una amistad con FCH. De acuerdo como se maneja la política panista, el mejor de los amigos será el sucesor. Olvídese de capacidades, más de una vez se demostró que el gabinete presidencial lo integran no los mejores, sino los más cuates, los paisanos. Por eso, Creel, el mejor posicionado de los panistas para alcanzar la precandidatura, tendrá que sortear un sinnúmero de obstáculos, entre otros el desprecio a la democracia que priva en la cúpula panista. Desde la fecha del destape del senador en cadena nacional, Gustavo Madero fue relegado como árbitro en la contienda preelectoral. Como informamos, en el Distrito Federal, el gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, organizó a sus cuates y se reunieron para festejar su destape. A pocos kilómetros, hacía lo mismo Josefina Vázquez Mota, con el pretexto de su cumpleaños. Actitud obvia y sin sentido. Nadie ignora que busca la candidatura panista.
Por cierto, en la fiesta de Vázquez Mota, a la que asistió parte de la caballada, el secretario de Educación, Alonso Lujambio, criticó a Creel por haber dicho que no se requieren diez aspirantes, sino 11, pero para un equipo de futbol, porque para la presidencia sólo se requiere un candidato. Y agregó: “Santiago Creel no le ha dado valor a algo que es muy importante para nosotros los panistas: nuestra pluralidad y la venturosa amplitud de la competencia interna”. Ante el movimiento incontrolable de los blanquiazules, Gustavo Madero dio el banderazo tardío para la competencia presidencial rumbo al 2012. El líder blanquiazul urgió a “los presidenciables de Acción Nacional” a que alcen la mano y se “destapen”, es decir, que de una vez por todas asuman los riesgos de buscar la Presidencia de la República. No era necesario que Gustavo Madero gastara sus palabras en esa exhortación fuera de tiempo, pues el juego empezó hace tiempo y él y su jefe intentaron, en vano, cambiar los tiempos.
Por otra parte, lo interesante de los destapes es que se conocen con suficiente anticipación quienes son los aspirantes, sus milagros, sus incapacidades y sus historias políticas, no siempre ejemplares. Tal es el caso del gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, quien tiene una visión sesgada de México. ¿No entiende que su afición al alcohol y sus “asquitos” lo eliminan automáticamente de la lista de prospectos? Sin embargo, su ambición por el poder es desmedida y un ejemplo se encuentra en el gasto millonario que realizó para promover su IV Informe de Gobierno. ¿A quién le quiere ver la cara el gobernador de Morelos, Marco Antonio Adame? Durante su gestión la mencionada entidad sufrió el embate del crimen organizado que alteró la vida de una sociedad tranquila y pacífica. ¿Cómo esperar algo positivo del secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, quien hace gala de su rijosidad? Los asuntos laborales tienen que pasar, necesariamente, por el enfrentamiento y la descalificación. Con el solo hecho de ser incluido en la lista de los presidenciables es más que suficiente. Del secretario de Hacienda, Ernesto Cordero Arroyo, gran amigo y paisano de FCH, en caso de llegar al poder, nos traerá a gasolinazo limpio. De los demás “suspirantes”, mejor ni hablar.