Crímenes de odio
Alberto Vieyra G. martes 6, Ago 2019De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Trece horas de crímenes racistas y terroristas fueron los que se vivieron el pasado fin de semana en el sur de Estados Unidos, particularmente la masacre contra mexicanos y latinos en El Paso, Texas con saldo de 7 muertos y más de 10 heridos, la mayoría de Chihuahua.
Ya suman 251 tiroteos que se reportaron en Estados Unidos en los 215 días que han transcurrido del 2019, la mayoría de ellos con tintes racistas.
¿Qué nos dicen estos crímenes de odio?
Pues nada, que en Norteamérica hay un desequilibrado mental, llamado Donald Trump que cobra como presidente de los Yunaites solamente para dividir a los norteamericanos y fomentar la infame y ancestral cultura racista contra todo lo que no sea raza blanca, llamada por el cura andariego Dominique Strauss, allá por 1855 como “la basura blanca”.
Donald Trump es el culpable del racismo hitleriano que impera en los Estados Unidos, en donde a las masacres suelen llamarles “terrorismo doméstico”.
Todo indica que el tiroteo en Walmart de El Paso, Texas fue un acto político calculado, extraído de la retórica nacionalista blanca que impera en la política moderna del país. Hora y media antes del tiroteo en el Walmart circuló en internet un manifiesto contra la “invasión hispana de Texas”, detallando un plan para dividir EU en territorios por raza.
“Si podemos deshacernos de suficientes, entonces nuestra forma de vida puede ser más sustentable”, rezaba el texto bajo el título La verdad incómoda, de autor desconocido.
¿Por qué ni allá ni acá actuó alguna autoridad para evitar el acto terrorista y racista de El Paso? …
Para los racistas blancos, la invasión latina a los territorios que pertenecieron a México hasta 1848, son una justificación para evitar no solo la silenciosa reconquista del territorio, sino la cultura del exterminio que comenzó hace casi dos siglos con la llegada de los llamados Rangers ingleses, afincados principalmente en Texas.
Recordaré que el odioso racismo es sembrado en Europa por Adolfo Hitler y provocaría la muerte de casi 59 millones de personas en la Segunda Guerra Mundial, un auténtico genocidio, entre ellos 7 millones y medio de judíos que representaban un monumental peligro para la religión católica y el capitalismo.
Adolfo Hitler sembraría la semilla del nacionalismo extremista propalando a los cuatro vientos la tesis de que la raza blanca o raza aria era la más pura e inteligente de la tierra y debía gobernar por los próximos mil años.
El nacionalismo racista hitleriano es el mismo que hoy enarbola en Estados Unidos la llamada bestia trumpiana, apodado también el Hitler gringo, quien durante la primera campaña electoral rumbo a la presidencia de Estados Unidos declaró que norteamérica tenía que volver a ser una nación de blancos.
¡Imposible!, porque la nación más poderosa del planeta se configuró en los últimos dos siglos con migrantes de todas las latitudes del mundo, muchos de ellos negros procedentes de Europa y áfrica, a los que hoy, Donald Trump y sus racistas seguidores blancos les piden a coro: ¡que se vallan, que se vallan, de Estados Unidos!
¡Qué perversa división de un gobierno del diablo!, empeñado en dividir a su pueblo para perpetuarse en el poder, otros 4 años.
¿Y qué dice el blandengue gobierno de México sobre esos crímenes racistas de odio?… ¡Ah! ¿A poco hay gobierno?