Poquito crecimiento
Alberto Vieyra G. jueves 1, Ago 2019De pe a pa
Alberto Vieyra G.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó que la economía mexicana se salvó de una recesión técnica, al alcanzar un crecimiento del 0.1% en el segundo trimestre de este año, con lo cual el presidente López Obrador echó las campanas al vuelo y al grito de “lero, lero”, diría: “les falló el pronóstico a los expertos”. Crecimiento económico de 0.1%… ¿No es acaso un pinchurriento crecimiento? ¿Vale la pena hacer fiesta en Palacio Nacional con fanfarrias olímpicas del Tío Gamboín, cuando todos sabemos que la economía está deprimida y de capa caída?, ¿Se nota ese miserable crecimiento en los bolsillos, las panzas y las mesas de millones de mexicanos? Sí, “crecimos poquito”, cacarea AMLO.
Para los estudiosos del carácter, las personas que acostumbran a hablar en diminutivo, por ejemplo, personita o poquito, son individuos mediocres y poquiteros que se conforman con poquito.
¿Las cifras del INEGI son reales o fueron maquilladas para evitar la cólera del dios sexenal, que cuando alguna institución de las llamadas autónomas desentona con cifras que no sean las de AMLO, inmediatamente corre a sus titulares o les da tijiretazos a los presupuestos de esas dependencias, como ocurrió hace una semana con el mero mero del Coneval, Gonzalo Hernández Licona?.. ¿Es creíble que hayan fallado los expertos, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco de México, calificadoras internacionales y tal y tal, en sus proyecciones de crecimiento en la economía mexicana?, ¿Usted a quién le cree, a los expertos o a los números de AMLO, que es un experto en simulación política y en el arte del engaño?..
También, el Presidente niega rotundamente que no esté ejerciendo el gasto público, lo que ha motivado que la economía mexicana esté en vías de recesión o ya en recesión.
“Es ahorro”, afirma AMLO. ¿Ahorro? ¿De qué tipo de ahorro habla? Porque mire usted, el gobierno no tiene por qué ahorrar. La obligación de todo gobierno es ejercer el gasto público, autorizado por la Cámara de Diputados, para que todos los rubros en el país caminen como Dios manda.
Le pondré un ejemplo: Si un jefe de familia le da quincenal o mensualmente el gasto al ama de casa, es para que compre el pipirín, el gas, el pago de la luz, la línea telefónica, la compra de medicamentos, etcétera. ¿Pero qué pasa si la señora no reparte el gasto? Todo se arruinaría, y la casa se vería en problemas.
Bueno, es exactamente lo que está haciendo AMLO, al no distribuir el gasto. Así de fácil, y por eso estamos como estamos, con una economía frágil, deprimida o quebrantada y que mediocremente crece, como él dice poquito. ¡Qué mentalidad!
Pero, además, lo que tiene que hacer AMLO es incentivar y convencer a los empresarios mexicanos y extranjeros para que inviertan en México, creando empleos bien pagados, con lo cual se atacará de fondo el problema delincuencial, porque muchos compatriotas, al no tener dinero, tienen que abrazar las filas de la delincuencia.
Los responsables de ese maldito estado de cosas, son sin lugar a dudas, ese ponzoñoso binomio llamado iniciativa privada y gobernantes, que juntos han creado ejércitos de miseria.