Se refrescan la memoria
Ramón Zurita Sahagún martes 30, Jul 2019De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Son ampliamente conocidos los arreglos, negociaciones, convenios, acuerdos, conciliaciones y transacciones que se realizan en lo oscurito entre la llamada clase política, en la que participan los hombres del poder público, empresarios u otro tipo de personajes.
Por eso, para nadie resulta sorpresivo que sea hasta cuando se pelean las comadres (como dice el viejo adagio) cuando saltan las verdades y no en el momento en que se les reclama algunas de esas situaciones que se conocen solamente a medias.
Es cuando les llega el agua al cuello o consideran beneficioso para una de las partes, el momento en que se les refresca la memoria y sueltan la lengua, para contar supuestas verdades de algunas situaciones.
Javier Duarte parece ser el ejemplo a seguir, ya que mediante algunas confidencias de lo que según él ocurrió con su captura, pretende paliar la condena a la que se le sujetó y de esa forma compartir responsabilidades sobre su situación jurídica.
Emilio Lozoya, el personaje más asediado por las autoridades, manifiesta su disposición para contar en un video (no se hace presente en lo físico por la posibilidad de ser detenido) el destino que tuvieron los recursos de la compra de las plantas de fertilizantes, de la que se asegura fue con un enorme sobreprecio.
Si en los tres primeros meses de la denuncia, el ex director de Pemex guardó silencio, ahora que se ve comprometido con la responsabilidad total, parece dispuesto a involucrar en el tema al ex presidente Enrique Peña Nieto y al ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray, entre otros personajes.
Marko Cortés, el desdibujado presidente nacional del PAN, también aprovecha la oportunidad de los reflectores para contar que la dirigente nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky le ofreció una negociación en la que se involucraba el tema del canje del gobierno interino de Puebla a cambio de la aprobación de la ampliación de dos a cinco años el gobierno del siguiente mandatario de Baja California, lo que, supuestamente, rechazó el dirigente panista.
Hasta donde se sabe, el firme y duro Marko fue a Baja California para hablar con sus diputados y el propio gobernador Kiko Vega y advertirles de no negociar, ya que la gubernatura estaba perdida, pero en dos años tendrían la posibilidad de recobrarla.
Ernesto Ruffo, otro destacado panista, adversario de Marko y eterno aspirante desde hace 20 años a la dirigencia nacional del partido blanquiazul, aprovechó el momento para refrescarse la memoria y narrar como hace más de 30 años los priístas le ofrecieron ser el candidato de ese partido, cuando era dirigente empresarial y el por su firmeza prefirió la alternativa de Acción Nacional.
Cada uno de esos casos y otros más, nos muestran la clase de la política nacional, donde unos y otros se tapan sus negociaciones, algunas de ellas vergonzosas y otras producto de su imaginación, las que revelan debido a un inesperado ataque de consciencia y memoria.
Lo turbio de algunas de situaciones les provoca guardar silencio y no denunciarlo en su momento y cuando lo hacen quedan en evidencia unos y otros. Por eso, resulta interesante saber cuántas más de estás revelaciones se conocerán en el futuro, de acuerdo al cerco que se vaya formando alrededor de algunos políticos y si alguien se atreverá a lanzar alguna de ellas sobre los personajes de los que todo mundo habla, como los grandes beneficiarios de las negociaciones en el sistema político mexicano y que durante la alternancia obtuvieron sus mejores trofeos.