CDMX, escenario de narco y crimen
¬ Arturo Ríos Ruiz lunes 29, Jul 2019Centro..!
Arturo Ríos Ruiz
Preocupa que, al parecer, la culpa del impactante caso de la Plaza Artz, se lo cargarán a Esperanza “N” una confesa sicaria que ha matado por 5 mil pesos.
Ahora, se sabe que trabajó en un negocio de los hijos de “El Ojos”, en Tláhuac, el líder del cártel de esa región, ultimado por la Marina, pero el negocio sigue en esa parte y muchas otras de la capital.
Tras la fallida declaración oficial, al vuelo, “fue crimen pasional” y hasta crearon que fue un ligue por Facebook.
Poco a poco se han ido desmenuzando las cosas en torno al doble crimen de los israelitas, que resultaron ser de la alta escuela del hampa internacional, con muchos negocios, todos delictivos, en varias partes del mundo y en la CDMX.
Recordemos los hechos de ese día: el 24 de este mes, mataron a Benjamín Yeshurun Sutchi y Alon Azulay en un operativo criminal, que se llevó en 25 segundos; algo definitivamente profesional.
Minutos antes, fuera de la plaza mencionada, se suscitaron descargas de armas largas contra policías auxiliares de la vigilancia en el lugar, lo que acaparó la atención de los demás guardianes.
Esta acción, más bien parece que fue calculada para atraer a los uniformados fuera del establecimiento y facilitar la ejecución del blanco, que eran los israelitas.
Benjamín Yeshurun Sutchi, entraba a México con nombres cambiados como “Juan por su casa”, lo que nos habla muy mal de los controles migratorios en esa parte de su obligación, la última fue en marzo pasado; indica que los filtros son vulnerables o pasados por alto por alguna razón, que podría ser “la mordida”.
Lo expuesto por Gabriel Regino, ex jefe policiaco en la CDMX, que Yeshurun le ofreció un millón de dólares por dejarlo huir, es suficiente para saber que el israelí conocía muy bien el recurso del soborno que, con seguridad lo aplicó en varias ocasiones, tanto en México y en otras partes del mundo; tuvo en su haber escapes de la prisión y era especialista en matar.
¿Qué más hay en ese terrible asunto, que apenas asoma todo un maremágnum de hechos en el fondo de su profundidad? ¿Cuántas autoridades están relacionadas en este mundo misterioso del crimen, que sólo nos toca ser observadores, a expensas que se diga lo que desean que creamos?