El escándalo del Coneval
¬ Augusto Corro lunes 29, Jul 2019Punto por punto
Augusto Corro
Lo primero es saber que es el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). En su presentación se explica lo siguiente:
El Coneval “es un organismo público descentralizado de la Administración Pública Federal, con autonomía y capacidad técnica para generar información objetivo sobre la situación de la política social y la medición de la pobreza en México, que permita mejorar la toma de decisiones en la materia”.
Quiero entender que se trataba de oficinas que recorrían el país para evaluar las condiciones de miseria en que viven millones de mexicanos y reportar sus investigaciones para hacer el mapa de la pobreza.
La información se canalizaba al gobierno en turno para sus políticas (¿cuáles?) de combate a la lacerante miseria. Se trató del trabajo de funcionarios y empleados del Coneval que en nada influyó en una mejor atención a las clases necesitadas. Basta con revisar los censos poblacionales para saber que hay más de 50 millones de pobres en nuestro país. Un considerable porcentaje de personas en pobreza extrema. Y así continuará ese problema social de la miseria galopante que no se puede erradicar de la noche a la mañana. Fueron muchos años de la población que vivió marginada, en espera de ayuda oficial que nunca les llegó.
¿Qué recomendaciones planteaban los funcionarios del Coneval? ¿La clase política en el poder los escuchaba? Todo hace suponer que nadie tomaba en cuenta las sugerencias de los especialistas en investigar el tema de la pobreza en México.
El 22 de julio, el secretario ejecutivo del mencionado consejo, Gonzalo Hernández Licona, supo que había sido removido de su cargo. ¿Qué siguió? Un serie de protestas e inconformidades de amigos y simpatizantes del ex funcionario, que no entendían la razón de esa medida.
Después se supo que en el Coneval los sueldos de los funcionarios son elevadísimos. Disfrutan de privilegios burocráticos. Son una clase privilegiada en medio de tanta pobreza. No es difícil saber dónde vive gente pobre y la cantidad de población sin recursos necesarios para subsistir.
El problema del Coneval se planteó al presidente Andrés Manuel López Obrador quien dejó entrever su desaparición. De acuerdo con declaraciones del mandatario, el Coneval gastó 20 millones de pesos más en la renta de oficinas que estudios e investigaciones.
Si dicha Consejo servía como fuente de empleo únicamente, ¿qué caso tiene mantenerla con decenas de funcionarios que hacen como que trabajan? Las líneas políticas para entender los problemas de pobreza todo mundo las sabe. El problema surgía porque los gobiernos de los diferentes niveles mostraban poco a nulo interés para ayudar a la población a luchar contra las desigualdades económicas. Datos sobre el multicitado Consejo:
El secretario Ejecutivo llevaba casi 13 años en su puesto.
Tres de los 6 investigadores académicos están en el Consejo Directivo del Coneval desde el 2006; los otros 3, desde el 2010 cuando deberían permanecer únicamente 4 años. Entre 2013 y 2018 el número de plazas se duplicó al pasar de 107 a 212.
Aunque su estructura orgánica es de 4 Direcciones Generales Adjuntas, actualmente existen 16 puestos con ese nivel.
A lo anterior se debe agregar el incremento en el gasto de productos alimenticios, la elevación en el costo del arrendamiento de vehículos para el personal, la renta de edificios, etc. ¿Es válido mantener a la burocracia privilegiada y sus “aviadores”? ¿Qué opina usted amable lector?
El contrabando de armas
El tema del contrabando de armas se toca de vez en cuando como algo sin importancia, a pesar de su uso constante por parte de la delincuencia organizada. Son alarmantes las cifras del número de personas que perdieron vida con pistolas o rifles de alto poder ilegales traídas de Estados Unidos.
Por ejemplo, de enero de 2015 a junio de 2019 se registraron 56 mil 588 víctimas. El problema se agudizó con la lucha antinarco de Felipe Calderón y el fin de la ley contra el uso de piezas de asalto en la nación vecina. La Secretaría de Relaciones Exteriores informó que actualmente 7 de cada 10 homicidios y otros crímenes de alto impacto se “cometen con armas provenientes de la frontera norte, específicamente de estados como Texas, California y Arizona”.
En 2018, México alcanzó su nivel más alto de homicidios, con una tasa de 29 homicidios por cada 100 mil personas. En 1997, 15% de los asesinatos se cometieron con un arma; en 2018 ese porcentaje aumentó a 73%.
La delincuencia organizada siempre contó con las suficientes armas para sus actividades ilícitas, mientras las autoridades reflejan su ineptitud para combatir el contrabando de pistolas, rifles de alto poder, granadas explosivas, etc.