Ley de Herodes
Alberto Vieyra G. jueves 25, Jul 2019De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Consumada en lo oscurito la Ley de Herodes en Baja California. En lugar de la sede del Congreso, los ignorantes y marranones diputados locales usaron un auditorio del municipio de Rosarito para consumar la Ley de Herodes que amplía, les guste o no les guste a los californianos y más de 125 millones de mexicanos, la ampliación de dos a cinco años el mandato del marrano mayor, Jaime Bonilla Álvarez, electo en las urnas por dos años, lo que ha desatado un repudio generalizado en la nación azteca por el vil y artero atropello a la democracia de los californianos, asunto que podría reeditarse a nivel nacional, aunque Andrés Manuel López Obrador jure y perjure que no se reelegirá y muestra carta de no reelección y dice que la certificará ante notario. Habrá que ver si la consumación de la Ley de Herodes o la mal llamada Ley Bonilla se apegó a los cánones que marca la Constitución local y federal de que, para celebrar reuniones ordinarias y extraordinarias fuera del recinto oficial, tiene que haber una declaración legal para utilizar alguna instalación alterna como Congreso.
El gobernador panista, Francisco Vega, ya advirtió que no promulgará la Ley Bonilla al más puro estilo de la Ley de Herodes, por lo cual la actual marranona e inmoral legislatura dispone de 17 días para publicarla, de tal manera que quedaría totalmente consumado la inconstitucional reforma al artículo 108 de la Constitución local para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación la declare inconstitucional. Bonilla y su pandilla, en la cual figura el ex priísta Amador Rodríguez Lozano y el ex gobernador californiano Xicoténcatl Leyva Mortera, otro marranón de triste recuerdo, que convirtió a Baja California en un cochinero político, que dio lugar a que el PRI tuviera que entregar al panista Ernesto Ruffo Appel en 1989 esa gubernatura, la primera en la historia priísta, además de marrano es más terco que las mulas, al querer justificar los injustificable.
Recordaré que a fines del siglo pasado y cuando el PRI ejercía un férreo control político y social se filmó en México la película “La Ley de Herodes”, que a regañadientes y ante la presión de fuenteovejuna tuvo que ser exhibida, convirtiéndose un una autentica tumba política para el PRI, pues en el 2000 tuvo que entregar la silla presidencial al panista Vicente Fox.
La Ley de Herodes retrataba a un presidente municipal, aparentemente decente, pero que al llegar al poder se da cuenta de que había que hacer muchos enjuagues inmorales con la Iglesia católica, los intereses capitalistas y con poderosas oligarquías, enemigas del pueblo.
Que en síntesis hacía gala y reflejaba fielmente el estilo de gobernar priísta, las relaciones internas del poder en el partido, sus reglas para llevar a cabo la sucesión de los gobernantes, su forma de relacionarse con la Iglesia, con la oposición y con los Estados Unidos y de cómo mediante el autoritarismo y la corrupción, el PRI, el gobierno, el Estado y sus instituciones, llegaron a convertirse en una y en la misma cosa.
Si la Corte no de la pa’tras a esa marranada política, no hay duda que los californianos serán gobernados por Herodes Bonilla.