La joya de la corona
Freddy Sánchez jueves 18, Jul 2019Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Alfonso Durazo, Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyPC), declaró su certeza de que la Guardia Nacional pronto será motivo de orgullo.
Una vez superado en lo general el escollo de la rebelión en la Policía Federal, la batalla contra la delincuencia organizada está en manos de un nuevo cuerpo de seguridad precedido de los mejores augurios.
Con la integración de elementos experimentados y dispuestos a exponer su vida por el bien común.
Así que la Guardia Nacional, (podría pensarlo y decirlo mucha gente) es la esperanza de México.
Frase, ésta última que ahora más que nunca, dejó de ser un slogan político electoral para convertirse en un sonoro clamor popular.
Porque la seguridad, es la primera y más importante exigencia social.
El más fervoroso anhelo de mexicanos y extranjeros que no quieren seguir siendo víctimas indefensas de la excecrable delincuencia que roba, mata, secuestra y extorsiona de día y de noche en cualquier parte del territorio nacional.
Por eso se han dado las más entusiastas expectativas sociales acerca del futuro desempeño de la Guardia Nacional, la que, es un deseo colectivo que realmente tenga éxito contra la criminalidad agobiante y creciente, que impunemente martiriza a la sociedad.
De ahí que se le quiera dar crédito a lo prometido por el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, en cuanto a que las cosas cambiarán positivamente en México.
Para tal fin, Durazo afirmó que la Guardia Nacional cuenta para el eficaz y eficiente desarrollo de sus actividades de seguridad con elementos policiacos, (antes incorporados en la marina, el Ejército y la federal), que son catalogados como los mejor seleccionados, los mejor capacitados física e intelectualmente, los mejor adiestrados y los mejor equipados para el cumplimiento de sus obligaciones.
Una cuestión que es fundamental para lograr que las mafias del delito no sigan teniendo tantas facilidades para la comisión de sus ilícitos tal como ocurrió en sexenios pasados.
Algo que puso de manifiesto una funesta verdad. La de que las organizaciones criminales parecen contar con mejor capacidad de inteligencia, mejores métodos de organización, mejor equipamiento, mejores estrategias para ocultar sus fortunas mal habidas y mejor metodologia para la intimidación o el soborno de autoridades.
De tal suerte, que frente al hampa criminal suelen verse a elementos policiacos asustadizos, comprados o rebasados por sus oponentes.
Y en ese contexto, es menester que la Guardia Nacional se esmere hasta demostrar que su desempeño no será el de “un gigante con pies de barro”, puesto que ahora sí se verá una batalla triunfal a favor de la seguridad y el bienestar nacional.
Claro que en ese sentido, huelga decir que la única manera de creer en las virtudes del nuevo cuerpo policiaco, dependerá de que los criminales sientan que un poderoso yugo los oprime y obliga a refugiarse en un escondrijo donde pueden quedar a salvo al menos algunos de sus bienes materiales.
Y es que, francamente, es impostergable una acción confiscatoria de todo signo de enriquecimiento ilícito entre mafiosos y sus “padrinazgos”.
Ojalá entonces, que en vez de continuar con la política institucional de matar y apresar delincuentes a “tontas y a locas”, se logre dar “jaque mate” al gran poder económico de la delincuencia organizada, lo que, ciertamente, daría lugar al reconocimiento de la Guardia Nacional, haciendo que esta corporación, en torno a la proclamada Cuarta Transformación, orgullosamente se convierta en “la joya de la corona”.