“Nunca pintamos sueños”, de Wilson Moreno Palacios
Cultura martes 16, Jul 2019En la ruta de las letras
Patricia Correa
- En su novela plasma la realidad latente de la violencia de género

“Espero que a través de la novela se generé una necesidad de conseguir el libro, para luego despertar conciencias para que las mujeres se den cuenta si sufren del síndrome de Estocolmo doméstico”, señaló Wilson Moreno Palacios en entrevista con DIARIOIMAGEN.
En “Nunca pintamos sueños” se revela una realidad aterradora, todo contando a través de personajes humanos que te llevarán por un recorrido emocional que te mantendrá atado a estas páginas. En entrevista exclusiva para DIARIOIMAGEN, el autor Wilson Moreno Palacios comentó más detalles:
—¿Cómo surge la inquietud de retratar a la “otra Frida” en esta novela?
“Todo mundo me dice ¿es la vida de Frida Kahlo?, no es, la imagen de la portada es una pintura del gran ilustrador Israel Barrón, yo le había comentado que quería algo muy ambiguo, que se pareciera a Frida Kahlo, pero no es Frida Kahlo, lamentablemente esa otra Frida sí existe, está muy cerca de la CDMX, yo quise ver el paralelo entre esas dos Fridas, si bien es cierto esta Frida no es pintora, para mi fue impactante ver esa historia de Frida, pero no es el personaje principal, Delia es el personaje principal, es una colombiana de 24 años, que viene de Colombia y sale de su país para irse a Francia para hacer un doctorado, en toda mi obra ha estado la mujer presente, lo más difícil para mi en la novela fueron esos párrafos donde he intentando meterme en la piel de la mujer, pero que son muy fuertes; Delia se encuentra en el aeropuerto con Frida que es una mujer ya madura, tímida, necesita a hablar con alguien, y es cuando Delia la escucha, ellas se separan, pero intercambian teléfonos”.
—En el libro hay una frase “Las cicatrices se pueden borrar del cuerpo, pero siempre van a quedar grabadas en el alma”, ¿qué nos puedes comentar?:
“En esa frase resumo todo el sufrimiento de una persona, sin darle muchos spoilers, ella habla de dos personajes que van a marcar su vida, Diego y un perfecto desconocido, pero en un momento dado, ella no va a defender a Diego, pero va a decir que el otro desconocido es mucho peor que muchos Diego juntos, ella va a padecer violencia, ella cree en San Judas Tadeo, ella lo invoca y dice que gracias a él se salvó, ella pudo soportar tanto, tenía tres niñas, cada que Diego la golpeaba, la niña mayor se ponía a llorar, una vez ella tuvo que aguantarse sus lágrimas, llorar en silencio, para evitar que su niñita tuviera miedo, a eso se refiere esa frase”.
—Tú como extranjero ¿Cómo logras reunir elementos mexicanos en la novela?
“México esta unido a mis raíces, no se hasta que punto me siento más mexicano que muchos mexicanos, soy profesor de idiomas y ahora estoy trabajando como profesor de español y literatura, me gusta mucho la diversidad de culturas, que conviven, que cohabitan, en toda mi obra ha estado México, en mi primera obra “Una miseria feliz”, hay una editora y sus orígenes son mexicanos, es esa magia, por todas partes esta México”.
—En el libro tocas el tema del cáncer de mama, cuéntanos un poco de esto:
“Es un tema muy fuerte, estuve en el Hospital de la Mujer, estuve hablando con el doctor. Zarate, llegamos a la conclusión de lo que dicen mis personajes, es decir ustedes pueden pasar horas enteras en un espejo, supuestamente amándose, pero si ustedes realmente se amaran tomarían un minuto de su tiempo para hacerse un autoexamen, porque cuando hablamos con los oncólogos, es el mayor problema de América Latina, no tenemos esa cultura medical, es mi granito de arena para despertar conciencias, porque si no se dan cuenta a tiempo, el cáncer puede hacer metástasis”, concluyó.