Afectarán a miles de migrantes mexicanos las redadas en EU
Nacional sábado 13, Jul 2019
- Iniciarán este domingo
- Operativos serán en Atlanta, Baltimore, Chicago, Denver, Houston, Los Ángeles, Miami, Nueva Orleáns, Nueva York y San Francisco
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cumplirá su amenaza que lanzó en el evento del 4 de julio, de que su gobierno iniciaría redadas contra migrantes indocumentadoss. “Mucha gente tendrá que salir de aquí después del 4 de julio”.
Las operaciones comienzan este domingo, 14 de julio, en al menos diez ciudades del país, en donde agentes fronterizos llegarán para capturar a inmigrantes indocumentados, entre ellos miles de mexicanos, y a sus familiares, según el periódico The New York Times.
“En esas deportaciones, las autoridades podrían detener a migrantes que estén en el área, aún cuando ellos no fueran los buscados”, añadió el periódico.
“En la medida en que sea posible, los miembros de familias arrestados juntos serán llevados a centros de detención en Texas y Pensilvania. Pero, debido al espacio limitado, algunos podrían terminar en hoteles mientras se preparan sus documentos de viaje”.
Más de 10 millones de inmigrantes irregulares residen en ese país, según el centro de investigaciones Pew Research, el 66 por ciento de ellos desde hace más de una década.
Las operaciones las realizará personal de la agencia de Inmigración y Aduanas, conocida por su sigla en inglés ICE, indicó el diario, que atribuyó su información a funcionarios del gobierno no identificados.
“En esas deportaciones, las autoridades podrían detener a inmigrantes que estén en el área, aun cuando ellos no fueran los buscados”.
Ken Cuccinelli, director interino de la Oficina de Servicios de Ciudadanía e Inmigración en la Casa Blanca, dijo el pasado miércoles que el organismo está autorizado a expulsar a cerca de un millón de personas, pero admitió que no hay recursos humanos ni capacidades logísticas para ejecutar todas estas operaciones.
Operativos en al menos 10 ciudades
Las redadas tendrán lugar en Atlanta, Baltimore, Chicago, Denver, Houston, Los Ángeles, Miami, Nueva Orleáns, Nueva York y San Francisco.
Indocumentados, activistas y políticos estadounidenses reactivaron sus alertas, tras vencerse el plazo de dos semanas dado por el presidente.
Trump ha hecho de la mano dura con la inmigración una bandera electoral y presiona para lograr una legislación que estreche más los controles migratorios en la frontera, como hizo en su día con la posible expulsión de los dreamers (jóvenes migrantes que llegaron sin papeles como niños y han crecido en EU).
A México, otro actor clave en el desafío migratorio, le amenazó con la imposición de aranceles a todos sus productos si no intensificaba las deportaciones.
El repunte migratorio se debe sobre todo a la ola de centroamericanos que huyen de la miseria y la pobreza para llegar al país más rico del mundo.
Fruto del acuerdo con Trump para evitar la guerra arancelaria, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador elevó en un 33% las deportaciones, hasta las 21,912 expulsiones, lo que supuso la cifra más alta desde 2006.
El efecto en la frontera sur parece inmediato: el número de personas tomadas bajo custodia bajó un 28% en junio, hasta las 104,344 detenciones, aunque sigue siendo casi cinco veces más que en el mismo mes de hace dos años.
El pacto con López Obrador también implicó que Estados Unidos puede enviar ahora a algunos de los solicitantes de asilo a México para aguardar allí, mientras se procesa su solicitud.
Los primeros -alrededor de una docena, según datos de The Washington Post— llegaron esta semana al estado de Tamaulipas, zona a la que el Departamento de Estado otorga un nivel de riesgo tan elevado como el de Siria o Afganistán y al que por tanto recomienda no viajar a los ciudadanos estadounidenses.