Tal y como lo soñó: Adrián Uribe triunfa en el Blanquita con teatrao lleno

Espectáculos lunes 14, Feb 2011

• El Vítor, Serapio, Carmelo, Poncho Aurelio y El Temo, son ovacionados por el público más exigente que existe en México

Gloria Carpio

Adrián Uribe demostró, primero; que es capaz de llenar el Teatro Blanquita; segundo, que tiene un extraordinario repertorio de chistes; tercero que ha consolidado su carrera como comediante y por último que sus fans lo quieren demasiado y le aplauden a rabiar.

Este fin de semana el actor y comediante llenó en cuatro ocasiones La Catedral del Teatro de Revista con una gran ovación.

Y Adrián Uribe cumplió un viejo sueño de presentar un espectáculo solito, con cinco caracterizaciones, todas emanadas de sus programas de televisión, principalmente La hora pico, entre las que sobresale el monólogo de El Vítor, que lo llevó a la titularidad del programa de concursos Cien mexicanos dijieron y que definitivamente es la parte estelar del show.

Adrián no dejó ni un solo resquicio y el que pudo haber existido lo llenó inteligentemente con un sketch en el que comenta que una de las mujeres más guapas es la actriz Marimar Vega, su novia y que estuvo presente en una de las funciones, acompañada de las no menos guapas Luz Elena González y África Zavala.

Ahí en esa misma fila estaban el productor Roberto Gómez Fernández, Memo del Bosque, Vica Andrade y Adal Ramones, observando lo que sin duda es la consolidación de un comediante, que cuidó pacientemente la continuidad de su espectáculo y una serie de factores técnicos, que sólo pueden observar los exigentes.

Acompañado de un grupo de exuberantes bailarinas de TV Azteca y de música viva, parte del espectáculo era el teatro lleno, luego vinieron los chistes y luego las palabras, marcadamente sentidas del actor quien comenzó dando las gracias por el recibimiento de que fue objeto: “A toda la gente que este día vino a tratar de olvidarse de tantas noticias negativas: que si ya se echaron a no sé quién, que si ya se echaron a no sé cuántos, que si ya se echaron a no se cuántas. Hay que divertirnos, vamos a pasarla bonito”.

Y Poncho Aurelio abrió el espectáculo, con lo cual Adrián Uribe le rindió un homenaje post mortem a Miguel Galván La Tartamuda, al proyectar una escena televisiva en la que juntos hicieron un sketch como guardianes del orden.

Eso fue suficiente para que el público no sólo estuviera contento, sino hasta melancólico, luego imitaría las voces de Andrés Manuel López Obrador y Vicente Fox, para después vestirse de bombero y presentar a El Temo, imitando los modales y gestos del inigualable y bien amado Cuauhtémoc Blanco.

Después vendría la caracterización de Carmelo, en donde comentó que las niñas en lugar de muñecos para jugar, quieren a sus Carmelos (homosexuales) para que flanqueen a sus Barbies.

En otro diálogo, Carmelo confiesa haber violentado a una compañerita. Su papá le responde: “Le quitaste la virginidad” y contesta: “no, le quité sus cosméticos.

Luego vinieron los chistes a costillas de Kalimba, sobre el por qué venden el café con su nombre y responde: es un expreso.

El personaje de Serapio no fue menor y dio paso a la presentación de El Vítor, que arrancó con el ritmo de Tienes espinas el rosal (de donde sacó su clásica frase Pipiripipín) y Yo soy el Vítor, que grabó junto con el Grupo Cañaveral y siguió con el show Naqueando por un sueño, en el que puso a las señoras a concursar bailando y los Cien mexicanos dijieron, con el que el público, de un lado hombres y del otro mujeres, se sintió como concursantes del programa televisivo, pero en plan de chunga. Las ganadoras fueron las mujeres y se llevaron una codiciada playera de El Vítor.

Adrián Uribe se dio el lujo de bajar el telón con un discurso:

“Para mí, era un sueño estar aquí en solitario, en este escenario que alguna vez pisé con mi compañero desaparecido Miguel Galván. Ahora estar aquí con todos mis personajes ha sido una bendición. Les agradezco por haber venido a acompañarme. De verdad para mí es un día de fiesta, porque les  pude entregar un poco de alegría a todos ustedes”.