La oposición, anulada
¬ Augusto Corro jueves 4, Jul 2019Punto por punto
Augusto Corro
La oposición o contrapeso se encuentra debilitada y el presidente Andrés Manuel López Obrador camina casi sin obstáculos. A un año de su triunfo electoral se encuentra en un escenario con adversarios sumidos en la derrota.
En el Partido Acción Nacional (PAN), su dirigente Marko Cortés perdió el rumbo de su discurso. Tras el gobierno del panista Felipe Calderón Hinojosa ese organismo político no levanta cabeza.
El blanquiazul se dividió y provocó renuncias de sus supuestos líderes. La propia Margarita Zavala y su esposo Felipe Calderón Hinojosa abandonaron el partido. Ahora se encuentran en la formación de un nuevo organismo político.
El otro que hizo las veces de dirigente panista, Vicente Fox, es un tuitero redomado que todos los días se queja de la política lopezobradorista. Fue rechazado por los manifestantes en la última marcha contra el gobierno, en León Guanajuato.
Quien fuera su candidato presidencial, Ricardo Anaya Cortés, está en calidad de ausente de la política. Su ambición por representar a su partido en la justa electoral provocó más división que unidad. Su grave error fue aliarse con lo que quedaba del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
En el presente, los legisladores panistas se encargan de hacer ruido en las Cámaras de Senadores y Diputados ante las aplanadoras de los legisladores morenistas. Casi es nula su fuerza y representación. No es Acción Nacional un obstáculo para el gobierno lópezobradorista.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) vive momentos difíciles. Intenta regresar a las lides políticas, pero sin el empuje de años anteriores. Las derrotas electorales y sus funcionarios públicos acusados de corrupción no le dan margen de maniobra.
Como si lo anterior no fuera suficiente, en el interior de ese organismo político la lucha se volvió intensa, pues está en vía de elegir a su nuevo dirigente nacional. De varios personajes que participaban en la contienda electoral, solo quedaron dos: Alejandro Moreno Cárdenas, gobernador de Campeche, con licencia; y la ex mandataria yucateca, Ivonne Ortega Pacheco.
En el camino se quedaron la veracruzana Lorena Piñón Rivera y el exgobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz. Este último nada tenía que hacer en la competencia. Anteriormente, renunció a la candidatura y al propio partido el doctor José Narro.
Quienes saben del tema señalan como triunfador a Moreno Cárdenas, de quien se dice que ya tiene la bendición del presidente López Obrador para alcanzar el cargo de dirigente tricolor.
Tras las derrotas en cadena del PRI sus principales personajes se hicieron a un lado. Es notoria la ausencia de esos personajes que marcaban los destinos de su partido y de México.
Cabe preguntar si el Revolucionario Institucional se encuentra en vías de extinción o ya los propios priistas firmaron su acta de defunción. El PRI no representa una oposición o contrapeso de relevancia.
Del Partido de la Revolución Democrática (PRD) únicamente quedaron cenizas.
Sus luchas internas, la ambición desmedida de sus líderes, que formaron una camarilla, y su entreguismo al peñismo lo empujaron al abismo.
Fue importante la fortaleza política de ese organismo político cuando en el militaban Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Andrés Manuel López Obrador y otros distinguidos políticos de izquierda. Los personajes renunciaron debido al pésimo manejo de las políticas partidistas y el PRD empezó a autodestruirse para llegar a su casi desaparición total.
¿Representan los perredistas un contrapeso político al gobierno lópezobradorista? No. De ninguna manera. Su raquítica representación legislativa ni siquiera llama la atención. Es incierto el destino del PRD.En términos generales, los partidos políticos velan por su supervivencia. Sus ideologías quedaron maltrechas y les llevará tiempo enderezar el rumbo. El momento que vive no les da oportunidad para integrarse en una oposición o contrapeso importante.
Los otros partidos del espectro político son menores. No representan una oposición fuerte.
Así pues, el presidente López Obrador avanza sin obstáculos importantes.
No es de confianza
Donald Trump no es un sujeto de confianza. La volubilidad de su carácter o la inclinación de sus intereses personales hacen dudar de sus palabras.
Resulta que el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró que celebraba el hecho de que el mandatario estadounidense reconociera el esfuerzo que hace México para disminuir el flujo migratorio y “que se aleja la amenaza de imponer aranceles”.
El gobierno mexicano no debe confiarse. Trump, está comprobado, es un mentiroso. Y si a lo anterior se le suma que se encuentra en plena campaña electoral, su discurso es político y puede cambiarlo o rectificarlo en el momento que así lo desee. En fin, Trump no es un tipo de fiar.