El incomprendido
Freddy Sánchez jueves 4, Jul 2019Precios y desprecios
Freddy Sánchez
¡Mi no entender!..
Esa expresión de uso coloquial, acuñada por un supuesto gringo que aparenta no comprender, bien podría referenciar la actitud de aquellos que critican a Andrés Manuel, en relación con su lucha anti corrupción.
Y es que entre sus críticos, tal parece que no se entiende lo que se hace desde el gobierno contra la corrupción proliferante por doquier.
Como sucedió al ponerle un alto al robo de la gasolina atribuido al “guachicol”. Un gran negocio de la corrupción que a hurtadillas se realizó por muchos años hasta que se le puso freno con una firme decisión de gobierno que igual se hizo sentir en el sector salud.
En este caso con el desmantelamiento del encarecimiento faccioso de los medicamentos de venta al sector salud, lo que se espera erradicar con la disposición de efectuar compras unificadas de las medicinas, buscando mejores precios.
Y de ese modo evitar que una misma fórmula química para la cura de idéntico padecimiento se siga vendiendo en una instancia médica oficial a quinientos pesos y en otra incluso a diez mil pesos. De ese tamaño fueron las raterías a combatir entre los voraces vendedores de medicamentos.
Qué decir de los empresarios que mediante las denominadas empresas “factureras”, (surgidas de la nada para desaparecer de la noche a la mañana), adquirieron comprobantes de gastos inventados para defraudar a la hacienda pública con trescientos cincuenta mil millones de pesos.
Una maniobra corrupta puesta al descubierto por las autoridades del SAT para evitar la prosecución de su consumación en el futuro.
El mismo afán institucional que logró poner “el dedo en la llaga” de la corrupción en muchas otras instancias gubernamentales y organismos que operan con dinero del erario público.
La ciencias y las artes, los deportes, el turismo, migración, son apenas una parte de las instancias oficiales en las que con absoluta firmeza se pretende racionalizar el gasto público, evitar los trafiques de empresarios y funcionarios corruptos, además de eliminar toda clase de privilegios en favor de pocos y en detrimento de muchos en todas y cada una de las áreas gubernamentales a las que la política de una austeridad republicana con tintes incluso de una pobreza franciscana, todo indica, que llegó para quedarse.
Eso, justamente, es lo que algunos o muchos no entienden o no quieren entender, siendo que les guste o no a los críticos de Andrés Manuel, el combate contra la corrupción habrá de seguir sin tregua donde quiera que “La Cuarta Trasformación”, más temprano que tarde, “ponga el ojo y ponga la bala”.
Así fueron trazados y así serán ejecutados los propósitos del actual gobierno federal. Que posiblemente, a efecto de ilustrar a los que no terminan de entender “lo que ven sus ojos” en la lucha anti corrupción, podría complementar sus acciones con algunas otras hasta conseguir mayor respaldo social a lo que se hace desde el poder público.
Algunos ejemplos: poner tras las rejas a los grandes empresarios y sus socios del sector público, además de lideres sindicales y gremiales que hayan tenido participación en actos de corrupción en torno al “huachicol”, los abusos con las ventas de medicinas, los fraudes fiscales y asuntos relativos al turismo, la migración, el deporte, las ciencias y las artes, donde ha sido público y notorio el desenfreno corrupto de los involucrados.
A quienes, además hay que decomisarles todos los bienes materiales mal habidos que hayan acumulado por sus corruptelas.
Esa medida sin duda aplacaría las suspicacias de los críticos presidenciales, induciéndolos a entender y aprobar sin más recelo lo que está haciendo el poder ejecutivo, lo cual, a muchos connacionales les parece más que bien, en tanto que otros al juzgar lo realizado han exacerbado su desconfianza hacia Andrés Manuel como si para ellos fuera el incomprendido.