Revive el “Día del Presidente”
Miguel Ángel Rivera lunes 1, Jul 2019Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Combatido durante muchos años por casi todos los partidos de oposición, el “Día del Presidente”, revivirá hoy en medio de una fastuosa fiesta organizada por el gobierno de la llamada Cuarta Transformación en honor al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Lo más sobresaliente es el cambio de fecha. Antes, el “Día del Presidente” se celebraba el 1 de septiembre, el día en que la Constitución ordena que el primer mandatario presente un informe de labores ante el Congreso de la Unión, que en esa misma oportunidad inicia sus sesiones ordinarias.
Originalmente, la presentación del informe se diseñó como un ejercicio republicano en que el primer mandatario cumplía con rendir cuentas ante el pueblo, representado por sus senadores y diputados, pero pronto el dominio ejercido por el Ejecutivo sobre los otros poderes de la unión hizo que la ceremonia se convirtiera en una oportunidad para el lucimiento de quien despacha en Palacio Nacional.
Los medios de comunicación contribuyeron a dar realce a la fecha. La radio y la televisión daban cuenta de todos los movimientos del presidente y hasta de los miembros de su familia, prácticamente desde que despertaban, con detalles de la vida cotidiana como el desayuno y el ejercicio cotidiano.
Los medios escritos también incluían detalladas “notas de color” y amplias crónicas con largos relatos de sus actividades, antes, durante y después de ocupar la tribuna principal de la Cámara de Diputados.
En todos los casos, los medios comisionaban a sus mejores comentaristas, reporteros y redactores, quienes gozaban del momento de fama, aunque años después, cuando sobrevino el momento de mayor competencia político-electoral y el poder presidencial empezó a ser acotado, muchos abjuraron de lo que habían hecho y aseguraron que no fue por voluntad propia, sino por imposición de los medios en los que trabajaban.
También los medios cambiaron su actitud. Primero, todos los canales, todas las estaciones y las primeras planas, en fin, todos los espacios estaban destinados al hombre que se “sacrificaba por el bien de la nación”.
Después acabaron las redes nacionales, el tiempo destinado al presidente y a su familia se redujo y se confinó a los canales de menor audiencia.
El cambio fue más radical al interior de la sede del Congreso.
Primero, diputados y senadores se disputaban el honor de recibir y acompañar al ilustre visitante.
El mensaje del primer mandatario era interrumpido a todo momento con aplausos y se contaban las veces en que esto sucedía y, por supuesto, se comparaba con anteriores informes para destacar que el presidente en funciones era el más popular y el más admirado por el pueblo. Los reporteros comentábamos en tono de broma que hasta el confeti se contaba.
Después, al crecer la oposición, empezaron las protestas, los intentos de interpelar al gobernante y hasta abucheos. Con la llegada de la alternancia en el poder, al arranque del nuevo siglo, las expresiones de inconformidad se intensificaron, al grado que los presidentes surgidos del PAN, Vicente Fox y Felipe Calderón, prácticamente fueron expulsados de la sede del Legislativo, al grado que este último casi no pudo rendir protesta en el Palacio Legislativo.
Como ocurre con frecuencia en nuestro país, ante la imposibilidad de controlar las actitudes de los legisladores, se optó por modificar las leyes y se decidió que ya no era necesaria la presencia física del titular del Ejecutivo, bastaba con que enviara su informe por escrito.
Pero, otra vez, la realidad se adelantó a los legisladores. El aplastante triunfo de Morena, en particular de su líder y fundador, Andrés Manuel López Obrador dibujó un nuevo mapa político, en donde el nuevo primer mandatario disfruta de una inusitada popularidad que le permite imponer cotidianamente su voluntad.
En consecuencia, no es necesario esperar al 1 de septiembre para conocer el primer informe de gobierno. El presidente López Obrador decidió – y así se aceptó – aprovechar el primer aniversario de su apabullante victoria electoral para dar a conocer un resumen de sus “logros”.
No importa que muchas de las acciones del gobierno federal sean todavía objeto de críticas. Lo que importa es festejar la conquista del poder.
Hasta “bailongo” habrá.
La Cosecha
Como parte de los cambios por el nuevo “Día del Presidente”, reaparecerán las “redes nacionales” de radio y televisión, en principio para transmitir el informe del primer mandatario.
Eso sí, no hubo orden a las difusoras, sólo una “solicitud” por conducto de la Secretaría de Gobernación, para transmitir el mensaje de López Obrador “el día lunes 1 de julio de 2019 a partir de las 17:00 horas (tiempo del centro) con duración aproximada de 90 minutos”.
Como es usual en estos tiempos, la respuesta favorable de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT), que representa a más de mil 600 emisoras en México, se conoció por medio de Twitter.
Surgida en medio de una polémica que todavía no termina, la Guardia Nacional (GN) es ya una realidad, pero falta conocer si cumplirá las expectativas de contribuir a la reducción del índice de delitos. El inicio formal de actividades de la GN, con una ceremonia especial realizada en el Campo Marte, lo encabezó ayer el presidente López Obrador.
La polémica que todavía no desaparece es porque el nuevo organismo encargado de la seguridad nacional es considerado sólo una forma de legalizar la presencia de las fuerzas armadas en las calles.
De hecho, el reglamento de la GN tiene artículos especiales destinados a los militares (policías del ejército y la marina) que forman parte de los primeros contingentes de este cuerpo de seguridad.
El Reglamento de la Ley de la Guardia Nacional se publicó el sábado anterior y entró en vigor ayer domingo. Tiene siete direcciones generales con otras tantas especialidades, desde los patrullajes en las ciudades, hasta la inteligencia para prevenir labores del llamado crimen organizado.
La ceremonia dominical de arranque de la Guardia Nacional en realidad fue pura formalidad, pues con leyes o sin ellas, ese cuerpo de seguridad empezó a funcionar mucho antes, al contratar personal, o trasladarlo desde las policías militar y naval.
Además, los recién creados cuerpos fueron comisionados a diferentes partes de la República. Por ejemplo, el pasado viernes, la GN empezó a instalarse en Tijuana, Baja California, como parte del plan para desplegar 15 mil agentes en la frontera con Estados Unidos, como parte de las acciones comprometidas con el gobierno de la vecina nación para contener las movilizaciones de migrantes.
El presidente López Obrador confirmó que seis mil elementos de la Guardia Nacional participarán en tareas migratorias en la frontera sur del país, a fin de frenar el flujo de centroamericanos que busca cruzar el territorio mexicano para llegar a Estados Unidos.
Ante las dudas que todavía genera la Guardia Nacional, con la esperanza de que tenga éxito y logre influir para que fortalezca la seguridad en todo el país, vale secundar la actitud asumida por la organización Alto al Secuestro.
“Lo cierto es que lo que los mexicanos exigimos resultados ante el problema de inseguridad, y ahí debemos darle tanto al presidente Andrés Manuel López Obrador, como a la Guardia Nacional, por conducto de su titular, el general Luis Rodríguez Bucio, un voto de confianza, unirnos todos los ciudadanos que estamos deseando poder vivir en este hermoso México en paz, a este que desde mi punto de vista es el último recurso que tenemos, instrumentar controles para que no existan abusos, crear algún sistema donde la ciudadanía pueda aportar información y denuncias, sabiendo que no se pondrá en riesgo su integridad, que los ciudadanos seamos una fuente de inteligencia para darle a cada quien lo que merece, los delincuentes enfrentando la Ley las víctimas obteniendo justicia, y poder recuperar el estado de derecho tan maltratado en estos tiempos”, escribió la dirigente de Alto al Secuestro, Isabel Miranda de Wallace.
En vez de una reprimenda por no acudir a su cita con los diputados, el comisionado del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño, recibió un reconocimiento de parte del presidente López Obrador, quien aseguró que su colaborador “está ocupadísimo” con el plan para atender a los centroamericanos.