Estalla crisis en estaciones migratorias del país
Nacional sábado 29, Jun 2019- Denuncian indocumentados detenidos condiciones inhumanas
- Presión de Trump para contener centroamericanos
Estalla la crisis en albergues y estaciones migratorias del país, ante el aumento, en las últimas semanas, de las detenciones de extranjeros indocumentados por parte de agentes de Migración y fuerzas federales para tratar de evitar que crucen hacia Estados Unidos.
El gobierno de Donald Trump ha exigido a México que reduzca el flujo de migrantes, la mayoría centroamericanos, que huyen de la pobreza y la violencia en sus países de origen.
Además, el presidente estadunidense mantiene viva la amenaza de imponer aranceles a las importaciones mexicanas si no se cumple ese objetivo. Y aunque el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha lanzado un plan para enfrentar la llegada creciente de extranjeros, diversos observadores advierten que México no tiene los medios para albergar a más indocumentados.
Al corte del 24 de este mes se detuvo a casi 24 mil personas que entraron al país de manera irregular, principalmente hondureños, guatemaltecos y salvadoreños.
El dato de captura de migrantes de junio de 2019 es el tercero más alto en toda la historia de México, desde que se inició el registro oficial en 2002, según estadísticas de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (Segob).
Este nuevo récord histórico tiene lugar tan sólo unas semanas después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazara con imponer 5% de aranceles si el gobierno de López Obrador no frenaba la migración indocumentada.
Ante este número de detenciones tan sólo en el sur, el albergue temporal de la Feria Mesoamericana, ubicada en Tapachula, Chiapas, se ha convertido en un calvario y una prisión para los migrantes de África y Haití, que llevan semanas en espera de sus documentos migratorios.
Imágenes dramáticas se pudieron observar el martes, cuando un muro de elementos de la Guardia Nacional, federales y guardias privados impidieron la salida de los extranjeros.
El grupo de al menos 300 personas exigían servicios de salud, agua, alimentos y su documento de salida, que les permite trasladarse por 20 días a la frontera norte. Este amotinamiento se da por desesperación de los migrantes de no obtener una respuesta a su solicitud de tránsito libre por México y estar encerrados en condiciones inhumanas en esta extensión del albergue del Instituto Nacional de Migración (INM).
Drama de mujer haitiana conmueve a la sociedad
La escena de la mujer haitiana que suplica por ayuda para su hijo, que fue publicada por medios nacionales e internacionales, corresponde a la situación en la que se encuentran migrantes de Haití y África encerrados en el albergue migratorio temporal de la Feria Mesoamericana.
“¡Ayúdame, mi hijo está enfermo, ayúdame por favor!”, gritaba desesperada la madre, mientras se tira en el piso denunciando su situación a periodistas en Tapachula; “estoy sufriendo mucho […] Necesito hablar con mi familia”, decía, ahogada en lágrimas.
La mujer aseguró, suplicando y llorando, que tenía varios días en el lugar y señalaba la desatención de las autoridades con los extranjeros, por lo que la mayoría ya estaba desesperada por conocer su situación y mejorar su estancia en nuestro país.
Hacinamiento en estación migratoria Siglo XXI
Un mecánico cubano de 36 años, recuerda cómo funcionarios de la estación migratoria Siglo XXI, en Tapachula, rompieron el documento que le acreditaba como solicitante de refugio en México.
Era el principio de una pesadilla que empeoraría con la llegada de más migrantes detenidos: cubículos de 4×3 metros para 50 personas, heces que rebosaban las letrinas, falta de comida y agua.
Las mujeres dormían en los pasillos o en el comedor, entre ratas, cucarachas, excremento de palomas, niños llorando, madres reciclando pañales y el desprecio de los guardias. “Nos tiraban ahí como animalitos”, dice una joven hondureña.
Miles de migrantes que entran a México de manera irregular acaban en este lugar, considerado el centro de detención migratoria más grande de América Latina. Ubicada, cerca de la frontera con Guatemala, la vida transcurre en la estación Siglo XXI lejos del ojo público y se han denunciado reiterados abusos que incrementaron con el hacinamiento.
El INM, encargado de las instalaciones, negó a la prensa permiso para visitarlas y no respondió a una solicitud de comentarios. Pero una veintena de migrantes, funcionarios y miembros de ONG describieron el centro como un lugar insalubre, sobrepoblado y donde reina la arbitrariedad de los agentes al mando. La mayoría hablaron bajo condición de anonimato por temor a represalias.
Incluso, hay una celda de castigo, el “pozo”, que el gobierno se comprometió a no usar más, aunque el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, una de las pocas ONG que tienen acceso, no ha podido confirmar que eso sea cierto.
Al cruzar las rejas y dejar atrás a quienes abarrotan la entrada en espera de información, hay un patio y una especie de muelle de carga y descarga de seres humanos que van y vienen en autobuses.
A los que llegan, detenidos en redadas o engañados, diciéndoles que iban a verificar sus papeles, les confiscan cordones de zapatos, cinturones y celulares, aunque siempre hay quien luego les ofrece una llamada, un cigarro o comida extra si pagan por ello, coinciden varios que estuvieron detenidos ahí.
Voces dentro y fuera de México, como el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, han denunciado desde antes de la crisis actual que los migrantes son detenidos sin los estándares mínimos, a veces son extorsionados o no tienen un debido proceso.
También han pedido que la detención sea algo excepcional y que se elimine por completo en el caso de niños y adolescentes. Esto no ha ocurrido y una niña guatemalteca murió en mayo en la estación migratoria de Ciudad de México en circunstancias todavía bajo investigación.
El gobierno federal ha reconocido que el INM es una de las instituciones más corruptas del país. Se han depurado a más de 600 funcionarios y a la estación Siglo XXI han llegado nuevos agentes, aunque se desconoce cómo va el proceso de depuración ahí.
Según Salva Lacruz, del Fray Matías, el centro sigue en manos “negligentes, irresponsables y racistas” que operan al margen de las directrices. Un funcionario migratorio recién llegado calificó a algunos de sus compañeros de “inhumanos”.
Por eso, en medio de la desesperación, se encontró otra formar de salir: amotinarse y escapar.
La imagen de un padre y su bebé ahogados
al cruzar el río Bravo captura la tragedia de migrantes
El retrato de la desesperación de migrantes en México fue captado el 24 de junio por varios fotógrafos, luego de que el migrante Óscar Alberto Martínez Ramírez murió junto a su hija de casi dos años, Valeria, cuando intentaban cruzar desde México hacia Estados Unidos.
La imagen representa una conmovedora muestra del peligroso recorrido que los migrantes enfrentan en su paso rumbo al norte hacia Estados Unidos, y de las trágicas consecuencias, que a menudo transcurren de manera invisible.
La imagen recordó otras fotografías poderosas y en ocasiones perturbadoras que han reactivado la atención pública sobre los horrores de la guerra y el profundo sufrimiento de las personas refugiadas y migrantes: historias personales que a menudo son ensombrecidas por acontecimientos mayores.
A medida que la fotografía se divulgó en redes sociales el 25 de junio, los demócratas en la Cámara de Representantes de Estados Unidos se movilizaron hacia la aprobación de un proyecto de ley de emergencia de ayuda humanitaria por 4 mil 500 millones de dólares para abordar la difícil situación de los migrantes en la frontera.
La joven familia proveniente de El Salvador (Martínez, de 25 años, Valeria y su madre, Tania Vanessa Ávalos) llegó el fin de semana pasado a la ciudad fronteriza de Matamoros, en el estado mexicano de Tamaulipas, con la esperanza de solicitar asilo en Estados Unidos.