Lucro político
Alberto Vieyra G. viernes 28, Jun 2019De pe a pa
Alberto Vieyra G.
La industria de la política, aquí y en China es un lucro. Todo mundo lucra con el quehacer político. Prácticamente no hay gobernante que viva solamente de su salario.
En la industria de la política corre dinero sucio por arriba y por debajo del agua.
En México no hay politicastro que no lucre, aunque se exhiba como un político populista demagógicamente austero.
Hasta Venustiano Carranza Garza lucró con el constitucionalismo y fue el primer presidente azteca que en la era post-revolucionaria provocaría el primer saqueo, dejando las arcas de la nación vacías de bilimbique e infalsificables, también fue Carranza, apodado el barbas de chivo, quien, a través de su eminencia gris, don Luis Cabrera instituyó los cañonazos, de a 50 mil pesos oro, con los que se cañoneaba a generales rebeldes y politicastros boquiflojos.
¿Por qué hablo de lucro político?
Mire usted. Doña Rosario Ibarra de Piedra la ex candidata presidencial, lucró a más no poder con la muerte de su hijo, perdón, con la desaparición de su hijo durante la llamada guerra fría.
Habrá que decir que, prácticamente todos los sistemas políticos en el mundo, con honrosas excepciones, suelen ser corruptos y corruptores.
El sistema político mexicano es uno de ellos, véasele por donde se le vea. Así que a doña Rosario solo le bastó estirar la mano y aceptar cobrar del erario público unas veces como diputada, senadora y hasta por cargos honorarios.
Don Luis Colosio, padre del asesinado Luis Donaldo Colosio Murrieta, sería otro de los que lucran con el poder y con el crimen a cargo de la narco-política de su hijo.
En sus años mozos este átomo de la comunicación fue testigo de cómo a una dependencia del gobierno federal, ya desaparecida concurrían una serie de jóvenes, con los cuales llegué a ser una relativa amistad.
Pronto sabría que se trataba de los líderes del movimiento estudiantil de 1968, la mayoría de los cuales estuvieron presos en el llamado Palacio Negro de Lecumbrerri entre 1968 y 1970.
Supe también que esos jóvenes estudiantes asistían cada mes a esa dependencia gubernamental a estirar la mano para que les dieran en sobrecitos amarrillos algo así como 36 mil pesos de aquella época (1970, 1972).
Eran cuatro dependencias las escogidas para el cañoneo a esos líderes estudiantiles, entre los que identifiqué desde siempre al ingeniero Heberto Castillo, Cabeza de Vaca, Martínez Della Roca y Pablo Gómez, entre muchos otros.
Bueno, Pablo Gómez lucraría a más no poder con la política, siempre en partidos opositores al PRI como diputado, senador o como empresario porque para su esposa compró una famosa cerillera y hoy, en lo que podría ser su última indigna batalla política le hace el trabajo sucio a Andrés Manuel López Obrador pues es Pablo Gómez el que propone desaparecer las instituciones electorales en todo México bajo la tiránica mentira de que son una sangría para los mexicanos, cosa que no lo eran cuando él y otros legisladores que defendía otras chaquetas ajenas al PRI, empujaron rabiosamente la idea de quitarle al gobierno el control de las elecciones en México, creando las ciudadanizadas instituciones electorales como el IFE, hoy transformado en INE.
Pablo Gómez quiere además darle chiquitolina al INE y veladamente ha dejado entre ver que debe ser el gobierno el que vuelva a tener el control de los organismos electorales.
Se da usted cuenta de la demencial idea de la regresión democrática en México y todo para halagar a un disque gobierno amoroso que se presenta como un mesías puro, santo y salvador de la República cuando la realidad es pavimentar el camino hacía una dictadura en favor de alguna potencia extranjera.