Los caminos de Ivonne Ortega
Ramón Zurita Sahagún viernes 28, Jun 2019De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La ilusión de Ivonne Ortega Pacheco de presidir al PRI parece ser quedará nuevamente para otro momento, pues el gobernador con licencia de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas, le aventaja en la disputa.
Fue a principios del siglo XXI cuando Ortega Pacheco decidió incursionar en la actividad política y lo hizo desde su pueblo natal, Dzemul, Yucatán, donde ganó la presidencia municipal.
En seis años consiguió el rápido ascenso que la llevó desde la alcaldía al gobierno del estado, pasando por una diputación local, otra federal y el Senado de la República, sin terminar ninguno de los cargos para los que fue electa en esos seis años.
Su crecimiento político lo debió al padrinazgo de su “paisano” Emilio Gamboa Patrón, ya que este vio en Ivonne su cortina de humo para despreciar nuevamente las posibilidades de competir por el gobierno de Yucatán.
Hasta 2006, Ortega Pacheco había logrado tres victorias en las urnas, carrera que se vio truncada cuando compitió por el Senado de la República en que su segundo lugar le permitió un escaño de primera minoría.
Sin embargo, ese traspiés no la detuvo y alentada por Gamboa Patrón y una encuesta a modo se convirtió en candidata al gobierno de Yucatán y con todo que gobernaba el PAN, consiguió, sorpresivamente, vencer al candidato de Acción Nacional.
Ivonne, una mujer joven, aprovechó ese curso de la vida para estilizar su figura, convirtiéndose en una mujer atractiva y con poder, que encontró buenos aliados, especialmente en su colega gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto.
La relación entre ambos se hizo tan estrecha que la mandataria de Yucatán no tenía empacho en detener la rendición de informe de gobierno, para darle la bienvenida a su homólogo mexiquense que aprovechaba la oportunidad para arrebatar una carretada de aplausos.
El gobierno de Ivonne fue el primer cargo de elección popular que terminó en tiempo y forma, aunque surgieron detractores que la estigmatizaban al señalar que su administración se caracterizó por el despilfarro de recursos y el abuso del erario público.
Al finalizar su periodo, la ex gobernadora dejó la mayor deuda registrada en la entidad con un total cercano a 3 mil millones de pesos.
Sin embargo, la popularidad de Ivonne rebasó el ámbito local y al triunfo de Peña Nieto la situaban entre la Secretaría de Desarrollo Social y la de Turismo, teniendo que conformarse con la segunda posición en el CEN del PRI.
Un mexiquense, César Camacho, presidió el PRI y luego le arrebató la posibilidad de ser la coordinadora de los diputados federales priístas, lo que le permitió elevar la mira y aspirar a la candidatura presidencial de su partido.
Recorrió todo el país con ese propósito y pugnaba porque se abriera la contienda en una elección interna, sin que nadie considerara esa posibilidad, por el contrario fue llamada a cuentas por el Presidente de la República (su antiguo aliado que la había dejado de lado) y sin más se bajó de la carrera presidencial.
Se esperaba que Ivonne recibiera una candidatura al Senado, pero no fue así, lo que evidenció su rompimiento con Peña Nieto, al que ahora acusa de estar detrás de la candidatura de Alejandro Moreno Cárdenas, quien parece ser le frenará su ilusión de presidir al PRI.