Siete meses… y aún estamos esperando la Cuarta Transformación
Francisco Rodríguez viernes 28, Jun 2019Índice político
Francisco Rodríguez
A Gualberto Castro,
in Memoriam
La carrera de Andrés Manuel López Obrador siempre ha estado sembrada de sospechas. Su deserción al equipo priísta tabasqueño para oponerse con rudeza al establishment y retirarse a la barricada no estuvo exenta de la suspicacia.
La batalla por la ecología de los pantanales fue obsequiada con represión y cárcel. Siempre fue el perro del mal. El nombramiento como secretario de Gobernación de Santiago Creel, su oponente panista a la Jefatura de Gobierno de Ciudad de México, fue interpretado como premio de consolación por haber cedido la plaza. No podía ser, no creían, que alguien con credencial de elector de Tabasco hubiera vencido en la joya de la corona al oleaje foxista.
La decisión de construir el segundo piso del Periférico, ni se diga. Fue interpretada como una concesión multimillonaria a los grupos de constructores que habían financiado su campaña del año 2000.
La audacia era interpretada como suspicacia, igual que los programas sociales que dieron un nuevo rostro a la política capitalina… y posteriormente, por imitación, a la de toda la nación.
Y es que, efectivamente, aunque en todo el país los beneficios a la tercera edad y a los grupos vulnerables fueron copiados por los mandatarios estatales panpriístas, no todo fue miel sobre hojuelas. Imprecaciones, excomuniones eclesiásticas y juramentaciones de populismo trasnochado cayeron siempre sobre él. Nunca fue fácil.
Con todo y navegar contra una oposición mayoritaria en la Asamblea de Representantes, ello fue sorteado con éxito y habilidad política, la guadaña panista se quiso cebar contra su popularidad a través de un juicio de desafuero que fue puesto en ridículo internacional cuando se intentó.
La petición del general Luis Clemente Vega para que la orden de fuego fuera girada con la firma presidencial hizo recular a Fox, dejando en la orfandad el poder del comandante supremo de las fuerzas armadas, dejando con un palmo de narices a los partidarios de la mano dura…
… que lo único que lograron fue haberle cortado cartucho públicamente en la puerta de los Leones de Chapultepec, cuando encabezaba un mitin masivo de inconformidad. Minutos antes, la turba de seguidores había dejado en la cola a Cuauhtémoc Cárdenas que quería sumarse hipócritamente a la manifestación.
Los partidarios del tabasqueño nunca dejaron de sospechar que El Ingeniero, hijo del Tata, había vendido las protestas contra el fraude electoral de Carlos Salinas de Gortari, y no les faltaba razón. Las negociaciones fueron dirigidas por la señora Solórzano, madre del prócer.
En medio de la turbulencia, López Obrador acabó imponiendo su razón, a pesar de que todo el aparato pripanista luchó desesperadamente por detener su avance. Se le acusó de todo y más. Hasta de haber matado intencionalmente a su hermano mayor… y de ser “un peligro para México”. Grandes sumas de dinero se gastaron en pretender la contención de una avalancha. López Obrador, dígase lo que se diga, fue un buen mandatario. Le quitó al régimen perredista toda intención de transar con el sistema, hasta que ya no pudo con las intrigas de Los Chuchos y tuvo que crear su propio partido. En medio de esta decisión había un mar de componendas que no podían resolverse de otra forma menos tirante.
Hoy, empoderado en la Presidencia de la República, la población extraña su contundencia, sus razones lógicas y sus posiciones radicales de lucha contra las corrupciones grandotas. Siete meses han pasado en medio de propagandas insulsas de batallas nimias contra todas las formas de corrupción administrativa, necesaria, pero chiquita.
Buena parte de la fuerza del Estado se ha enfocado a engrandecer una batalla que bien podría haber dado cualquier otro en el poder.
Ha faltado la decisión de las grandes, de las profundas visiones. La verdadera corrupción, la que marcaría un hito en la historia de este país brilla por su ausencia. Por ahí no es.
Esa lucha no le corresponde, es de cuenta chiles. No debe insistir en posiciones de fuerza que no reditúan. Se ha llegado al extremo del revanchismo inútil, como ése del gobierno de la Ciudad paralizando miles de permisos de construcción que tienen seca la economía capitalina.
Lo mismo pasa en los contratos de obras mayores en el país que han sido detenidos por desconfianzas o sospechas sobre la capacidad de los colaboradores cercanos. Si ese es el caso del subejercicio, basta con que el tabasqueño se deshaga de varios de los miembros de su gabinete y a coser y a cantar.
La población que lo llevó al poder espera más. El significado de la Cuarta Transformación, entendida como un cambio de gobierno, de régimen, de sistema y de modelo, exige audacia, valor y agallas. No puede arrojarse a un nuevo país con melindres y acciones retrecheras, de esas que pretenden ocultar su intención real.
La mediocridad es la principal enemiga del cambio. Siempre lo ha sido. Lo peor es que cada día que pasa y cada acción que deja de intentarse da la razón a la prensa conservadora de privilegios que ha hecho su agosto de las indecisiones del nuevo régimen.
Ya se adueñaron del espacio de opinión los que se han opuesto al cambio. Y es que en política no existen los vacíos.
Falta la lucha a fondo contra los defraudadores fiscales que no deben recibir los beneficios del borrón y cuenta nueva. La ley en beneficio del interés público puede ser retroactiva.
Los delitos contra el interés supremo de la Nación no prescriben jamás. Los delitos contra el patrimonio nacional, mucho menos.
La población exige castigo contra los vampiros de las cuencas petroleras y de su sindicalismo charro y espurio. El ejemplo del pasquín llamado Impacto en echar un buscapiés en favor de una supuesta reunión del director de Pemex con Romero Deschamps…
… para revisar el contrato colectivo de trabajo es producto directo del vacío de acciones y de información real. El gobierno no debe sembrar sus propias casamatas. Es lógico que no puede revisarse dicho contrato antes de que la autoridad sindical no tenga el reconocimiento ni la toma de nota de la autoridad. Sería un suicidio que le costaría al nuevo gobierno la poca ventaja que ha logrado.
Como todo, la culpa no es del indio, sino del que lo hace compadre. El nuevo régimen no tiene por qué cargar con esta suspicacia pública, menos cuando es el más interesado en dejar de estar analizado con la lupa de todas las sospechas.
López Obrador debe tomar las decisiones serias, antes de que sea demasiado tarde. Ya es momento de dejar atrás las sombras que siempre lo han perseguido. Obras son amores, no sólo buenas razones . La población espera la Cuarta Transformación .
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Hace justo una semana, el viernes pasado, varios medios de circulación nacional, por enésima vez publicaron el modus operandi del monopolio gasero Tomza. En síntesis, el periódico Reforma publicó un reportaje sobre la visita oficial del presidente salvadoreño Nayib Bukele, quien utilizó para su traslado uno de los aviones propiedad de la empresa gasera mexicana Grupo Tomza.
Se comenta en dicho reportaje que Bukele utiliza dicha aeronave como si fuera de su propiedad desde que resultó presidente electo de su país y señala que Grupo Tomza es investigado en El Salvador por financiar la campaña electoral de Bukele. No son desconocidas, como ahí se lee, las actividades monopólicas de Tomás Zaragoza en ese país. En el 2015 Tomza El Salvador fue multada con 2.9 millones de dólares y en el 2016 con 3.8 millones de dólares, por dicha causa.
Otros reportes periodísticos también señalan que durante su mandato, Álvaro Colom, ex presidente de Guatemala (2008-2012), utilizó en múltiples ocasiones uno de los varios aviones de Grupo Tomza, y fue justamente en este periodo que el gobierno de Guatemala le autorizo a Zaragoza y a su otro monopolio gasero Tomza en el país vecino del sur la construcción de una terminal de gas licuado.
Por cierto que cuando Colom dejó la presidencia guatemalteca fue acusado y encarcelado por los delitos de peculado y malversación de fondos. El monopolio gasero Tomza no sólo tiene investigaciones en El Salvador y Guatemala, sino también en Honduras, Costa Rica, Belice y Brasil. En México, parecía que el gobierno de la 4T le había puesto un hasta aquí al monopolio gasero Tomza, pero los que saben comentan que seguramente Tomza ya llego a un arreglo con las altas autoridades del sector energético, como son la Secretaria de Energía, Pemex, Cofece, Profeco, etc., para seguir haciendo de las suyas en contra de los consumidores. Para nadie en el sector energético mexicano es un secreto que el monopolio gasero Tomza, sigue haciendo sus arbitrariedades desde su fundación… ¿De todo esto estará informado el presidente López Obrador?
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