El último jalón
¬ Salvador Estrada jueves 27, Jun 2019Folclor urbano
Salvador Estrada
Ayer arrancaron sus campañas los aspirantes a la presidencia del PRI, dos mujeres y un varón, quienes creen que la contienda electoral dará la unidad al partido que tanto lo necesita para enfrentar al futuro.
Los más acreditados, Alejandro Moreno, gobernador con licencia del estado de Campeche, e Ivonne Ortega, ex gobernadora de Yucatán. Los dos ya tienen experiencia y saben a qué están jugando, según dicen los expertos.
Lorena Piñón es la candidata número tres, que después de muchos problemas para su registro salió adelante, pero, según los politólogos ella no ganará porque tiene antecedentes panistas.
Nuevamente, dicen los que saben que las elecciones se ganan con dinero y quien lo tiene es el góber, por lo cual se le cree favorito, pero del dicho al hecho hay mucho trecho.
Ivonne ya ha participado en contiendas electorales y ha ganado sin dinero, porque dice, hay que acercarse a la gente, y esa es su fórmula para obtener el triunfo.
Cuando fue gobernadora se acercó mucho a la gente, después de su campaña, y eso le permitió un buen gobierno y el pueblo yucateco la recuerda con cariño.
Sin embargo, la campaña ahora no es en su estado, sino en todo el país y tendrá que convencer a los priístas de que ella es quien puede sacar “al buey de la barranca” y ofrecer un nuevo PRI, cercano a la gente y que luche por ella.
Por su parte, el góber está caliente en su lucha por ganar la elección y llegar a la presidencia y desde la cúpula lograr la cohesión del PRI y hacer del partido, uno combativo, y de oposición y no satélite de Morena.
Alejandro está muy confiado y advirtió “que se agarren los partidos políticos, porque vamos a regresar y el PRI les va a volver a ganar”.
El gobernador con licencia inició su campaña en Querétaro capital y doña Ivonne arrancó en León, Guanajuato. Y Lorena se lanzó a Orizaba, Veracruz.
Bueno, gane quien gane, la vida del PRI está en sus manos porque ahora el partido está en las últimas, casi casi, respirando con oxígeno y con su dosis suero y el nuevo presidente del PRI tendrá que dar el último jalón para darle vida.
Lo vio tan mal el doctor José Narraro, ex rector de la UNAM, que escuchando a los críticos prefirió correr a prestarse ser candidato y entrarle al juego democrático, donde, según él ya todo está hecho. Es de sabios cambiar de opinión y el doctor con su renuncia demostró que es… un académico de la UNAM.