¿A dónde van los cesados?
¬ José Antonio López Sosa miércoles 26, Jun 2019Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Como un triunfo de este gobierno, se anunció en marzo pasado la destitución de 400 agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) por estar presuntamente vinculados con actos de corrupción.
En efecto, es un avance que los agentes corruptos se vayan a la calle, que no sigan delinquiendo con una placa pero hay un tema más grave, ¿a dónde se van esas personas cesadas?.
Un agente de migración que denunciado o investigado por corrupción que pierde su empleo, ¿dónde irá a trabajar luego?, no hay espacios para ello, inevitablemente una opción es seguir con los mismos actos de corrupción pero desde fuera de la institución.
¿Por qué no hay en México un sistema que de seguimiento a los cesados por actos de corrupción?, sobre todo policías, militares, marinos y agentes migratorios.
Es necesario porque la criminalidad formal es una opción para muchos de ellos.
No pretendo desde esta columna, asegurar que un cesado por corrupción tiene un camino directo y seguro a la delincuencia organizada y desorganizada, simplemente es una opción que existe y que debería ser evitada en la medida de lo posible por las autoridades.
La tarea no acaba al denunciar, investigar, inhabilitar y destituir; el estado debe tener una mayor responsabilidad para evitar que ese deterioro social salga de las filas institucionales hacia otro sitio.
Un programa de empleos temporales fuera de todo ámbito público puede funcionar, incluso algún programa de desempleo —aunque suene ridículo pagarle a un cesado por corrupción— con la condicionante de estar alejado del ámbito en el que se desenvolvía, en fin, puede haber muchas ideas pero hasta hoy, hay poca voluntad para ello.
Ojalá el próximo anuncio del gobierno en turno, no sólo sea con relación a los cesados por corrupción, sino al seguimiento que se dará para evitar que sigan ejerciendo la corrupción desde otros ámbitos.
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