La tentación autoritaria de la reforma electoral • II
Guillermina Gómora Ordóñez martes 25, Jun 2019Caleidoscopio
Guillermina Gómora Ordóñez
Como una Torre de Babel terminaron los foros para la reforma electoral y del Estado, que se realizaron en la Cámara de Diputados. No hubo acuerdos, sólo una certeza, el Instituto Nacional Electoral (INE) está en la mira de la #4T que, bajo el pretexto de la austeridad, busca una mayor concentración del poder.
Sí, la diputada de Morena, María de los Ángeles Huerta del Río, dejó muy claro que, además, “de la desaparición del Consejo General del INE, los OPLES, tribunales electorales y la reducción del presupuesto a los partidos políticos, es primordial que a esta reforma se integre el tema de la difusión en medios de comunicación, durante las contiendas electorales”.
Es decir, un traje a la medida del gobierno en turno rumbo a las elecciones intermedias de 2021, que incluyen la renovación de la Cámara de Diputados federal, su plataforma hacia el 2024; votaciones en 13 estados donde cambiarán de gobernador -de los cuales 8 son del PRI, 3 del PAN, 1 PRD y 1 independiente (Nuevo León), un apetecible manjar político.
Juegos de poder, donde todos ponen y el partido hegemónico gana, a la vieja usanza del carro completo, de las mayorías “democráticas” y sus aplanadoras autoritarias.
Una tentación que echaría por la borda las cinco reformas que se han ejecutado de 1977 a la fecha. Normas que son perfectibles, como en 2014 cuando se aprobaron las candidaturas ciudadanas y se transformó al IFE en INE al que se otorgaron más responsabilidades sobre los procesos electorales locales.
Al respecto, el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, advirtió que los cambios propuestos invaden la autonomía de los órganos electorales y mina el avance democrático de los últimos 40 años. Postura que respaldó el coordinador de los diputados del PAN, Juan Carlos Romero Hicks, al señalar que el país requiere una reforma electoral a la medida de la democracia y no del presidente en turno.
Así las cosas, los foros realizados para la búsqueda de consensos hacia una nueva reforma político-electoral, paradójicamente, encendieron las alertas sobre una centralización que pretende debilitar el sistema de partidos y los órganos electorales, bajo el argumento de que la democracia en México es la más cara, sí, por un elemento medular: la desconfianza.
“Sospechosismo” que buscan combatir con medidas poco claras como:
*Reducir 50 por ciento el presupuesto de los partidos. Una reforma constitucional que no ofrece otras alternativas de financiamiento para los organismos políticos.
*Reducir la infraestructura electoral, dejar en manos del INE todo el desarrollo de los procesos electorales federales y estatales. Desaparecer los OPLES, para que el Congreso estatal se someta al centro, violando el Pacto Federal.
*Recortar el gasto de los órganos electorales, hasta llevarlos a su mínima expresión; disminuir el número de consejeros del INE de once a siete. Ojo aquí: La Cámara de Diputados designa a los siete nuevos integrantes. Morena y sus aliados tienen mayoría calificada ¿adivine a qué intereses responderán?
*Reducir la integración de las diputaciones de mayoría relativa de 300 a 250, plurinominales de 200 a 125 y de primera minoría a 125 como en el Senado. ¿Se atreverán a dejar sin hueso a sus aliados electorales?
*Revocación del mandato y consulta popular. Temas atorados por la oposición en el Congreso, que ven en éstos señales de reelección e inequidad electoral para los comicios del 2021.
Ejemplos, de lo que se discutirá en septiembre próximo durante el periodo ordinario de sesiones en el Congreso y obligan a reflexionar hasta dónde es necesaria una reforma como la que proponen.
El fiscal especializado en Delitos Electorales, José Agustín Ortiz Pinchetti, refirió durante los foros, que en las últimas elecciones de 2018 hubo pocas impugnaciones y en las de 2019, son “increíblemente escasas las denuncias”, que los resultados son propios de un sistema maduro en lo político, “nadie se puede alzar para reclamar una victoria ni tampoco para lamentar una derrota”.
Entonces, la duda es: ¿Se justifica o no una nueva reforma electoral?, está en riesgo la operación de las elecciones, la certeza y credibilidad de éstas.
VERICUENTOS
Relevos Senado
Una soterrada guerra se registra en la bancada de Morena para bloquear las aspiraciones de Martí Batres Guadarrama, que busca reelegirse como presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República. De acuerdo con una consulta efectuada -por el mismo Batres- entre los senadores morenistas, sólo obtuvo el apoyo de entre 12 o 14 legisladores, de un total de 59 que conforman la fracción. Aseguran que ante la inminente salida de Yeidckol Polevnsky de la dirigencia del partido, se queda sin cobijo. Sin duda, Ricardo Monreal, presidente de la Jucopo, tendrá una difícil decisión sobre ese tema para cuando inicie del Periodo Ordinario de Sesiones el 1 de septiembre próximo. ¡Órale!