Frontera sur, una coladera, pese a vigilancia militar
Nacional sábado 22, Jun 2019- Inconformidad de balseros y tricicleros
- Están identificados alrededor de 400 puntos, la mayoría ilegales; agentes solo se concentran en 11
Conforme al nuevo plan migratorio de México, el comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), Francisco Garduño Yáñez, anunció esta semana que se vigilan 11 puntos de la frontera sur para evitar la migración irregular, la cual “no se puede seguir permitiendo”.
“Vamos a establecer una migración regular, ordenada y segura con derechos humanos y con una protección humana”, destacó el funcionario federal.
Detalló que los operativos se realizarán en coordinación con la Guardia Nacional, las fuerzas armadas y los gobiernos de los estados y municipios donde se presenta ese problema, además la Secretaría de Marina vigilará los límites territoriales. En los últimos tres meses casi 400 mil migrantes han ingresado irregularmente a territorio nacional.
El programa considera la participación de 6 mil 500 elementos de la Guardia Nacional, quienes apostados en distintos puntos vigilarán también la movilidad en carreteras las que, de acuerdo con un diagnóstico, se da la migración irregular.
Asimismo, estarán atentos al tráfico de migrantes en hoteles o casas, donde se les lleva de manera clandestina, previo pago de 3 mil a 5 mil dólares, y se les mantiene bajo amenazas para que no digan nada.
Pero de acuerdo a datos de la Secretaría de Gobernación, a lo largo de esa línea fronteriza, se tienen identificados alrededor de 400 puntos donde ocurre el tránsito de personas, pero el 97 por ciento son ilegales y la mayoría están dominados por bandas del crimen organizado.
Del total, sólo 11 puntos cuentan con filtros custodiados por personal del Instituto Nacional de Migración. Éstos son: Subteniente López, Chactemal, La Unión, El Ceibo, Frontera Corozal, Carmen Xhan, Las Champas, Unión Juárez, Talismán, Suchiate 1 y Suchiate 2.
La vigilancia en el resto de cruces, más de 380, es el reto de los elementos desplegados de la Guardia Nacional, de las secretarías de Defensa Nacional y Marina y de grupos del INM.
Son áreas de difícil acceso, donde las tareas operativas requieren no sólo el incremento de personal, sino equipos especiales de navegación, drones, helicópteros, sistemas de revisión e intercomunicación.
Muchos son pasos por montañas o por ríos (Suchiate o Usumacinta), donde es posible negociar con aldeanos el traslado vía lanchas, pangas, góndolas, balsas o hasta cámaras de llanta, por franjas selváticas, boscosas y serranas, por carreteras estatales o municipales abandonadas, por caminos provisionales o vecinales, cerros, parajes o extensiones de maleza y matorrales.
La frontera entre territorio mexicano, Guatemala y Belice mide mil 149.8 kilómetros y abarca 23 municipios: 18 de Chiapas, dos de Tabasco, dos de Campeche y uno de Quintana Roo, en los cuales viven más de 1.6 millones de mexicanos, la cuarta parte, de origen indígena.
Resistencia de migrantes, balseros y tricicleros
Al implementarse esta semana la vigilancia militar en la ribera del Suchiate, migrantes, balseros y tricicleros que trasladan mercancía de contrabando entre México y Guatemala, corrieron a efectivos de la Secretaría de Marina (Semar), habilitados como elementos de la Guardia Nacional, quienes intentaron instalar un operativo de vigilancia a la orilla del río.
“No pueden ingresar ningún producto, porque lo decomisamos”, advirtió un naval a un grupo de hombres que colocaba artículos en una embarcación construida de tabla y neumáticos de tractor.
La noticia de que militares a la orilla del río impedirían el ingreso de mercancía a ambos países a través del afluente, llegó rápido a otros cruces informales. Decenas de hombres se trasladaron para apoyar a sus compañeros. “¡Váyanse o quemamos el carro!”, advertían a los militares, quienes, nerviosos, empuñaban sus armas de grueso calibre.
Al ver que eran superados en número, los agentes sólo se quedaron observando cómo los balseros continuaban con el cruce de la mercancía, con lo que se evaden grandes cantidades económicas por la omisión de pago de aranceles.
“¡Váyanse, no los queremos aquí. Les vamos a quemar el camión si no se van”, continuaba la amenaza contra los efectivos de la Semar.
Minutos después, para evitar una confrontación, los marinos optaron por retirarse. Tras su partida, balseros y tricicleros gritaron y festejaron como señal de triunfo.
Ante estos hechos, migrantes provenientes de Cuba y El Salvador aprovechó la nula vigilancia de las autoridades migratorias para cruzar el río Suchiate a bordo de balsas.
De ahí, buscarían burlar el primer filtro de vigilancia del Instituto Nacional de Migración (INM), la Policía Federal y la Policía Naval, ubicado sobre el tramo de la carretera Tapachula-Talismán, a unos tres kilómetros de Tapachula.
Pedirán al gobierno permiso para continuar contrabandeando
La presidenta municipal de Ciudad Hidalgo, Sonia Eloína Hernández Aguilar (del partido local Podemos Mover a Chiapas), expresó su respaldo a los balseros y tricicleros, quienes solicitarán al presidente Andrés Manuel López Obrador que les permita continuar el cruce ilegal de mercancía por el río Suchiate.
La alcaldesa llegó a la orilla del afluente acompañada de la líder de balseros del Paso Limón, Guadalupe Polanco, quien señaló que de esta actividad informal se benefician más de 500 mil personas, entre balseros, tricicleros, cargadores, cambiadores de papel moneda y comerciantes de abarrotes, tanto de México como de Guatemala.
A lo largo del río hay una veintena de pasos informales; entre los más conocidos están El Coyote, Limón, Palenque, Rojos, Armadillos, Las Hamacas y Cruz Blanca.
Hernández Aguilar afirmó que si se cancela esta actividad, muchas familias corren el riesgo de quedarse sin trabajo y de comenzar a emigrar para buscar el sustento familiar.
La alcaldesa aseguró que en este municipio no existen otras fuentes de empleo.