Sugieren a AMLO crear un grupo de crisis para el tema de migrantes
Roberto Vizcaíno viernes 21, Jun 2019Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
El presidente Donald Trump inició esta vez su campaña de reelección con mensajes de guerra hacia sus opositores internos.
El blanco de sus críticas fueron los demócratas, donde milita Joe Biden quien según los sondeos de arranque le lleva 14 puntos de ventaja.
Trump, como su homólogo aquí, en México, salió con que tiene otros datos y aseguró sin mostrar nada que lo confirme, que esas encuestas no son reales.
Faltó que le copiara a su amigazo local con aquella frase de “esas encuestas están cuchareadas”.
En esta ocasión el impredecible mandatario de EU sorprendió a los mexicanos al afirmar que el México encabezado por Andrés Manuel López Obrador es un país socio en aquello de combatir la migración ilegal, y en el plano comercial, al haber aprobado ya el T-MEC.
Es más, puso a México y a AMLO como un ejemplo a seguir.
Acá todos sonrieron satisfechos. Comenzando por Andrés Manuel López Obrador quien con esa declaración confirma que no se equivocó al no confrontarse con Trump por el rollo de los aranceles y la crisis de migrantes centroamericanos, y otras nacionalidades.
Personajes involucrados naturalmente en el tema, como Ricardo Monreal, líder de las mayorías en el Senado, la parte legislativa del Congreso encargada de las relaciones internacionales, ha retomado bien el timing pacifista delineado por AMLO, y no sólo ha evadido entrar en las declaraciones reeleccionistas de Trump, sino que ha mantenido en un bajo perfil a sus aguerridos activistas con curul de Morena, como Félix Salgado Macedonio, o esa belleza autóctona de huarache permanente llamada Jesusa Rodríguez, o la temible legisladora bajacaliforniana (“no les tengo miedo… ¡cabrones!), de pistola al cinto, Lucía Trasviña.
O tantos otros que se arrancan contra todo.
Monreal, bueno sin duda para la negociación y el acuerdo, ha logrado mantener hasta a la oposición tras la raya de la prudencia, para no involucrar al Senado en las peleas de Trump contra México.
En todo eso le han salido tan bien las cosas a López Obrador, que en opinión de algunos de dentro y fuera del círculo del poder, el mandatario mexicano podría estar pecando de confiado.
Hay profesionales de la comunicación –muy pocos por cierto en este gobierno–, que han advertido a los influencers del círculo interno del dueño de Palacio que sin duda en los muchos meses que faltan a Trump para la elección de presidente en los EU, de aquí a noviembre de 2020, el tema migrante va a resurgir con fuerza y por ello es momento de abordarlo como un tema de crisis.
Quienes saben de manejo de situaciones de crisis, lo primero que recomiendan es reconocer que existe una situación de crisis.
Y, bueno, sin duda en estos momentos existe una situación de crisis en el manejo del flujo de migrantes centroamericanos por México para llegar a pedir asilo y empleo en Estados Unidos.
Una crisis que es, y será, el tema central de la campaña electoral de Trump, y por lo tanto una pesadilla para el gobierno mexicano.
Por ello las recomendaciones centrales de quienes saben de estos manejos con proyección política, creen, sugieren que AMLO y su canciller Marcelo Ebrard, hoy designado zar del manejo de control de migrantes, asuman las siguientes acciones y decisiones:
– Que un funcionario representante personal de Ebrard, y con acceso directo, si es necesario, con López Obrador, se asiente de tiempo completo en Tapachula, Chiapas, e instale ahí un “cuarto de acción y decisiones”. Algo como lo que ocurrió en su momento en 1994 con el estallido del movimiento zapatista.
– En un proceso electoral eso se llama “cuarto de guerra”.
– Este representante podría quizá ser un subsecretario de Relaciones Exteriores, o el nuevo director del Instituto Nacional de Migración, y en ese “cuarto” tener además representantes de todas las otras autoridades, instituciones, dependencias involucradas por AMLO en la atención del problema.
Pero, ¿por qué los expertos en situaciones de crisis sugieren tal cosa?
Antes que nada por un tema de imagen. El gobierno de López Obrador no puede darse el lujo de estar siendo señalado como la cabeza de un estado militar-policiaco. De dar una respuesta de fuerza militar al desbordado flujo migratorio centroamericano, y no una de respeto a los derechos humanos.
Hasta hoy todos los medios en el mundo destacados en la frontera sur de México presentan todos los días, imágenes de cómo la llamada Guardia Nacional que todavía no existe y que a lo más que llega es a expresarse en brazaletes portados por soldados y marinos, o por policías federales, o agentes de migración para detener a migrantes.
Lo importante ante este despliegue es ir a una respuesta de Estado que neutralice o atenué el carácter policiaco y de seguridad del tema migratorio.
El grupo multidisciplinario debe actuar dentro de una sesión permanente para atender y dar respuesta a todo lo relacionado con los inmigrantes.
De su seno deben salir diario al menos dos informes de las actividades de todas las dependencias involucradas, los cuales, se sugiere, serían difundidos profusamente por el equipo experto en comunicación que ya fue designado y que encabeza Oscar Argüelles.
Entre sus tareas debe darse un reporte permanente de todos los incidentes destinados a las autoridades superiores, en especial al Presidente de la Republica, para regionalizar eficientemente el tema de la Migración y así disminuir la presión ejerza Trump o del gobierno de los Estados Unidos.
Con una respuesta multisectorial así, se daría oportunidad de que, en caso de que lo decidiera, el Presidente de la Republica pudiera acudir a un encuentro de información con el grupo.
La importancia inmediata, es que la atención del problema migratorio se centraría en Tapachula, y no en otras zonas del país.
Y se permitiría al Presidente de la Republica disminuir el asedio de medios sobre el tema de migrantes en su conferencia mañanera.
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