Detengamos la fiebre del mundo
* Especiales, ¬ Edgar Gómez Flores viernes 11, Feb 2011Edgar Gómez •
- Amigos de Diario Imagen, semana a semana nos acercaremos a ustedes a hablar de este grantema que seguramente durante todo el siglo XXI será lo que aqueje a nuestra generación
Durante los últimos 20 años el tema del cambio climático ha inquietado a la humanidad y tiene fundamentos para estar inquieta. El monitoreo del clima de una u otra manera se ha registrado. En sus inicios de manera más empírica y ahora con más herramientas tecnológicas se identifican los detalles de las variaciones pluviales, de temperatura, registros de huracanes, etc.
Durante toda esta experiencia acumulada, en los años donde los registros se han especializado, el debate científico se ha centrado en un tema: es el cambio climático una etapa más en el desarrollo de nuestro planeta o es un fenómeno antropogénico (ocasionado por el hombre). Después de diversos planteamientos puestos sobre la mesa sobre este tema se definió que existe evidencia suficiente para demostrar que es preponderante las acciones que el hombre ha realizado para modificar los patrones de comportamiento del clima de todas las latitudes de nuestro planeta.
En este orden de ideas, estimados lectores y derivado de la oportunidad que este diario nos da para compartir nuestro conocimiento e inquietudes en este tema que estamos seguros es de su interés; nos gustaría definir primeramente cómo ha fomentado el hombre este cambio climático: La atmósfera incorpora distintos componentes, entre ellos el CO2 (dióxido de carbono), este componente en el estado natural de la atmósfera se encontraría contenido en una concentración de 275 partículas por millón. A esto se han hecho distintos estudios que señalan que una concentración todavía manejable para el medio ambiente sería las 350 partículas por millón. Sin embargo, a la fecha nos encontramos en las 385, realidad que se encuentra lejana de poderse revertir si los países no nos ponemos de acuerdo en las medidas de mitigación.
A esto, los países dieron un primer avance en la reunión de Río de Janeiro de 1992 donde la Organización para las Naciones Unidas sentó a los mandatarios de las naciones y los invitó a incorporar el tema de cambio climático en sus agendas. Sobre esto, fue hasta 1997 que se incorporaron mecanismos de emisiones en el tratado de Kyoto, Japón los cuales entraron en vigor hasta el año 2005.
Cabe señalar que a partir de ese momento el mundo se partió en dos grandes bloques: Primero, aquellos países que han alcanzado un desarrollo económico considerable y segundo, aquellos países en vías de desarrollo que requieren un incentivo económico para reducir sus emisiones de CO2, a través del desarrollo de tecnologías limpias en sus procesos productivos.
Esta partición del mundo es la discusión principal. Por un lado los países industrializados piden más restricciones a los países en vías en desarrollo. Esto ha llegado a tal extremo que los Estados Unidos, con 4% de la población mundial y consumidor del 25% de las energías fósiles, no ha ratificado este tratado. Por otro lado los países en vías de desarrollo piden más recursos para acceder a tecnologías limpias y restricciones más endebles como es el caso de China que emite más que Norte América.
Ahora, parece que el tema es un tema de gobiernos dispuestos a debatir con los esquemas con los que se debaten los problemas económicos o armamentistas. Sin embargo, aquí estamos en una condición superior como lo es la estabilidad económica, física y estructural de las naciones. El cambio climático generado por factores antropogénicos nos presenta una nueva disyuntiva: Continuar en la espiral de crecimiento infinito donde parece va emparejado el bienestar de las personas o desvinculamos el bienestar de ese crecimiento para generar valores integrales sociales.
Para esto necesitamos que el tema del cambio climático sea un tema que entre en las agendas de las personas, las familias y las comunidades y vayan de la mano de las decisiones de los gobiernos. En este sentido nuestra gente debe dimensionar el problema. En el caso de México, por ejemplo, se emite el 1.8% las toneladas de CO2 que emite el mundo. Cifra tal vez irrelevante, pero al compararse con el continente africano, podemos verificar que nuestro país emite el 45% de las emisiones de todo ese continente.
Por otro lado, las personas deben tener conciencia de aquellas decisiones económicas tomadas al comprar un auto, al valorar el transporte público, al maximizar el uso de los combustibles fósiles para alimentación e higiene o aquellas decisiones políticas tomadas cuando nos encontramos frente a una urna cuando elegimos a políticos populacheros que impulsan los subsidios a los combustibles, lo cual adicionalmente es perverso sobre los que menos tienen en este país.
Amigos de Diario Imagen, semana a semana nos acercaremos a ustedes a hablar de este gran tema que seguramente durante todo el siglo XXI será el que aqueje a nuestra generación. Hablaremos de calidad del aire, de opciones de vida verde, de reforestación y deforestación, del papel de ciertas especies (animales y vegetales) que con su servicio ecológico ayudan a reducir o a asimilar de mejor manera el impacto de este fenómeno.
Esperamos que la sección el lema de “Detengamos la Fiebre del Mundo” sea una expresión cotidiana que nos acompañe a tomar nuestras decisiones más básicas: cuando nos bañamos, cuando nos alimentamos y cuando nos transportamos.
Somos un grupo de ciudadanos de México y el mundo, con conocimiento en la materia, que hemos formado la Asociación Civil Detener la Fiebre del Mundo y estamos convencidos que con un poco de información podremos revertir el cambio climático que podría variar de manera drástica el mundo en que vivimos.
Seis grados celsius (6°C) por encima del promedio mundial no es poca cosa…
• Edgar Gómez es asociado fundador de Detener la Fiebre del Mundo A. C. y LEAD Fellow del programa en desarrollo sustentable que en México promueve el Colegio de México. También es Subgerente de Normatividad en la Comisión Federal de Electricidad y pertenece al Partido Acción Nacional desde 1995.