Delincuencia organizada de verdad
¬ Sócrates A. Campos Lemus jueves 20, Jun 2019¡Que conste,.. son reflexiones!
Sócrates A. Campos Lemus
Es vital que las autoridades mexicanas que van a poner un orden al ingreso de los migrantes que solicitan su entrada por México, con destino a los Estados Unidos, recuerden que en esa zona de la frontera con Guatemala tenemos que tener un cuidado especial, porque es la vasta región incontrolable donde pasan la mayor cantidad de drogas, mercancías, armas, dinero y gente, pero, además, deben recordar que desde hace unos años apenas comenzaron a desarmarse los grupos de la guerrilla que operaron en la Alta Verapaz y en las montañas de Guatemala y de donde nacieron aquellos grupos de militares. conocidos como “Kaibiles”, que se convirtieron en un ejemplo de sicarios precisos y bien adiestrados, muchos de ellos operaron como sicarios de los grupos mafiosos o de los empresarios que buscaban la protección a sus vidas y familias, de ahí crecieron muchos de los grupos que actualmente operan el control del tráfico de migrantes, armas, dinero y drogas que cruzan por Guatemala y son los que mantienen las relaciones mafiosas con los grupos y pandillas de El Salvador y Honduras y las relaciones con la guerrilla nicaragüense, de ahí, la importancia que le dan los Estados Unidos a Guatemala, al grado de enviar a la zona fronteriza a grupos especiales de agentes y, pronto, reforzarán la línea con los grupos militares y la obligación de hacer a éste, un país que pueda albergar a los migrantes en turno, como lo quisieron hacer con México.
Prueba de la organización política y paramilitar de la región la acaban de dar los grupos de balseros y bicicleteros de la frontera con México, que son los que controlan el tráfico de personas, mercancías, con el pretexto de que esta actividad da de comer y ocupación a algo así como a 500 mil guatemaltecos y mexicanos que se dedican al contrabando, y por ello, las mismas autoridades explican que solicitarán al presidente Andrés Manuel López Obrador su permiso para continuar con esa actividad, sin que se vean afectados por los militares y policías enviados para controlar el flujo migratorio, lo que es vital es que se vea que la organización de ese numeroso grupo que ha crecido y se ha fortalecido en la región tiene una enorme capacitación paramilitar, que es capaz de enfrentar a los militares y policías mexicanos, de tal suerte que les obligarán a ser simplemente observadores, pero no podrán detener a los migrantes ni a los contrabandistas, ni operar para evitar el tráfico de drogas, a menos que estén de acuerdo en tener que utilizar la fuerza, porque ellos sí la usarán para continuar con sus actividades ligadas al narco, al tráfico de gente, armas, dinero y mercancías.
Seguramente, la mayor preocupación de los norteamericanos, como debería ser la misma para nosotros, es que en las caravanas se notó la organización de los grupos especializados en moverlas y de los apoyos logísticos y financieros que usaron en el traslado de miles de personas, entre ellas, el paso oculto de sicarios, “Maras”, pandilleros y narcos, que han venido invadiendo la ruta del tráfico de drogas por México, que llega hasta los orígenes de Colombia, Venezuela, Perú y Bolivia y, en ese momento, tendríamos que pensar que en ese esquema, lo que se busca, es fortalecer a los grupos paramilitares, que protegerán las actividades delictivas que conducen hasta los Estados Unidos y de esa forma, ellos, podrán controlar, no solamente el tráfico y la siembra o producción de las drogas de diseño, como el “fentanilo” y el “cristal”, sino otras más que comienzan a producir en nuestro país en forma alarmante, como se ha demostrado en Nuevo León, Tamaulipas, Sonora, Baja California, Chihuahua y otros estados, donde proliferan las siembras de amapola, mariguana y la operación de laboratorios que se dedican a la producción y que trasladan por medio de esas rutas que ellos han abierto en forma natural con sus propios delincuentes, haciendo a un lado a los grupos del país y, de ahí, que la disputa por los territorios avanza con una violencia jamás vista y con las relaciones de apoyo con algún grupo especial de las viejas mafias mexicanas, que son las que se proyectan para enfrentar al Estado mexicano, incluso, dentro de los procesos financieros y de lavado de dinero, ocupando muchos de sus recursos a la compra de protección o, finalmente, al patrocinio de los grupos políticos que puedan proyectar para ganar espacios importantes del control territorial, de tal forma que les permita utilizar al mismo sistema de seguridad en su favor.
Por esos y otros motivos, las autoridades encargadas del manejo actual para el control de la migración, no solamente deben estar atentas a sus labores tradicionales, sino hacer las investigaciones de inteligencia que les permitan descubrir las rutas y a los elementos que se han ido estableciendo en todo el país y que parten desde Centroamérica hasta la frontera y territorio norteamericano, porque ese potencial poder en el control del tráfico de drogas, personas, mercancías, dinero y armas, será tan fuerte que en un momento no tendremos capacidad de respuesta en el manejo y estaremos, los países, expuestos a que sean los delincuentes protegidos por los grupos políticos, empresariales y financieros que operan los recursos de las utilidades, los que operen y manejen a los países y a muchos de sus gobiernos. No se piense que esto es una volada o imaginación de más, es el esquema lógico de crecimiento y de operación que se ha buscado desde hace años por parte de los grandes padrinos de la mafia internacional y que, ahora, vienen aplicando, aprovechando la crisis humanitaria en que se encuentran los países de la zona centroamericana.
Si no entendemos que no es con regaños y súplicas como se terminan esas relaciones peligrosas para la seguridad nacional, sino con la aplicación de la ley y la fuerza necesaria para combatir el crimen organizado, perderemos la batalla por México y estaremos expuestos a que en un plazo corto estemos operando con las condiciones de la mafia internacional, no con los intereses de México y de los mexicanos… así que paren la oreja y abran los ojos o, nos lleva el tren…