Lo que sigue: campaña de Trump contra el terrorismo
Francisco Rodríguez martes 11, Jun 2019Índice político
Francisco Rodríguez
Una de las claves más importantes en la relación política con los halcones del Partido Republicano, es la previsión del conflicto y la estrategia para evitarlo, tomando en cuenta la espinosa y difícil frontera. Estados Unidos es dizque gobernado por uno de los presidentes más fallidos y ruines de su historia.
Y no pocos dudamos que para sortear este nuevo obstáculo de las fracasadas guerritas comerciales ñoñas, de las amenazas de aranceles imposibles y de las antihumanitarias decisiones migratorias, sólo tendrá un camino en búsqueda de su inviable reelección. Ya no le quedan fichas. Es la que viene.
Como todo halcón republicano que se respete, Donald Trump intentará cambiar tan pronto como sea posible el debate nacional sobre las acusaciones criminales a su campaña, que hoy lo traen a la trompatalega con los demócratas, los medios de comunicación y con un buen sector de la población pensante…
…acudiendo al arma preferida de sus antecesores de partido en la Casa Blanca: la lucha contra los fantasmas del “terrorismo”. No le queda de otra para congraciarse con su electorado fanático, esa basura blanca integrada por malformados sufragistas que todavía creen en la infalibilidad del imperio de antaño.
Y el terrorismo preferido por los republicanos es el que, según ellos, proviene tanto de los ejes del mal ubicados a lo largo del paralelo 38, como de las potencias emergentes, entre ellas China, Rusia, India y forzosamente nosotros, los mexicanos.
Estamos en esa lista por obvias razones electorales, la ciudadanía mexicana que sostiene la agroindustria, la alimentación y las constructoras estadounidenses. Pero también, porque algunos nos negamos a regalar materias primas a su gusto.
En todos los estudios serios sobre seguridad nacional en Estados Unidos, en el seno de las agencias que sostienen los argumentos en pro de las invasiones preventivas, el Golfo de México, sus ubérrimas reservas petroleras, están consideradas como “su Mar Mediterráneo”.
Esto quiere decir que los cientos de miles de millones de barriles que constituyen reservas patrimoniales de nuestra nación, muy superiores a las de Venezuela, Arabia y los emiratos juntos y la propia de Estados Unidos, deben ser absolutamente de ellos. Propiedad de ellos, por definición de su seguridad estratégica.
Tienen todos los argumentos para pretenderlo, pues según estudios satelitales de la ExxonMobil hechos hace unos meses, el rancho de 600 hectáreas , propiedad de Jorge Elías, en el municipio de Mamantel, Campeche, limítrofe con la Laguna de Términos, tiene una reserva superior a la venezolana.
Estamos hablando de 300 mil millones de barriles de petróleo crudo. Una cantidad que ni en sus sueños guajiros han pensado tener los países más grandes del mundo. A nosotros siempre se nos ocultó esa información, pues era imprescindible la opacidad para poder obtener los moches y las ventajas monetarias a la hora de entregar los depósitos.
Por eso, somos su Mar Mediterráneo, por eso somos la clave de su seguridad estratégica, su patio trasero al cual acudir en cualquier emergencia. También, por eso somos catalogados dentro de los ejes del mal, el conjunto de enemigos que puede ser sometido en cualquier momento, dicen los expertos gabachos. Por eso, los mexicanos entreguistas se dan vuelo atacando al régimen ente toda manifestación de descontento de Trump. Por eso, los medios de comunicación a su servicio levantan infundios, atacan sin descanso cualquier medida nacionalista que intente el nuevo régimen. Traicionan a la patria.
Las estrategias —de algún modo hay que llamar a los despropósitos de Trump— han fallado en todos los frentes tanto del interior como del exterior. Es más, sus alharacas han logrado juntar en un solo bloque a chinos y soviéticos para responder de inmediato a un nuevo insulto. Aquí en México ha servido a las mil maravillas para despertar el aletargado sentimiento nacionalista y patriótico.
Por tres a uno, los estadunidenses opinan que el nivel de honestidad y ética en el gobierno de Trump se ha deteriorado hasta llegar al 30%, cifra veinte puntos menor al emblemático 50% que caracterizaba a los peores gobiernos norteamericanos.
El discurso reeleccionista de Donald Trump no tarda en querer reverdecer los viejos lauros del sistema monolítico presidencial norteamericano, la presidencia imperial que decía el asesor de Kennedy, Arthur Schlessinger: ahora combatirá enemigos que quieren establecer un poder totalitario que serían un peligro mortal para la humanidad.
Pronto, muy pronto, Donald Trump recurrirá a esa amañada marrullería. Afirmará que los enemigos de turbante y los dueños soberanos del petróleo y materias primas esenciales para el proceso productivo son más malandrines…
… que los asesinos de la SS en Auschwitz, como el primer paso para instalar nuevamente la paranoia, ésa que acaba de fracasar en el terreno arancelario, en la intolerancia migratoria, en las condiciones del león en el intercambio comercial con todos los países del mundo.
Y el mundo occidental esperará que el paranoico Trump nunca llegue a descubrir enemigos peores que la Wehrmacht, los camisas pardas de Mussolini, los kamikazes japoneses, los narcotraficantes mexicanos… y deje de jugar a la reelección, a costa de todos nosotros.
Pero es lo que sigue. El viejo cuento republicano de apelar a los sentimientos dizque patrióticos de los WASP y de la basura blanca. Todos sabemos que fallará en este intento desquiciado.
Pero los lacayos de acá y de otros rumbos del planeta aprovecharán esos desplantes para seguir sembrando el miedo al nacionalismo proverbial, buscando más privilegios del régimen. Yendo por sus cuotas de siempre. Robando en despoblado.
Los mexicanos tenemos que estar atentos a esa nueva embestida. Debemos hacernos de las herramientas de la previsión de conflictos y del rechazo a quienes quieren seguir sangrando al país. Al fin y al cabo, ya sabemos dónde se juntan los traidores y los mercachifles. ¿No cree usted?
Índice Flamígero: Escribe don Miguel Ramírez: “Se terminaron las negociaciones con los EU y se logró evitar que a las exportaciones de México hacia ese país se le aplicara un arancel que crecería paulatinamente. De inmediato surgieron críticas hacia AMLO, de los de siempre, en las que se le acusa de ceder a las exigencias de Trump, dar la espalda a los migrantes y militarizar la frontera sur. Lo que no se menciona es que tratar con un desquiciado mental, y las autoridades mexicanas lo hicieron, no es nada sencillo. La actitud de Trump está influida por la necesidad que tiene de distraer a la sociedad estadounidense de las acusaciones que se le hacen referentes a que Rusia intervino en la elección presidencial que ganó y empezar desde ahora a trabajar en su posible reelección. Quienes creímos que México es una cloaca, debemos reconocer que estamos equivocados. En comparación con la situación en que los gobiernos anteriores dejaron a nuestro país, una cloaca es un lugar limpio y perfumado. Se conoció recientemente que el ministro de la SCJN, Eduardo Medina Mora depositó en el extranjero millones de dólares y libras esterlinas y no hay una explicación clara que lo justifique. También que Emilio Lozoya recibió de AHMSA el regalo de una casa con valor de varios millones de pesos poco después de haber autorizado la compra con sobrecosto de la empresa chatarra Agro Nitrogenados. Como es bien sabido, fue un éxito la proyección de la serie Game of Thrones. Pues ahora una empresa televisiva ha pensado en producir una que tenga como escenario a México que sería estelarizada por funcionarios públicos y empresarios mexicanos. Su nombre sería Game of Ladrones, y constaría de un sinnúmero de capítulos.” + + + Por su parte, don Rubén Mújica Vélez envía este texto: “ La reciente negociación con el trumpismo yanqui se registro en un escenario frecuentemente soslayado. Trump y sus agresiones esquizofrénicas se explican por varios problemas: el impeachment que pende sobre su futuro; el propósito frenético de reelegirse y su ignorancia del actual y cada vez más complicado comportamiento de la economía. Empecemos por la última. La economía de Estados Unidos se ubica desde hace decenios en proceso de decadencia. Esto significa que Estados Unidos repite la historia de Inglaterra: pasará de Imperio Mundial a un país secundario. Esto es inaceptable para Trump y los WASP (blancos, anglosajones y protestantes) que no entienden el cambio mundial, pero lo resienten y proceden con furia de trogloditas. ‘Estúpido, es la economía’ gritó Clinton a Bush padre cuando candidatearon por la presidencia de Estados Unidos y Bush pretendía reelegirse. Fue derrotado por Clinton que comprendía los cambios económicos mundiales. Trump hoy no sabe cómo parar el tsunami económico que encarna en China y su nueva Ruta de la Seda. Por eso, Trump intenta evitar que economías como la de México caigan en la órbita china. Su intento de regresar plantas industriales ubicadas en México muestran su ignorancia. Esas plantas se radicaron acá para contar con mano de obra barata y calificada y multiplicar sus utilidades. No se establecieron en México para impulsar su desarrollo económico.
Trump está empeñado en reelegirse. Pero topa con frecuentes críticas a su estabilidad mental e incapacidad para gobernar. Por eso exagera su agresividad verbal para convencer a sus seguidores que es el único que defiende la economía yanqui. De ahí su frenéticos America first. Trump tiene su Espada de Damocles: la posibilidad nada remota del impeachment, es decir del juicio para expulsarlo de la Presidencia. Ha acumulado demasiadas evidencias de mentir al fisco y esconder negocios turbios desde la Casa Blanca. Fue revelador que su amenaza a México con elevar aranceles no contaba con el apoyo de muchos senadores de su propio partido. La resistencia mexicana tuvo estos aliados insólitos que comprendían los altos costos qué esos aranceles tendrían para los productores y la economía yanqui. Pero para México y no sólo para los exportadores desde México, aunque muchos son yanquis, los aranceles eran y son peligrosos. Los aranceles de Trump habrían sido destructivos. Finalmente queda una interrogante ¿es aceptable para Trump la posibilidad de que con una frontera de 3 mil 180 kilómetros cuente con un país que aplique medidas nacionalistas que para los yanquis siempre serán ‘castristas y chavistas’ que pueden contaminar a América Latina? Reflexionemos y entonces entenderemos el difícil futuro que tiene la 4T y la democracia por la que luchan AMLO y millones de mexicanos.”
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