México cede ante amenazas, “militariza” frontera sur
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 10, Jun 2019Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- Electorales, intereses de EU en agenda bilateral con México
- Diplomacia, la mejor carta en una negociación
Da gusto saber que la tensión provocada por el anuncio del presidente estadunidense, Donald Trump, se haya resuelto favorablemente para México, pero no hay que confiarse, ya que el controvertido mandatario quiere reelegirse y sus amenazas irán en aumento contra sus vecinos del sur, si consideramos que esa fue una estrategia que le funcionó rumbo a las elecciones de noviembre de 2016, donde a todos, al menos a los mexicanos, sorprendió la derrota de la abanderada del Partido Demócrata, Hillary Clinton.
Bajo el argumento de que en materia de política antimigratoria México no está haciendo gran cosa para detener los flujos migratorios que, desde los países centroamericanos y de México mismo, tienen por destino y objetivo la nación del “american dreem”, el jueves 30 de mayo, el señor Trump anunció que, a partir de hoy 10 de junio, su país impondría un arancel del 5% en todos los bienes que entran a su país desde México, eso en tanto no se detuviera el referido flujo y el problema se remediara.
Fueron diez días de tensión, afortunadamente la amenaza no se cumplió, pero al final el gobierno norteamericano logró poner a México en un terreno que electoralmente favorece las aspiraciones reeleccionistas del presidente republicano. La política antimigratoria y xenofóbica de Trump sigue ahí y tiende a regresar con más fuerza.
Al calor de su campaña política, hace tres años Trump dijo hasta el cansancio que de llegar a la presidencia de su país promovería la construcción de un muro para detener la migración ilegal en la frontera norte de México, acción que, ya como mandamás de esta nación, su promesa se ha ido concretando de manera gradual y por lo pronto han instalado mandos militares en puntos estratégicos del otro lado de la línea que divide a mexicanos y estadounidenses, acción que hasta donde se recuerda fue considerada por todas las fuerzas políticas mexicanas como una agresión.
La orden del gobierno de Donald Trump de militarizar la frontera norte no ha sido vista de este lado como una acción proteccionista de combate a la inmigración ilegal, sino como una presión y demostración de fuerza ante las dificultades por las que atraviesan ambos países en su relación bilateral en diversos temas, y sin embargo, según puntos dados a conocer para resolver la amenaza arancelaria, ahora también México dará prioridad en el asunto migratorio al envío a su frontera sur de 6 mil efectivos de la naciente Guardia Nacional, quienes sin vestir uniformes castrenses con esa acción también se podría hablar de una militarización.
El acuerdo o carta de entendimiento incluye varios temas, pero dejan claro que “De ser necesario, México y los Estados Unidos a fin de enfrentar los flujos migratorios irregulares y las cuestiones de asilo, continuarán sus conversaciones sobre los términos de otros posibles entendimientos, mismas que serán concluidas y anunciadas en un periodo de 90 días”.
Se habla de 90 días, pero para como ha sido el comportamiento locuaz del presidente estadounidense, es probable que antes de esa fecha sigan las amenazas y bravuconerías para con México, y no es de extrañarse si éstas surgen en el marco del tratado comercial que tiene que ser avalado por los poderes legislativos de Estados Unidos, Canadá y México (T-MEC)
Es cierto, pareciera que lo del T-MEC es un mero trámite de carácter diplomático para sellar la firma del tratado comercial entre estos tres países, pero con un presidente ávido de sufragios y que le gusta imponer agenda hasta con los de casa, lo que mañana o pasado haga el presidente Trump seguirá siendo impredecible, así que no cantemos victoria ni adelantemos vísperas, porque está visto que cualquier mañana es buena para soportar los caprichos presidenciales de mister Trump.
Es cierto, el diálogo promovido por el gobierno mexicano con su contraparte en los Estados Unidos dejan un buen sabor de boca, y en esta acción el respaldo ha sido mayoritario a los intereses nacionales, pero decir que el acuerdo fue gracias a la unidad de todos los mexicanos nos parece un exceso, tratándose de una responsabilidad de gobierno, porque si las cosas no hubieran sido favorables nos preguntamos si la culpa sería de todos los mexicanos, digo, es sólo una pregunta.
VA MI RESTO.- Al conflicto migratorio que surge en la frontera sur de México y continúa en la frontera norte, muchos nos preguntamos si el tema hay que observarlo como un tema social o bien si estos flujos tienen un interés político.
Las relaciones diplomáticas entre los países de México y Estados Unidos nunca han sido fáciles, eso es cierto, pero también es cierto que nunca antes un presidente estadounidense se había manifestado con tanto odio contra la población migrante y tampoco que sus palabras tuvieran tanto éxito entre sus seguidores, y de ahí precisamente la sospecha de que se trata de una estrategia electoral, aunque la verdad, la verdad, aunque algunos lo vean como un loco, muchos creen que lo mejor en estos casos es la diplomacia, ya que con un loco como presidente nunca se sabe si después de la amenaza vendrá la negociación y hasta ahí porque, como veo doy.