Pasó el susto, pero…
¬ Augusto Corro lunes 10, Jun 2019Punto por punto
Augusto Corro
Se detuvo la amenaza del presidente Donald Trump de imponer una tasa del 5% a todas las importaciones de México, cuya aplicación empezaría a funcionar a partir de hoy lunes.
Dicha cifra se incrementaría hasta en un 25% en los siguientes meses si “el problema de la migración real no se remedia”.
En Washington, la misión diplomática mexicana logró desactivar la bomba que amagaba con causar graves daños a la economía de nuestro país.
A cambio de no aplicar las tarifas, México reforzará los controles migratorios. La Guardia Nacional vigilará las fronteras.
Lo que viene, pues, será un ajuste a la política migratoria de nuestro país en relación a la ola de centroamericanos que pretenden llegar a Estados Unidos.
Será la aplicación de mano dura contra los migrantes, pero con respeto a los derechos humanos. ¿Cómo se llevará a la práctica esta idea? Supongo que será imposible.
Trump se salió con la suya y seguro que ya maquina nuevas ideas para su campaña electoral con más ataques contra México.
Una vez concluido el primer round de muchos que vendrán, pregunto: ¿qué experiencia obtuvieron las autoridades de este amago gravísimo de Trump contra nuestra economía? Para empezar, en México deben estar preparados, advertidos de que con el presidente republicano estará presente, siempre, la confrontación, es su naturaleza.
Pasó el susto, pero, supongo, que las autoridades mexicanas no volverán a padecer una amenaza tan descomunal como la planteada por Trump.
Es tiempo de pensar en la apertura de nuevos mercados, de estrechar relaciones con otros países para ampliar el comercio.
Es hora de sacudirse la bota del poderoso que nos pisotea.
A Trump le funciona muy bien atacar a México. Ya empezó su campaña política para continuar en el poder. Así nos demostró con la amenaza de incrementar las tarifas. Le fue bien. Nos tiene tomada la medida, como se dice coloquialmente.
¿Cuál será el próximo abuso del magnate de la construcción? Las autoridades deben estar prevenidas ante los embates trumpianos sorpresivos.
Los migrantes
Sin duda, los migrantes serán los más afectados por la estrecha vigilancia de la Guardia Nacional en las zonas fronterizas. Esa acción tendrá que manejarse con pinzas porque entre las personas que participan en la ola de migración se encuentran miles de menores de edad, que viajan solos.
La problemática social de la migración es grave y presenta un sinnúmero de problemas como son la pobreza, el desempleo y la violencia.
Son conflictos que, a simple vista, son de difícil solución, debido a la ineptitud de los presidentes de los diferentes países centroamericanos.
A México le va mal y solo es un país de paso. Allá en los lugares donde se originan los problemas las autoridades la toman con calma.
En la solución a la problemática social deberán participar los países involucrados como Honduras, El Salvador, Guatemala, Cuba, Estados Unidos y México.
Pero no debe ser esa participación con castigos o amenazas trumpianas; tampoco con la restricción en las ayudas económicas.
Todos los países implicados deberán aliarse para promover las inversiones que generen empleos, como uno de los puntos importantes.
Luego poner fin a la violencia que se deriva de las bandas criminales dedicadas a todo tipo de delitos, entre estos la producción, trasiego y venta de droga.
¿Esto último podrá realizarse si se encuentran cerca millones de drogadictos? Estados Unidos tiene el mayor mercado de consumidores de droga del mundo.
Lo anterior provoca desde hace varios años que en países como México la guerra contra la delincuencia organizada arroje miles de muertos.
Así pues, hay migrantes que buscan asilo, trabajo y otros, portadores de la violencia, sembrar el mal e imponer el terror que obliga a las personas a dejar sus lugares de origen, en busca de mejores condiciones de vida.
Las lluvias
Ojalá y la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, encabezara sus jornadas de trabajo comunitario en la limpieza de coladeras en las principales avenidas. En otra ocasión señalamos que los problemas les estallan en las manos a las autoridades. Así ocurre en el caso de las inundaciones en la Ciudad de México.
Si las autoridades saben que se encuentra cercana la temporada de lluvias, ¿por qué no se empeñan en realizar un trabajo especial para evitar las albercas en el Circuito Interior y el Viaducto?
¿Y los alcaldes? ¿Dónde se encuentran? Poco se sabe de ellos. Solo aparecen en los actos políticos: Me gustaría que padecieran el embotellamiento derivado del pésimo drenaje en vías principales.
Al paso que vamos, será necesario viajar por la capital en vehículos anfibios que nos permitan salir de las inundaciones. Ni hablar. Ojalá y Tláloc sea considerado con nosotros.