Payasos: están en todas partes, sé uno de ellos
Opinión lunes 10, Jun 2019De la carpa a las letras
Arturo Arellano
- “El ser payaso no se aprende, está dentro de cada uno de nosotros, es tan sólo cuestión de dejarlo salir, de desaprender lo aprendido, de desprendernos de las murallas que hemos edificado para protegernos, de derrumbar las máscaras… y abrir la puerta a la locura interna”
“El payaso es un creador, un provocador de risa, sensaciones y emociones. El payaso nos hace reír, sentir y reflexionar con su visión del mundo y sus intentos de posarse por encima de sus fracasos. Nos muestra su vulnerabilidad sin tapujos. Es el niño que todos llevamos dentro, que no tiene tabúes, que disfruta jugando y que quiere ser como los adultos aunque nunca pueda conseguirlo” Alex Navarro (clown español). Estas fueron las palabras que vinieron a mi mente durante una presentación a la que acudí en el Auditorio Nacional para ver en acción al extraordinario violinista Ara Malikian, ¿qué tiene una cosa que ver con la otra? Se preguntarán ustedes, pues en las siguientes líneas trataré de explicarlo.
Para Alex Navarro, como para muchos otros que compartimos su opinión, existe un payaso en cada uno de nosotros, te dediques a este arte o no, y puede resultar hasta terapéutico encontrarlo. Usaré bien como ejemplo una anécdota que Ara Malikian contó durante su presentación en México: “Como músico era muy tímido, siempre que me subía a un escenario me quedaba en un rincón, escondido, si era en una orquesta, prefería quedarme hasta atrás. Sin embargo, a mi paso por Noruega, por azares del destino terminé tocando en un grupo de música tradicional de ese país y como todos eran noruegos, debíamos buscar la manera de que yo pasara desapercibido, así que decidieron disfrazarme de castor, me subía a tocar vestido de castor y poco a poco fui siendo más castor que persona (risas)”.
Entre el carisma del músico, sus tintes cómicos y las bromas que lanzaba, algo quedaba claro, utilizó un personaje para fluir y dejar salir su esencia extrovertida, la que ahora todos conocemos. “Desde entonces ya me tomo fotos con la gente, bailaba, me movía en el escenario, hasta que un día tuve que matar a mi castor, volviendo a ser yo mismo de nuevo”. Lo cual dicho metafóricamente, se puede leer como que únicamente se deshizo del disfraz para seguir fluyendo de manera extraordinaria e irreverente en el escenario, al menos en los que se refiere al tipo de música que toca, rompiendo paradigmas, no sólo por su talento musical, sino por su extravagante forma de moverse, vestir y conectar con la gente, virtudes que no habría descubierto hasta verse de frente con su payaso interior, o en este caso su castor al que ahora dedica un tema titulado “In memoriam Castorum” o simplemente “Castor”.
Asimismo, cualquier persona puede valerse de ese alter ego o esencia, de esa búsqueda de su payaso interno para evolucionar, “Cuando digo que ‘todos tenemos un payaso dentro’, lo digo después de haber hecho la siguiente reflexión… ‘los niños entre 1 y 3 o 4 años son puros payasos y tienen incorporadas de forma natural los principales preceptos del clown. Todos fuimos niños, luego todos fuimos payasos. Lo que ocurre es que crecemos y empezamos a ponernos máscaras, a edificar muros para protegernos de lo externo, no sea que nos haga daño. Escondemos nuestra vulnerabilidad y olvidamos en definitiva… aquello que fuimos: inocentes, vulnerables, torpes, curiosos, tiernos, tercos, espontáneos, entusiastas, juguetones, emotivos”, de nuevo palabras de Alex Navarro, para dejar claro el punto con el que deberíamos todos conectarnos, aceptar nuestras virtudes pero más nuestros defectos y abrazarlos, presumirlos, aceptarlos y dar rienda suelta a la felicidad que parte de lo simple. “El ser payaso no se aprende, está dentro de cada uno de nosotros, es tan solo cuestión de dejarlo salir, de desaprender lo aprendido, de desprendernos de las murallas que hemos edificado para protegernos, de derrumbar las máscaras… y abrir la puerta a la locura interna”.