Trump quiso ser un cisne negro y terminó siendo un pato criollo
Francisco Rodríguez viernes 7, Jun 2019Índice político
Francisco Rodríguez
El gallo anaranjado no tiene espolones. Donald Trump resultó un bocazas que dentro de su país sólo cuenta con un reducido 30% de seguidores dentro del segmento WASP (acrónimo inglés de White, Anglo-Saxon and Protestant o blanco, anglosajón y protestante, en nuestro idioma) que no alcanzan para fijar tendencia en la política estadounidense con miras a la reelección buscada para noviembre del 2020. A la vuelta de la esquina, y ya no tiene para dónde hacerse.
Las alharacas de su famosa guerra comercial, en el esquema del nacionalismo trasnochado del republicano, han sido bateadas por todos los países inmiscuidos. China, Rusia, las potencias europeas amenazadas en el seno de la OTAN, y hasta los Tigres Asiáticos, amenazados de muerte comercial, le propinaron un severo revés plagado de displicencia.
Sucede que el cisne negro que quiso sembrar para un mundo que creyó a la medida de sus caprichos, resultó un vulgar pato criollo: a cada pisada, una cagada. Es lo que se esperaba. Hasta la base social a la que convocó en su última campaña presidencial se encuentra en franca retirada, después de un gran desengaño.
Y es que no fueron canceladas las factorías mexicanas ensambladoras de automóviles que, según él, causaban un perjuicio fiscal de polendas a sus electores de las zonas fabriles del área del lago Michigan. Todas sus promesas se vinieron abajo cuando la ruda realidad ha demostrado que el 98% de los automóviles que circulan en su territorio son de procedencia mexicana.
Ensamblados aquí, con partes nacionales, y gozando de las facilidades que dan los diez tratados de libre comercio celebrados con México en el exterior, un antecedente que al parecer puede ser el inicio de la proliferación de plantas industriales de alta tecnología y pleno empleo que los asiáticos instalen en México para acabar de posesionarse del mercado estadounidense.
A Trump se le volteó el chirrión por el palito. Por lo pronto, dos mil nuevas industrias chinas en el sector automotriz, alimentario, agropecuario, digital de alta tecnología, robótica, de construcción, vivienda, farmacéuticas y similares de gran alcance están por ser autorizadas por el gobierno mexicano ante la desesperación del esquizoide color naranja.
Ese es el alcance de las bravatas. El capital ruso de alta tecnología en materia aeroespacial, bélica y del transporte, derivadas de la especialidad en el manejo superior de la fibra óptica están destinadas para entrar al mercado del empleo mexicano.
El meollo de lo anterior consiste en el acuerdo logrado por los asiáticos con los grupos poderosos de las finanzas neoyorkinas en el que ha participado esencialmente Larry Fink, el empresario más poderoso de los Estados Unidos, cuyo holding, BlackRock, factura más de tres decenas de billones de dólares anuales…… una cantidad superior al presupuesto estadounidense y que obviamente rebasa las escasas posibilidades de influencia de los republicanos orates al servicio de Trump. Así, como suena. Se vienen grandes cambios, después de haber pasado el trago amargo de las amenazas. Las campanas doblan por quienes apostaron a una aventura sin fundamento. Desquiciada y desordenada.
La bomba de tiempo puesta por Trump, al ordenar que las alcabalas arancelarias, injustas y agresivas, subieran del 5 al 25% en el plazo de cuatro meses si México no detenía a como fuera a las hordas de migrantes soliviantadas y financiadas por dinero de George Soros, el rival demócrata de Trump no resultó ni una bombita casera.
El pato criollo desplazó al cisne negro. La racionalidad del intercambio comercial México – estadounidense, que ronda en los 600 mil millones de dólares anuales, la necesidad ingente del petróleo del Golfo de México y la obviedad de más de 15 millones de empleos creados en Estados Unidos gracias al dinero de los mexicanos lograron un resultado avasallador.
Es más, fue la punta de la hebra para jalar hacia adentro. Las amenazas de los importadores mexicanos de carne y cereales de los territorios estadounidenses bajo mando de los representantes y senadores republicanos, que eran la base de la reelección de Trump, fueron un golpe demoledor para las ambiciones del anaranjado boquiflojo.
La campaña de reelección por la presidencia de los Estados Unidos no puede ser fundamentada en alegatos histéricos como los arancelarios y anti migratorios, pues es de sobra sabido que la realidad de la relación comercial no aguanta ese tipo de amenazas pueriles.
Las inversiones estadounidenses seguirán llegando a México, encabezadas por el holding comercial y financiero de Larry Fink, convertido por efectos de la coincidencia política en un aliado del lopezobradorismo. Sólo que ahora las inversiones no podrán estar atadas a las condicionantes de antes…… pues tendrán enfrente, en el campo de operaciones, al capital europeo y asiático que también velarán por no matar a la gallina de los huevos de oro. El mundo seguirá siendo monocorde, pero con otros sonidos para nuestro caso particular, dadas las características favorables de nuestra ubicación geoestratégica.
Donald Trump vino por votos y por lana, y ha salido trasquilado en todos los frentes. Con una línea de flotación averiada que pone al partido del elefante republicano en un serio predicamento, pues ha sido herido de muerte. ¿Qué no hubo una alma piadosa en Washington que le explicara a Trump el sentido…
… de las declaraciones de Larry Fink en la reunión de CEO’ s de Mérida, Yucatán, celebrada hace apenas unos meses? En lo personal creo que sí, pero de ahí a que lo entendiera hubo un largo lapso de aturdimiento. Quiso avasallar al rancho grande al estilo Rockefeller y resultó un fiasco político, electoral y comercial en toda la línea.
Aparte de convertirse en el pato criollo del nuevo siglo, Donald Trump tendrá que abandonar las actividades políticas para dedicarse a lo que sabe hacer: esquilmar aldeanos y celebrar los concursos de belleza de Miss Universo para ver si se consigue otra dama de compañía como Melania.
El episodio fallido de la guerrita comercial con México pinta a Trump de cuerpo entero. Es el trago más amargo de su meteórica y fatua carrera política y lo devuelve de golpe y porrazo a su realidad. Un WASP más, pero venido a mucho menos.
Mucho tendremos que aprender los mexicanos de estas alharacas. Debemos conocernos más y aquilatar lo que nuestro país tiene de peso específico en un mundo cada vez más competido. México requiere invertir más en su gente, explotar a conciencia sus recursos y defender con mayor ahínco su independencia y su libertad.
Situados en el nuevo mundo, los mexicanos tendremos que estar alertas para no caer en otra provocación. Chinos y rusos no esperan. Para ser sus socios tenemos que ser aún más mexicanos que nunca. ¿No cree usted?
Índice Flamígero: Dice la Wikipedia que la Teoría de Cisne Negro se refiere sólo a los sucesos inesperados de gran magnitud, consecuencia y su papel dominante en la historia. Estos hechos, considerados atípicos extremos, colectivamente juegan roles mucho más grandes que los sucesos regulares. + + + Y para seguir con términos de la ornitología ligados a la grilla, en Estados Unidos se llama lame duck o pato cojo a quien ve próximo el fin del periodo para el que fue electo. En sentido literal, la expresión hace referencia a un pato que no es capaz de seguir el ritmo de la bandada, y que por lo tanto se convierte en blanco de depredadores. Esta condición puede deberse a: haber perdido una propuesta para ser reelecto; decidir no presentarse a elecciones para otro período al finalizar el actual; un límite legal que le prohíbe al funcionario presentarse para ser elegido nuevamente para su cargo; la eliminación de la institución o cargo que ejercía, donde sin embargo el funcionario debe continuar hasta el tiempo final acordado o la duración de su mandato.
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