Paredes, a rendir cuentas
¬ Augusto Corro jueves 10, Feb 2011Punto x Punto
Augusto Corro
Si el Partido Revolucionario Institucional (PRI) quiere regresar a Los Pinos tiene que revisar, a fondo y detenidamente, las derrotas que sufrió en las elecciones para cambiar gobernador en Oaxaca, Puebla, Sinaloa, Guerrero y Baja California Sur; de otra manera tendrá que prepararse para recibir sorpresas desagradables. El liderazgo de la tlaxcalteca Beatriz Paredes fue anulado porque no encontró la manera de contrarrestar la efectividad de las alianzas políticas entre el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Partido de Acción Nacional (PAN).
Ante las derrotas anunciadas, la dirigencia nacional priísta no tomó las providencias necesarias para evitar los fracasos. No se notaron las medidas urgentes para frenar el embate de las coaliciones. Perder la gubernatura de un estado podría entenderse, pero el hecho se repitió cuatro veces más. Y lo que falta. ¿Alguna explicación? Pues sí, las causas podrían encontrarse en la confianza, el divisionismo, o la incapacidad de Paredes Rangel para imponer su autoridad. Gobernadores y cúpula priísta escogieron a sus candidatos y los mandaron al matadero.
Si no funcionó su principio de autoridad, el asunto no sería tan grave. La confianza al actuar ante los adversarios tampoco habría constituido un conflicto. El problema de la división en el PRI, sí representa un problema grave, de dimensiones incalculables. Y los priístas lo saben muy bien. No olvidan que por su guerra interna perdieron Los Pinos. La experiencia fue amarga.
En el presente, Paredes Rangel tiene la obligación de explicar a los priístas qué fue realmente lo que sucedió, para que el Revolucionario Institucional cargara con los fracasos de las elecciones estatales. Porque la responsabilidad total es de ella. Humberto Moreira, el líder que sustituirá a Beatriz, tendrá que remar contra la corriente para enderezar la nave.
El coahuilense empezó sus actividades políticas con ímpetu, su ataque fue demoledor contra sus adversarios, pero su presencia se apagó. Seguramente comprendió que los fracasos pertenecían a Paredes Rangel y él no tenía por qué comprar un boleto que no le correspondía. Ya tendrá su oportunidad en los comicios de Nayarit y del Estado de México. Es posible que haya tomado nota de los errores de la tlaxcalteca para que estos no vuelvan a ocurrir. Debe entender, sin embargo, que su organización política tiene posibilidades de superar a una izquierda en ruinas y una derecha vapuleada y en lona. Humberto Moreira ya se dio cuenta que la lucha electoral rumbo a la sucesión presidencial del 2012 apenas empieza y no será fácil. El camino es largo y mientras menos errores se cometan mejor.
Por cierto, como se presenta la lucha política, en el Distrito Federal el PRI no tiene posibilidades de alcanzar triunfos, pues se trata de un territorio dominado por el perredismo. De plano, los tricolores tendrán que modificar y multiplicar sus esfuerzos si no quieren sufrir derrotas apabullantes. Sin embargo, las divisiones y los pleitos entre las tribus del PRD podrían cambiar el rumbo de los acontecimientos, que podrían beneficiar a los priístas. Es decir, los perredistas llegarían a todas las contiendas debilitados completamente, debido a sus conflictos internos. No olvidar que los perredistas tienen enfrente muchos obstáculos que superar. Por ejemplo, ¿de quién o de qué grupo será el candidato a jefe de gobierno en la capital? ¿De López Obrador? ¿De Ebrard? ¿De Jesús Ortega? Cuando se trate de designar al aspirante, ya habrán ocurrido muchos pleitos entre los dirigentes del sol azteca: se encuentra la elección del próximo dirigente del PRD, que ocurrirá el próximo mes de marzo.
Los amarillos aún no encuentran el candidato de la unidad. Sin duda, el cambio de líder agudizará la pugna entre las tribus. Después, tendrán el desgaste de los comicios en el Estado de México. Por el momento, el dócil Gustavo Madero y el chucho mayor Jesús Ortega se ponen de acuerdo para asestarle otra puñalada al PRD. López Obrador anda en una procesión con el indeciso Alejandro Encinas. Cada quien con sus intereses y cada quien por su rumbo.
Luego seguirá la pugna, como señalamos para designar al candidato a jefe del gobierno capitalino. Desde ahora, se empiezan a manejar los nombres de posibles aspirantes. El propio senador Carlos Navarrete, ajonjolí de todos los moles, ya se autodestapó. Amigo entrañable de los chuchos no tendría problema para ser nominado.
También se encuentra en plena campaña Mario Delgado, el delfín de Marcelo, que nomás no levanta. No olvidar que el PRD tiene en la capital un semillero de dirigentes políticos, realmente izquierdistas, con autoridad moral para representar a su partido. Entre ellos se encuentra Martí Batres. Posteriormente llegará la pelea esperada entre Ebrard y López Obrador de donde saldrá, según se ha dicho, el aspirante a la presidencia de la República. Así se presenta, pues, el programa de box o lucha libre de los perredistas.
El PRI tendrá que enfrentarse a un PRD en vías de extinción que recibe oxigeno de una derecha también en malas condiciones. Los priístas tendrán que esmerarse en conseguir el antídoto contra el veneno puro que representan las alianzas. Esto es un asunto que atañe directamente a Humberto Moreira. Paredes Rangel ya cumplió con su compromiso, por cierto muy mal. Se anularon sus aspiraciones presidenciales.
PUNTOS SUSPENSIVOS. El sábado fueron asesinados tres estadounidenses en Ciudad Juárez: Carlos Mario González Bermudez, de 16 años; César Yalín Miramontes Jiménez, de 17; y Juan Carlos Echeverry Junior, de 15. Según testigos, un grupo de sicarios disparó contra los adolescentes. El hecho se registró como uno más en la violenta ciudad, aunque nos revela que la acciones del crimen organizado se incrementan contra los habitantes del país vecino. Por cierto, la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Janet Napolitano, estuvo hace varios días en la Universidad del Paso, Texas, y pronunció un discurso dirigido a los cárteles de la droga: “Contengan su violencia en la frontera. No se les ocurra llevarla a través de esta frontera. Ni se atrevan a traerla a Estados Unidos”. Parece que la delincuencia no escucha razones.