Libertad sagrada
Ramón Zurita Sahagún jueves 6, Jun 2019De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Cuando menos en México, la libertad de credo y de asociación son derechos consagrados en la Constitución, por lo que pululan religiones y sectas respetadas de acuerdo a que no trasgredan las leyes.
Sin embargo, desde hace varias décadas estallaron escándalos en las distintas religiones y sectas que se diseminan por el mundo, incluido México, algunos más reveladores que otros.
Hay de todo en este fanatismo que es abrazado por seguidores de falsos profetas, que abusan de la ingenuidad de quienes forman parte de sus congregaciones.
Los abusos que cometen pasan por diversas etapas, desde los que ahora se conocen dentro de la Iglesia Católica, que van desde pederastía y abusos sexuales, sin dejar de lado los crímenes de fe, cometidos por los sacerdotes, falsos profetas y dirigentes de algunas de esas agrupaciones.
En México se recuerda el destape de los abusos del padre Maciel que incluso fundó su propia organización, la de los Legionarios de risto. Los muertos de Acteal, Chiapas, donde se enfrentaron seguidores de dos corrientes religiosas.
En el mundo han sucedido cosas atroces en los tiempos recientes, donde Jim Jones es un nombre que todavía resuena en los oídos del mundo, por ser el gran patrono de la masacre ocurrida en Guyana en la que murieron 909 personas, en lo que primero fue clasificado como suicidio colectivo y después se descubrió que la mayor parte de las muertes fueron inducidas.
David Koresh, conocido como el “Mesías de los Davidianos”, era el líder de una división de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, cuyos miembros decidieron inmolarse en Waco, Texas, luego de que la policía amenazaba con ingresar en su propiedad para detener a su “Mesías”, acusado de delitos varios. 95 personas murieron.
Vienen a la memoria esos casos ante acontecimientos recientes que muestran como cíclicamente se repiten algunos de estos hechos, que detectados a tiempo, son preventivos de lo que pudiese haber ocurrido más tarde.
Los dos casos recientes son de grupos catalogados como sectas, donde, curiosamente sus líderes, coinciden en las principales denuncias, las de abuso sexual: NXIVM, que encabeza Keith Ranieri y la de la Luz del Mundo de Naasón Joaquín, detenidos ambos en Estados Unidos, pero con vinculación en México.
El primero de los grupos está situado como sociedad secreta, mientras que el segundo es una Iglesia cristiana con miles de seguidores.
NXIVM se considera elitista, ya que para formar parte de ella se requería el desembolso de miles de pesos, aunado a lealtad, obediencia ciega y secrecía de lo que ocurría en su interior la segunda era de más fácil acceso, ya que solamente se debía profesar, obediencia para su pastor y abrazar las creencias de dicha religión.
Todo transcurrió sin mayores problemas, hasta que surgieron denuncias sobre los abusos cometidos por ambos personajes, en el terreno de lo sexual, con sus marcadas diferencias.
Lo curioso de esto es que los dos personajes fueron detenidos en territorio estadounidense, aunque también actuaban en México, donde pasaron inadvertidas sus prácticas, si es que también se presentaron, por lo que valdría la pena que las autoridades mexicanas investigarán qué tanto hay de lo sucedido en territorio nacional.