¿El petróleo sagrado?
¬ Mauro Benites G. jueves 30, May 2019Municiones
Mauro Benites G.
El libro “Tótem y tabú” de la autoría de Sigmund Freud que recomiendo a toda persona que quiera entender algo sobre la historia humana, escrito en el lenguaje sencillo de los escritores insignes, ajeno a la terminología psicoanalítica, de modo que es fácilmente comprensible.
El ilustre médico austriaco mejoró, con tan sólo la fuerza de su poderosa inteligencia, el trabajo de Frazer en “La rama dorada”; aclaró las confusas explicaciones de Malinowski y por supuesto invalidó por adelantado las fantasías de Levy Strauss.
Hizo antropología intelectual, deductiva. El grupo familiar original vive en el miedo de las fuerzas naturales, que, en su ignorancia, todos los miedos son hijos de la ignorancia he incapaces de entender.
Recurre entonces al tótem, es decir, lo representativo sagrado, un animal poderoso y temido, o, al revés, el animal que más fácilmente es comido por los miembros del grupo.
Siempre ese animal (o puede ser un árbol, un río, por las mismas razones) se convierte en sagrado, en intocable, de donde surge el otro elemento, lo tabú, la imposibilidad, lo absolutamente prohibido.
La figura y la obra de Lázaro Cárdenas se convirtió en tótem y en tabú. Por eso ahora, cuando surge la inmensa oportunidad de un nuevo Tratado Comercial con los Estados Unidos y Canadá, lo primero que hacen es gritar que el petróleo no debe ser incluido en ese trato.
¿Por qué? Pues porque el tótem don Lázaro lo expropió obligado por la insolencia de las compañías extranjeras que lo explotaban y por el trabajo de convencimiento y presión de dos mexicanos muy distinguidos: un general revolucionario, maestro de Cárdenas, Francisco J. Múgica, y un burgués, Vicente Lombardo Toledano.
Como fue Cárdenas quien expropió el petróleo, este se convierte automáticamente en agua bendita para estos ridículos fanáticos a quienes su dios se les escurrió, como agua entre los dedos.