¿Come bien el Conacyt?
¬ Salvador Estrada martes 28, May 2019Folclor urbano
Salvador Estrada
Los que tienen el mando en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, que creen saberlo todo, confundieron la gimnasia con la magnesia y destinaron para su “sana alimentación” un dineral con el que aseguraban comida para todo el año.
Pero no se crea que era una comida común y corriente de “esas que se les llama comidas corridas” pero no, por favor, ellos se deben proteger y sus alimentos son “orgánicos bajos en grasas” que van a saborear en la mañana y al mediodía.
Los jefes máximos para evitar que hablaran mal de ellos y de sus ambiciones pidieron los manjares para ellos y sus trabajadores, más de cien, a fin de que todos tengan salud y aporten “sus conocimientos al pueblo para que se supere”.
Y el servicio de alimentación para todo un año fue contratado por 15 millones de pesos que incluye un chef y un nutriólogo para que guarden la línea.
Pero la finalidad del Conacyt no es comer ostentosamente, sino que se impulse la ciencia y la investigación y para ello los verdaderos científicos han pugnando porque se les aumente el presupuesto que desde hace años está en el mismo nivel que no llega ni al uno por ciento del producto interno bruto. Y gastan en gustos culinarios
Mientras ellos comen como sibaritas los trabajadores de “abajo” los que sí trabajan, su salario apenas les alcanza para mantener a su familia.
Y no hay dinero para becas de los estudiantes que desean ir al extranjero a capacitarse más y ese “gusto alimenticio” debe ser suprimido y el menú cambiarlo por una comida corrida, como las que sirven en las fondas chiquitas.
Aunque usted no lo crea existen instituciones que se dedican a la investigación como la Sociedad Mexicana de Matemáticas que por falta de recursos económicos no ha podido apoyar a ocho estudiantes a participar en la competencia internacional de matemáticas que se va a llevar a cabo en Sudáfrica, en agosto próximo.
El cineasta Guillermo del Toro, al conocer que los estudiantes, todos chavitos, no tenían el apoyo del Conacyt para competir en nombre de México, él se comprometió a pagar los pasajes aéreos.
El Conacyt en la política de austeridad le suprimieron en un recorte presupuestal, cerca de tres mil millones de pesos por lo cual se postergaron apoyos a sociedades y academias científicas, pero el Conacyt no se ha visto afectado para sus comidas orgánicas a base de leche de almendras o “vaca orgánica” para el desayuno.
Y como son exigentes el menú no debe ser repetitivo por lo menos en ciclos bimestrales y además “los restos de comida no deben ser aprovechados para preparar otros platillos”
Los mexicanos pobres, que no comen carne con frecuencia, y que muchas veces su desayuno es una “guajolota”, serían felices con “las sobras” que dejan en los platos “los aristócratas del Conacyt”, que en vez de utilizar su presupuesto en becas para jóvenes valores lo utilizan para comidas orgánicas, sin grasa, y vigiladas por un nutriólogo y un chef, para que no surja la burocracia panzona.