Frustran a miles los exámenes de admisión
¬ Sócrates A. Campos Lemus martes 28, May 2019¡Que conste,.. son reflexiones!
Sócrates A. Campos Lemus
Por distintas razones he tenido la oportunidad de ser testigo de los exámenes de admisión a la UNAM Y AL INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL y, cómo pasan los años, hace ya muchos años, ingresaba a estudiar al sistema del IPN en la prevocacional 3, que se encontraba en Mar Mediterráneo, muy cerca de la Normal Superior y del Colegio Militar y frente al Plan Sexenal, ahí, saliendo de clases, nos reuníamos para jugar un poco de tochito o hacer algo de ejercicio, finalmente, la juventud daba energía para todo y salíamos volados a comprar pastelillos del día anterior que se vendían en una tienda que distribuía los pasteles de “Pays Coronado”, y esos, los vendían a un precio menor a los que se distribuían del día, posteriormente pasé a estudiar a la vocacional tres, que después se convertiría en la cinco que se encontraba en la Ciudadela, al lado del Reloj Chino y muy cercana a la Secretaría de Gobernación y cerca, muy cerca, se encontraba el Café La Habana y un centro cervecero donde se jugaba al pollo, por cinco pesos, y dando algo más al que daba la bolita, pues teníamos para comer y tomar una cerveza, después, ingresé a la Escuela Superior de Economía y todo esto desde la prevocacional a la superior no requería de exámenes de admisión, por la razón de que pertenecíamos al sistema integral y por ello, ingresábamos de un nivel al otro, hoy, las cosas son tan diferentes, en la UNAM miles y miles de chicos y chicas con la ilusión llegan a presentar exámenes y solamente un diez por ciento de los que llegan son aceptados y lo mismo sucede en el INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL y, cosa curiosa, hace apenas unos días, un funcionario del IPN me contaba que uno de los jóvenes más brillantes de la Escuela Superior de Medicina, pues reprobó el examen, pero le dio el puntaje para ingresar en enfermería y así lo hizo y cumplió un año con excelentes calificaciones, por lo que solicitó su cambio a medicina y, ya saben, entre las burocracias y las reglas sufrió las de Caín, pero lo logró e ingresó a medicina, donde lleva el primer lugar con diez de promedio y, esto, nos indica que muchos talentos se quedan fuera por ese examen donde muchos jovencitos llegan con el terror y el horror para presentarlo y así, se fueron y se fugan sus ilusiones, miles de ellos ya no lo reintentan, miles de ellos se frustran y se deprimen y se quedan en el sector de “ninis”, porque no pueden superar ese impacto al reprobar y así, seguramente, perdemos importantes talentos y frustramos a miles y miles de jóvenes que solamente ven volar sus sueños por un mal examen o porque al ponerse nerviosos perdieron la oportunidad, la razón es sencilla, a nadie le enseñan en secundaria ni bachillerato cómo debe preparar un examen de admisión, a pesar de que existen las guías y esas no tienen manejo ni apoyos adecuados para que todos puedan obtener los apoyos que las instituciones brindan, muchos, porque vienen de provincia, otros porque tienen que trabajar y los horarios no se adaptan, en fin, el asunto es que esa diferencia hace el que un joven pueda ser un profesionista o quedarse en el infelizaje nacional, con todo lo que esto representa en el seno familiar, donde jamás son bien aceptados porque, desde las instituciones, les han etiquetado de “perdedores”. Si me preguntan cómo resolver el problema les diría que no lo sé, tampoco tengo mucha confianza en que de pronto se inicien los cursos en las nuevas universidades propuestas por AMLO, porque a lo mejor no tienen las carreras que reclaman más a los solicitantes o no cuentan todavía con los profesores preparados, a pesar de que señalan de que están capacitando a más de 36 mil maestros en este sistema, en fin, si queremos un pueblo dejando la mediocridad, tenemos que capacitar y preparar a los jóvenes en lo que ellos quieren estudiar y se tendría que conservar, si es que los dineros duran, los institutos de orientación vocacional para poder guiar a los jóvenes a encontrar sus capacidades y vocación y lo que en verdad tienen que estudiar para no ir de fracaso en fracaso, pero el tema es que tenemos, ahora, restricciones de no sé por qué razones y los presupuestos se agotan y se limitan o recortan y esto está generando muchos conflictos y problemas.
En el tema de la seguridad, vemos que hay recortes extremos, que obligan a mantener un nivel importante de elementos que poco a poco se van integrando a las labores de la Guardia Nacional, mientras tanto, siguen operando los viejos esquemas, que a lo mejor contaminan o se contraponen con la nueva visión de la seguridad, en el campo de la salud vemos esto que está en crisis y estallan protestas de derechohabientes o de médicos, enfermeros y personal administrativo que mantiene sus demandas y explica seriamente los peligros de los recortes y, en el sector educativo, vemos grupos privilegiados, universidades en crisis, una secretaría totalmente hecha bolas y con demagogia y sin saber cómo tratar los temas políticos, evitando decir que las famosas evaluaciones se van y no están siendo sustituidas por otros programas que puedan garantizar el avance administrativo de los maestros y su mejor capacitación, todos están metidos en los líos sindicales y en los grupos que controlan este importante sector que abarca más de un millón y medio de profesores, trabajadores y empleados y con ello, nos imaginamos los enormes recursos que se aplican en el ramo y llevamos más de un siglo hablando de cómo mejorar la educación y el caso es que parece estamos frenados por las visiones y los intereses que se juegan en el sector educativo y ya es tiempo de que las cosas cambien por el bien de todos, presumiendo que, primero, se hará por los pobres que son la mayoría de la población del país… y así, esperamos lo tiempos y los resultados…