A falta de títulos nobiliarios, dobles apellidos
Miguel Ángel Rivera lunes 27, May 2019Clase Política
Miguel Ángel Rivera
En la República Mexicana están proscritos los títulos nobiliarios, pero si se pudiera hacer referencia a la prosapia de personas o familias incrustadas desde hace muchos años en los altos niveles del gobierno o de la administración pública, sin duda se tendría que incluir a dos familias: los González Blanco y los Ortiz Mena.
Al hacer referencia a esos personajes de alta alcurnia, sin duda resalta una persona que une a esas dos prominentes familias consolidadas desde hace muchos años en los altos niveles del gobierno federal, sin dejar de lado las raigambres estatales, y ese personaje es la recién renunciada secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat),
La ex titular de la Semarnat es hija de Patrocinio González Garrido, ex gobernador de Chiapas y ex secretario de Gobernación, durante el sexenio del ahora repudiado Carlos Salinas de Gortari.
A falta de títulos nobiliarios, en México para denotar el linaje revolucionario, se ha recurrido a crear apellidos dobles, como Silva-Herzog o González Blanco o, antes, Díaz Ordaz-Bolaños Cacho. Este es el caso de Josefa González Blanco Ortiz Mena, quien también presume cuatro apellidos, a pesar de que su padre, Patrocinio, siempre tuvo notables indecisiones al respecto, pues unas veces era González-Blanco Garrido y otras simplemente González Garrido.
Esto porque su padre, Salomón González Blanco, quien también fue gobernador de Chiapas y secretario del Trabajo durante 12 años (sexenios de Adolfo López Mateos y de Gustavo Díaz Ordaz) no tenía apellido doble.
Patrocinio bien pudo presumir cuatro apellidos, pues su madre fue Josefa Garrido Canabal, hija a su vez de un ex gobernador de Tabasco, Tomás Garrido Canabal, que lo mismo es descrito como un transformador social que como un cacique.
Muchos de sus herederos adoptaron al doble apellido, aunque originalmente no lo fuera.
Por el lado materno, Josefa González Blanco hereda los apellidos de Antonio Ortiz Mena, quien al igual que su abuelo paterno fue secretario en los gabinetes de los presidentes López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz.
Ortiz Mena, secretario de Hacienda, es reconocido como promotor de la llamada época del “desarrollo estabilizador”, durante la cual México logró un considerable avance económico sin padecer la lacra de la inflación, aunque tampoco los salarios avanzaron de manera notable.
El ahora presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha puesto esa etapa como ejemplo de lo que se puede alcanzar en el futuro. Hijo de Antonio R. Ortiz, tesorero del Distrito Federal, y de María Mena, el ahora tan elogiado secretario de Hacienda tampoco tenía apellido doble como el que ahora presumen muchos de sus descendientes.
Por si hicieran falta lazos con la vida pública del país, la ahora ex funcionaria estuvo casada con Agustín Basave Benítez, un político que se dio a conocer muy joven bajo la tutela del malogrado Luis Donaldo Colosio y que, luego de renunciar al PRI, llegó a ser presidente del PRD.
Egresada de una escuela particular, la Universidad Anáhuac, la “alcurnia revolucionaria” de Josefa González Blanco, la hizo frecuente víctima de la maledicencia de sus “compañeros” de la “Cuarta Transformación”, a lo cual contribuyó la poca atinada acción de su dependencia en temas referentes al cuidado del medio ambiente, como los numerosos incendios forestales en diversas partes de la República o la contingencia ambiental en la Zona Metropolitana del Valle de México, frente a la cual no había ni titular designado al frente de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAME).
La gota que derramó el vaso fue el retraso de un vuelo de la Ciudad de México hacia Mexicali, Baja California, atribuido a una llamada de la ahora ex titular de la Semarnat, que recurrió al “ábrete sésamo” del México pos revolucionario: “por orden (o solicitud) del Presidente de la República”.
A pesar de que la ex funcionaria admitió su falta, sus allegados han hecho circular la versión de que el verdadero fondo de su renuncia está en la falta de recursos para mover la dependencia que se puso a cargo de esta ecologista que presume como uno de los principales éxitos de su actividad profesional el rescate de la guacamaya roja, especie que estaba en vías de extinción en nuestro país.
La Cosecha
Heredero del primer miembro del gabinete del presidente López Obrador que renunció a su cargo por falta de elementos para poder cumplir sus obligaciones, Germán Martínez, el nuevo director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo Aburto, negó que exista una crisis severa en la institución y confirmó que se seguirán aplicando los principios de austeridad del gobierno federal.
El ex subsecretario de Gobernación dijo que habrá diálogo permanente y de respeto con todos los actores involucrados, incluido el Sindicato Nacional de Trabajadores del Instituto (SNTSS), con el propósito de mejorar la calidad y solventar las deficiencias de la institución, pero admitió que se reducirá al personal que no contribuya a los objetivos planteados, conforme a los principios de austeridad del gobierno federal.
En el Legislativo uno de los temas que todavía siguen sujetos a discusión, son las leyes reglamentarias de la Guardia Nacional.
Al respecto, el coordinador de los diputados del PAN, Juan Carlos Romero Hicks, aseguró que serán vigilantes de los detalles de esas normas, pues “no daremos un cheque en blanco al gobierno ni permitiremos violaciones a los derechos humanos de la población”.
El también ex gobernador de Guanajuato recordó que el proyecto original de las leyes reglamentarias de la Guardia Nacional recientemente aprobado fue modificado en 70 por ciento con las aportaciones de la sociedad civil y de la ONU.
Por el contrario, la vicepresidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Dolores Padierna Luna, de Morena, afirmó que la Guardia Nacional “no saldrá a las matanzas, porque su estrategia no será la violencia sino garantizar la paz”.
Durante una gira por la alcaldía de Cuajimalpa, la legisladora de la bancada mayoritaria señaló que la nueva ley para conformar la Guardia Nacional da facultades a ese cuerpo para solucionar los problemas de seguridad y obliga a los estados a mandar datos al Centro de Información que se conformará para actuar con eficiencia.
Padierna Luna aclaró que la Guardia Nacional no actuará dentro de una estrategia de violencia, sino que se trata de garantizar la paz atendiendo a la ciudadanía con asuntos de precisión “y no de llegar a arrasar.”
Destacó, por ejemplo, que cualquier policía que detenga a una persona tendrá la obligación de registrarla con nombre, teléfono, dirección y los propios datos del uniformado que hizo la detención. Con ello se buscará que los nuevos guardias sepan que son servidores públicos y que se debe poner en el eje central la seguridad de las personas, y el uso de la violencia sólo deberá ser en casos extremos.
En lo que se ha vuelto una práctica semanal, el presidente del PAN, Marko Cortés Mendoza, afirmó que luego del primer semestre de gobierno del presidente López Obrador, “las cosas en México siguen empeorando y los indicadores marcan una tendencia de riesgo para los próximos meses”.
Al hacer una evaluación del primer tramo del actual gobierno, el dirigente del PAN indicó que ha habido particularmente retrocesos en seguridad, economía, empleo y salud, por lo cual solicitó al primer mandatario “corregir de inmediato sus malas decisiones, sus políticas clientelares y sus estrategias, que hasta el momento han mostrado ser un fracaso”.
Mediante un comunicado, el líder partidista advirtió sobre la presencia de “focos rojos” en temas como la caída del empleo y la grave crisis en los servicios de salud, ante “el absurdo recorte de dos mil 300 millones de pesos”.
Agregó que en materia de seguridad, durante el primer cuatrimestre de 2019 se registraron 11 mil 221 homicidios dolosos, “lo que muestra hasta el momento la incapacidad del gobierno por recuperar la tranquilidad en el país”.
Por lo que respecta a la economía, recordó que durante el primer trimestre del año tuvo una disminución de 0.2 por ciento, el peor arranque de una administración desde Ernesto Zedillo (1994). A esta caída del producto interno bruto (PIB) se añaden las estimaciones de un crecimiento menor al 2 por ciento para México en 2019 y 2020.