Empresarios que torturan al IMSS
¬ José Antonio López Sosa jueves 23, May 2019Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
No solo la Secretaría de Hacienda, el gobierno en turno y las anteriores administraciones han llevado al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) al borde de la quiebra, también lo han hecho —y lo siguen haciendo—, empresarios, grandes y pequeños en el país.
La fórmula es simple y probablemente muchos de quienes leen esta columna involuntariamente sean víctimas de este abuso: el patrón (empresa) paga el salario mínimo ante el IMSS al trabajador y, el excedente lo pone bajo cualquier otro rubro, ya sea ayuda, préstamo o lo que sea.
Lo hace el patrón en el mejor de los casos, porque las empresas denominadas como outsourcing han crecido vertiginosamente y, miles de personas trabajan para un patrón pero en realidad les paga otro, bajo este mismo esquema de engaño al IMSS.
¿Qué sucede?, que los trabajadores no cotizan lo que en realidad ganan, esto merma su ahorro para el retiro, sus posibilidades de tener créditos inmobiliarios y de otro tipo y además, no transfiere al IMSS las cuotas que debieran ser.
Se trata de una laguna legal que abogados y vivales del mundo empresarial han aprovechado para que las empresas paguen menos.
Lo peor es que estos outsourcing argumentan con engaños a los trabajadores, que este esquema es a su favor, que se evitan pagar cuotas de más al IMSS e impuestos a Hacienda, cuando lo que hacen es atentar directamente contra el derecho de los trabajadores.
Ese tema es el que debieran tomar en serio desde el poder legislativo, diputados y senadores, pero incluso en la cuarta transformación, le rehúyen y evitan llevar a la máxima tribuna de la nación este problema letal para los trabajadores y para el propio IMSS.
Ya quiero ver que en los Estados Unidos o en Canadá —nuestros principales socios comerciales— alguien intentara con la figura de outsourcing engañar al Social Security o al IRS, ¿por qué entonces sí se permite en México?.
La figura del outsourcing bajo el esquema que existe en la actualidad, representa el más fuerte atentado contra los trabajadores —de todos niveles— en México y uno de los factores de quiebra del IMSS.