Servicios fallidos
¬ Salvador Estrada martes 21, May 2019Folclor urbano
Salvador Estrada
A veces los refranes son sabiduría popular que si se les analiza tienen sentido y su contenido corto y profundo te lleva a reflexionar cuánta verdad encierran.
Por ejemplo, la gente dice “para que tanto brinco estando el suelo tan parejo” que quiere decir para que haces tantas maromas con tus actos si todo queda igual.
Y otro: “mucho ruido y pocas nueces”, que es parecido al anterior, pero que se puede interpretar como “hablar mucho, prometer, y no cumplir lo prometido o no hacer nada.
Estos refranes vienen al caso porque las autoridades capitalinas, los alcaldes y otros altos funcionarios, dan a conocer tal o cual programa y lo inician, en ceremonias muy ostentosas y a la mera hora nada de nada.
En la delegación Coyoacán, hoy alcaldía, se echó andar, por no decir inaugurar, la alberca “Paola Espinosa”, ubicada precisamente en la Unidad Habitacional Villa Panamericana y el alcalde Manuel Negrete cortó el listón inaugural, pero hasta el momento no funciona.
Este servicio fallido, tiene preocupados y tristes a los coyoaquenses debido a que desconocen el por qué no está a su disposición cuando les habían anunciaron que ahí aprenderían a nadar y a capacitarse en otras actividades deportivas.
La alberca es semiolímpica y está diseñada para dar servicio a tres mil usuarios y desde hace ocho meses que se inauguró y hasta la fecha está cerrada.
Y otro acto fallido es la instalación en las escuelas de bebederos que tuvieron un buen principio, pero que ahora no funcionan. Los chavos de la primaria o los adolescentes de la secundaria cuando acuden a los bebederos sedientos por estar jugando, se quedan con las ganas de probar el líquido porque de las llaves sólo sale el recuerdo de que en un tiempo tuvieron agua.
Los directivos de esas escuelas también tuvieron un buen principio al prohibir los alimentos chatarra y la venta de refrescos para evitar el exceso de calorías en la ingesta de alimentos, pero el programa para combatir la obesidad duro mientras se publicitaba. Al paso del tiempo los niños siguen gordos porque la campaña pasó a la historia por los intereses de las transnacionales de alimentos o porque los padres de familias no tienen tiempo para atender a sus hijos.
Estos deben darse tiempo para vigilar la alimentación de sus hijos y procurarles dar en sus comidas verduras crudas y ensaladas y no entregarles dinero para que coman en la calle quesadillas grasosas, refrescos gaseosos que tienen mucha azúcar, chocolates y helados que son abundantes en calorías y, sobre todo, alimentos chatarra.
Y sin que sea regaño pedirles por su salud que hagan ejercicio y se abstengan de comer en la calle. Los programas establecidos para combatir la obesidad y la gordura han resultado fallidos. O usted ¿qué cree?