Alex Lora regresa recargado y con temas de Martín Urieta
Espectáculos martes 8, Feb 2011- Inolvidable, prendida y divertidísima tocada en el Vive Cuervo Salón
Gloria Carpio
Donde quiera que se presente, el legendario, carismático y antropológico Alex Lora, llena los escenarios, no en vano lo respaldan 40 años de carrera artística y máxime tratándose de un escenario en el Distrito Federal.
El hombre, que este año cumplirá 60 años, exactamente el 2 de diciembre, volvió como el “hijo desobediente” para su público capitalino, esta vez con su banda completita El Tri y fue en el Vive Cuervo Salón al que acudieron fans de diferentes edades y donde la reventa ($200.00) ofreció más baratos los boletos de zona general que en la taquilla ($300.00).
Tenía tres meses que Lora no se presentaba en ningún lugar y la ciudad de México ya lo extrañaba; el hombre fue aclamado al anunciar que este es su primer concierto de la gira 2011 que hará por toda la República y fue precisamente donde José Alejandro Lora Serna, su nombre de pila, confirmó que Martín Urieta le seguirá elaborando canciones de tipo romántico y él las seguirá destrozando para transformarlas en tiempo de rock, género que le ha dado muchos éxitos.
En esta ocasión presentó por vez primera la canción titulada La historia de Alexis e hizo notar que es una segunda colaboración entre ambos autores, luego de que en su anterior álbum se incluyó No engañes a tu mujer. La nueva melodía por supuesto que gustó, pues cuenta la historia de un hombre que va iluminando a una mujer.
Luego, presentó otra canción más de Urieta: Se va a acabar el mundo en el 2012, canción que alude a las profecías del fin de los tiempos, durante el año próximo.
Alex Lora es el hombre de los fenómenos; tiene tres años de haber grabado El muro de la vergüenza y dicha canción sigue en primer lugar en internet y en tercer lugar en el top ten de los Estados Unidos.
De que Alex Lora tiene gente y convocatoria nadie lo duda y le piden Oye cantinero, Pobre soñador, Triste canción, que viene siendo un himno y que aprovecha para presentar a su esposa (su domadora, Chela Lora, por cierto que la mujer luce espectacular, con una cabellera pelirroja y presumiendo su esbelta figura enfundada en unos embarrados pantalones de piel negros) a quien le ofrece un beso en público, después de lo cual se revienta ADO, que es coreada por el público, que bien sabe que hay que brincar en ese momento.
Con ello se simboliza que la banda está presente y se simboliza también que la trascendencia del Tri está garantizada por muchos años, pues un niño que estuvo cargado en hombros de su padre, se sabía todas las canciones del Tri y las coreaba con más entusiasmo que los propios fans, lo cual fue detectado por Alex Lora, quien le entregó una playera con la imagen de la Virgen de Guadalupe y un juego de discos, subrayando que son originales y no de la piratería.
Por otro lado, Alex Lora no descuida la estructura de sus presentaciones, pues al final del concierto salió un danzante azteca, que baila con el objetivo de que la gente siga conservando nuestras tradiciones y como era de esperarse, Lora sacó una bandera nacional con la imagen de la Guadalupana y el nombre del Tri, y también regaló balones de futbol y alentó los brincos, los gritos, las mentadas de madre, para identificarse con la banda.
El verdadero líder del TRI agradeció a sus seguidores el apoyo que siempre le han brindado a lo largo de su carrera y en especial, aunque no lo dijo, durante el proceso legal que siguió su hija Celia, hasta salir libre y advierte que todo sigue bien en su vida: “Muchas gracias raza”, les dijo.
Un detalle que aparentemente ensombreció el concierto, fue la tardanza en la salida de Alex y la gente, por ser banda, comenzó a aplaudir, después a chiflar y luego a gritar ¡que salga mejor Kalimba” y el clásico grito de “ulero, ulero, ulero”, que simbolizó que la banda estaba presente, donde quiera que se presente Alex Lora.
Obvio, que durante el concierto no pudieron faltar los brincos con temas como Todo me sale mal, la ola con los dedos en señal de “amor y paz”, mentadas de madre a la prensa amarillista, a los gabachos y también a la delincuencia.
A la salida no pudieron faltar los souvenirs como recuerdo de este inolvidable concierto, y de quien esto escribe la inolvidable compañía que llevo en el corazón.