El cuento del bienestar
Freddy Sánchez jueves 16, May 2019Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Un poco de sosiego para el alma de los intranquilos motivó la renegociación de Pemex con sus acreedores.
Más plazo y menos intereses para el pago de la deuda, aligeró la presión hacia el fisco y contribuyó a la calma de los inquietos.
Y lo que es más importante: abrió un espacio a la “Cuarta Transformación” para demostrar su “buen tino” en torno a los cambios en el manejo de los asuntos económicos.
Con el rimbombante regreso del estado empresario, a cargo de construir una nueva refinería, (dejando a un lado a las cinco empresas multinacionales más eficaces en el ramo, originalmente convocadas para ese fin), además de hacerse cargo de la edificación del aeropuerto sustituto del que fue cancelado en los albores del régimen, (con la anulación de contratos multimillonarios de diversas compañías privadas), y el anuncio de la constitución de una empresa dedicada al internet, (que llegará a donde los empresarios privados rehúyen dotar ese servicio por no tener garantizada una buena tajada de ganancias).
Una tónica, ésta última, que no necesariamente será la pauta en el emprendimiento de actividades económicas por parte del gobierno federal en turno.
La atención de necesidades sociales por encima del afán rentista de las ganancias, se perfila como la mayor prioridad en los quehaceres económicos institucionales.
En ese tenor, parece haber perdido vigencia lo concerniente a la “racionalidad” económica como rectora de las acciones públicas, a causa de la preponderancia de “signos políticos” en las decisiones oficiales, a decir de algunos analistas.
Aquellos que ven a un gobierno interesado primordialmente en acumular adeptos sociales, aunque eso implique ir en contra de los principios fundamentales de la economía de mercado. Eso que, justamente, mucho inquieta a una parte de los economistas, empresarios y políticos de oposición a “Morena”.
Unos seguros y otros temerosos del regreso a ultranza de las políticas institucionales con miras a abarcar cada vez más áreas económicas.
Lo que hace temer el desplazamiento de la iniciativa privada en importantes sectores económicos, bajo el supuesto de que no pocos emprendedores privados han demostrado ser tan abusivos como corruptos.
Una idea que tiene una porción de verdad, pero también otra de mentira.
Porque no todos los hombres de negocios están cortados con la misma tijera de la avaricia.
Los hay inducidos por un afán de lucro moderado, con plena convicción de dar bienes y servicios eficientes, cuidando la salud y la economía de los consumidores, así como adoptando normas estrictas para la protección ambiental.
Y es que lo mismo que hay bueno y malo en las empresas privadas, lo hay en el sector público.
Empresarios éticos o deshonestos al igual que burócratas rectos o inmorales.
Calidad y eficiencia con una indeclinable mística de servicio comunitario y, lógicamente, insensibilidad social, desprecio por el interés común y pésimos servicios al público.
“Todo hay bajo la viña del señor”.
Por lo mismo no es exagerado decir que en el gobierno y entre particulares, a veces, ni a cuál irle.
Así que, con el predominio del sector oficial o la iniciativa privada, en las actividades económicas, francamente dará lo mismo en el futuro de este país, si a la mayoría se le sigue engañando con el cuento del bienestar.