Siguen Estado de México, Nayarit y Coahuila
Roberto Vizcaíno martes 8, Feb 2011Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Dados los últimos acontecimientos en Oaxaca, Sinaloa, Puebla, Guerrero y Baja California Sur, donde se observó cada vez una mayor articulación de un pacto entre Marcelo Ebrard, Manuel Camacho y Jesús Ortega desde el PRD, y Felipe Calderón desde el gobierno federal y el PAN, cabe preguntarse: ¿Por qué el PRI y Enrique Peña Nieto tendrían que exponerse a alguna sorpresa lanzando un candidato sin el soporte que sí tiene Aguilar Castillo?
Una vez concluidas y definidas las elecciones a gobernador en Guerrero y Baja California Sur, siguen las del Estado de México, Nayarit y Coahuila, que deberán resolverse el domingo 3 de julio de este año.
Ocurridos estos procesos quedará pendiente la elección a gobernador de Michoacán, prevista para el domingo 13 de noviembre, con la cual se cierran los 6 comicios de este año y con lo que, en los hechos, arranca la contienda para la presidencial del 2012.
Junto con la presidencial, en julio de 2012 también se definen la jefatura del gobierno del DF, las 16 delegaciones capitalinas y la composición de la Asamblea Legislativa, así como las gubernaturas, alcaldías y congresos locales de Guanajuato, Jalisco, Morelos.
El domingo 19 de agosto hay elecciones a gobernador en Chiapas y el domingo 21 de octubre también se renueva el Ejecutivo en Tabasco.
Todo un carrusel de comicios que en total significarán la renovación de 10 gubernaturas y un sinnúmero de presidencias municipales, congresos locales, 16 delegaciones en el DF y el recambio de la Asamblea Legislativa , a cual más importantes.
Pero evidentemente que el centro de la atención de las siguientes elecciones a partir de hoy será la que se realice en julio en el estado que gobierna Enrique Peña Nieto, puntero con casi el 60 por ciento de preferencias electorales en la carrera presidencial del 2012.
Y es que el Estado de México, con sus más de 15 millones de habitantes y unos 11 millones de votantes; con el PIB estatal más alto en el país y con el corredor industrial más grande en México, por su situación geopolítica alrededor del Distrito Federal, representa la Joya de la Corona de los comicios y el poder político en este país.
Todo eso se potencializa con el hecho de que su gobernador, el priísta Peña Nieto, es señalado hoy por todas las encuestas y desde hace al menos 2 años, como el político con más posibilidades para llegar a Los Pinos cuando se le venza su período al panista Felipe Calderón,
Por lo pronto, el análisis más sereno de lo ocurrido en los procesos de 2010 y los iniciales de este 2011, junto con los movimientos que realizan PAN y PRD, indican que el PRI y el gobernador Enrique Peña Nieto deberán jugar a lo seguro, y eso sólo se los da un nombre: Ricardo Aguilar.
Habrá algunos despistados que preguntarán: ¿Y quién diablos es Ricardo Aguilar Cortés?, ¿cómo que Aguilar Cortés, si ahí están Alfredo del Mazo, Eruviel Ávila, Luis Videgaray y Ernesto Nemer?
La respuesta a todo eso y más no es mía, es de los hechos, de las estadísticas, de la realidad política en el Estado de México.
Mire, le doy aquí algunos acontecimientos claves, que sin duda influirán o determinarán la selección del candidato del PRI el próximo mes de marzo o abril a la gubernatura del Estado de México.
Sígame y no desespere:
–Enrique Peña Nieto fue lanzado candidato en enero de 2005 y luego de una campaña llena de altibajos, ganó la gubernatura en julio de ese año y tomó posesión a mediados de septiembre.
-Nombró como su secretario del Trabajo a Ricardo Aguilar, quien venía de ser alcalde de su natal Jilotepec, municipio colindante al noreste de Atlacomulco. Aun cuando ambos ya se conocían, estrecharon su amistad siendo diputados locales en la legislatura previa al ascenso de Peña Nieto a la gubernatura.
-Siete meses después de tomar posesión, Peña Nieto enfrentó su primera gran derrota local en los comicios de marzo de 2006, cuando de 125 alcaldías el PRI sólo logró 55 (los rurales y más pequeños) y 19 diputaciones de 45. En esos comicios el PAN se levantó 27 municipios y 9 diputados y el PRD, se llevó 36 municipios y 17 legisladores. En conjunto el PRD y el PAN gobernaban 12.5 millones de los 15 millones de mexiquenses, a través de sus alcaldes y tenía el control del Congreso local.
-Tres meses después, en las elecciones de julio de 2006 Peña Nieto volvió a sufrir una enorme pérdida al quedar su partido, el PRI con apenas 7 diputados de 40 y sin ningún senador. El PAN se llevó 12 diputados y 2 senadores y el PRD se levantó 21 diputados federales y 2 senadores.
En ese momento Peña Nieto era simple y llanamente un gobernador de membrete. Si se hubieran unido PRD y PAN lo hubieran podido quitar.
En esas condiciones, en septiembre de 2006, Peña Nieto le pidió a Ricardo Aguilar dejar la Secretaría del Trabajo e ir a dirigir el PRI.
En medio de un golpeteo brutal dentro de su propio estado y partido, y acompañado por el ex gobernador de Coahuila, Jesús Martínez y Martínez, desde entonces delegado del CEN del PRI en esa entidad, Ricardo Aguilar se dedicó a recomponer las redes territoriales y los liderazgos del PRI en el Estado de México.
Hoy confiesa que hubo momentos en que se fue a dormir completamente seguro que al día siguiente habría de ser sustituido por otro.
Peña Nieto siempre lo respaldó.
Los resultados están ahí para quienes los quieran ver:
En marzo de 2009 el PRI mexiquense se llevó 97 municipios de 125 y 40 diputaciones de 45. Es decir: 42 alcaldías más que 3 años antes y 21 diputaciones locales más. Gracias a eso el PRI gobierna hoy 13.3 millones de los 15 millones de mexiquenses y mantiene el control absoluto del Congreso estatal.
Pero en julio siguiente, el tricolor dirigido por Aguilar Castillo se levantó 39 diputados federales, es decir 32 legisladores más que tres años antes. El PAN bajó de 12 a sólo 2 diputados y el PRD de 21 diputados no obtuvo ninguno.
Sumados, los logros alcanzados por Aguilar Castillo desde la dirigencia del PRI estatal, advierten que no ganó, sino arrasó.
Hoy, estos resultados indican que el PAN es un partido sumamente débil y que el PRD prácticamente fue borrado del Estado de México.
¿Qué sería hoy de Enrique Peña Nieto si esto no hubiera ocurrido? No sé. Pero sí sé que estos resultados le dan una holgura insospechada para decidir su futuro político y el de su estado.
Quienes conocen estos logros, indican que Ricardo Aguilar Castillo ya se ganó la candidatura.
Y se la ganó no sólo por el soporte que estos resultados significan para Peña Nieto en su carrera por la Presidencia de la República , sino porque es por demás obvio que Aguilar Castillo es quien tiene en sus manos el control del PRI en el Estado de México.
Dados los últimos acontecimientos en Oaxaca, Sinaloa, Puebla, Guerrero y Baja California Sur, donde se observó cada vez una mayor articulación de un pacto entre Marcelo Ebrard, Manuel Camacho y Jesús Ortega desde el PRD y Felipe Calderón desde el gobierno federal y el PAN, cabe preguntarse:
¿Por qué el PRI y Enrique Peña Nieto tendrían que exponerse a alguna sorpresa lanzando un candidato sin el soporte que sí tiene Aguilar Castillo?
Claro, no hay que descartar los imprevistos, porque la historia advierte que en política nunca hay nada escrito. Bien pueden jugar otras variables y surgir algún otro de entre los mencionados.
Y si es así, entonces por cercanía, por peso histórico, por coyuntura el que le sigue es quizá Alfredo del Mazo. Sin embargo, el análisis central indica que el candidato será el actual presidente del PRI estatal.
Falta poco para saberlo.